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Acceso a la formación/educación
Resulta interesante comprobar cómo en el discurso de prácticamente todos los expertos
consultados la educación es la pieza clave que puede resolver la mayoría de los problemas de la
comunidad gitana, entre ellos el empleo. La educación se presenta como una ampliación de opciones
vitales, aumentando con ella los índices de inserción laboral. En la actual sociedad de la globalización y de
la información, la formación académica es uno de los requisitos básicos que se exigen para acceder al
mercado laboral, pero tal y como hemos constatado a lo largo del estudio, la mujer gitana presenta una
carencia formativa importante, sumada a otros componentes exclusores, como los prejuicios y el racismo
que dificultan aún más el acceso de la mujer gitana al empleo en igualdad de condiciones. Todo ello ha
generado una serie de inseguridades en ellas, que hacen que manifiesten una autopercepción negativa de
sí mismas y no confíen en sus posibilidades de transformación de la realidad social en la que viven,
generándose de este modo una forma de autoexclusión. Pese a todo ello sí que plantean una serie de
retos, concretamente en el sistema educativo encaminados a proporcionar un futuro mejor a los niños/as
gitanos/as, pues la mujer gitana adulta antepone aspectos como la edad o las responsabilidades familiares
a la adquisición de conocimientos académicos, aun siendo conscientes de la importancia de tener una
formación.
Como recomendaciones concretas podrían citarse las siguientes:
-Reconocer, como ya lo están haciendo muchos colegios, la importancia de la educación en el
aprendizaje de la multiculturalidad, de la convivencia y diseñar programas específicos en los que la cultura
gitana sea enseñada a todo el alumnado.
-Trabajar en las escuelas con los padres y madres gitanas, transmitiéndoles los objetivos
escolares y, a la vez, recibiendo sus demandas y opiniones.
-Destinar fondos para becas de manera que los jóvenes gitanos/as realicen estudios medios y
superiores, con el objetivo de que no abandonen sus estudios de forma temprana por falta de recursos
económicos. Aumentar el escaso porcentaje de población gitana en institutos y universidades tiene mucha
importancia, pues sirve para ofrecer nuevos modelos de vida para la comunidad gitana, para prepararles
como formadores/as de opinión que puedan influir tanto sobre la sociedad paya y sus instituciones como
sobre su propia comunidad.
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