Descarga del documento - Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha

El hecho de que la institución educativa se haya construido dejando al margen a la comunidad
gitana, hace que para ellas éste sea un espacio que no consideran como propio y en ocasiones se traduce
en miedo a perder sus tradiciones culturales y ser asimilados por las de la cultura mayoritaria “paya”. Este
es un aspecto en transición e inminente cambio, puesto que el contexto de las sociedades actuales se
perfila con una gran diversidad cultural por lo que habrá que asegurar la convivencia partiendo al menos
del conocimiento mutuo.
Estudiante secundaria gitana: “creo que aún sigue el miedo de que si sigues en la escuela te
apayes o que haya excesivo contacto con chicos no gitanos. A las mujeres gitanas no se les da
posibilidades de estudiar porque sus padres no les dan la opción, sobre todo a partir de que te conviertes
en moza, a no ser que tengas unos padres como los que tengo yo”.
A parte de todas estas barreras del sistema educativo, en el caso de las mujeres gitanas con las
que nos hemos entrevistado, cuando ellas empezaron su etapa escolar se encontraron con otros factores
añadidos:
-Por un lado encontramos las responsabilidades familiares que tradicionalmente ha asumido la
mujer gitana desde la adolescencia.
Estudiante gitana: “ahora se pasa al instituto a una edad mala, muy pronto, y es a la edad que lo
dejas porque si tu madre trabaja o ayudas en el mercado o te encargas de la casa y los hermanos”.
a la educación.
-Y por otro, el factor económico, que ha dificultado el acceso de la mujer gitana, que hoy es adulta,
Mujer gitana: “cuando yo tenía 10 años, mi padre me llevaba a coger tomates, lechugas, patatas,
de todo en el campo, porque había que comer”.
Por otra parte, las mujeres gitanas han desarrollado y aprendido informalmente en su comunidad
habilidades y capacidades prácticas que no se valoran en el mercado de trabajo convencional. Éste sólo
reconoce y valida aquellas habilidades o competencias desarrolladas en el marco académico.
La relación escuela-empleo ha tenido poco sentido para las mujeres gitanas, porque la movilidad
ocupacional de las mismas no ha precisado de cualificaciones. La gitana aprende a trabajar trabajando, a
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