Descarga del documento - Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha

Para los profesionales que trabajan en el CIS, la idea es que un CIS, más que un centro de
inserción social, sea sobre todo un centro de inserción laboral ya que no se pude plantear una integración
social si no es posible el acceso a un puesto de trabajo; y que el objetivo sea que todos los internos tras su
estancia en el CIS y gracias al trabajo desarrollado desde allí terminen por conseguir un empleo estable y
adecuado a sus necesidades.
Sin embargo, desde el CIS se están llevando a cabo realmente pocas acciones de este tipo, no
existe un servicio de intermediación como tal ni de orientación para la búsqueda de empleo y utilización de
diferentes herramientas de búsqueda de empleo, no se realiza ningún tipo de taller ni de curso de
capacitación profesional. Ahora mismo el CIS está funcionado de modo que teniendo el tercer grado
disponen de tiempo para salir a buscar empleo, aunque no se les asesora demasiado en esta búsqueda,
únicamente y por iniciativa propia del Subdirector se buscan y mecanizan determinadas ofertas de empleo
adecuadas al nivel de formación y experiencia de los internos, las cuales se exponen en un tablón para
que puedan tomar nota aquellos que puedan estar interesados, y también se les informa de la necesidad
de darse de alta como demandantes de empleo en el SEPECAM y en los servicios médicos, igualmente se
les asesora a cerca de tipos de contratos, bonificaciones, etc., pero en los casos puntuales en que los
internos lo solicitan. Tampoco existe ningún recurso externo que ofrezca este tipo de servicios dentro del
CIS.
En los Centros Penitenciarios es más evidente, ya que en el CIS se encuentran internos un
número muy reducido de personas y en este caso sería más fácil conseguir hacer llegar este tipo de
servicios a todos los reclusos, y como en lo demás, la escasa orientación que acabamos de describir y que
es la ofrecida en el CIS, naturalmente no se facilita a las mujeres pues allí no hay internas y las que
acuden lo hacen solo para firmar, pues están en tercer grado con control telemático o en libertad
condicional.
Por otro lado y al margen de lo anterior, no debemos dejar de considerar que el propio acceso al
tercer grado que les permite ponerse en contacto con la realidad pueda ser una medida facilitadora más
de la reinserción sociolaboral de las reclusas, pues el impacto sería aún mayor si se pasara directamente
de un régimen cerrado a la libertad; sin embargo, el régimen de semilibertad no tiene mucho sentido si no
se orienta a estas mujeres en la forma en que pueden aprovecharlo o no se les da ningún tipo de ayuda
que les permita ir desenvolviéndose poco a poco.
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