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las políticas activas de empleo dirigidas hacia la erradicación de la discriminación de este grupo de
población con especiales dificultades, y esto por varias razones:
-Porque es necesario utilizar el máximo potencial de mano de obra del colectivo. La población
gitana se incorpora en edad más temprana al mercado de trabajo que el resto de la población, por lo que
tiene una vida laboral más prolongada. El desempleo afecta más a dicho colectivo en la región que al resto
de la población (aproximadamente cuatro puntos más), siendo mayoritariamente femenino y juvenil: el
70% de la población gitana inactiva son mujeres, dedicándose sobre todo al trabajo doméstico y a
actividades no reguladas y a “empleos” sin protección ni derechos laborales.
-Porque de esta forma se contribuirá firmemente a la convergencia y a la cohesión social.
-Y, sobre todo, por criterios de igualdad “real” de oportunidades y de justicia social.
6. Medidas facilitadoras para erradicar el grave y persistente problema del empleo “no declarado”
que en casi todos los casos responde a la necesidad de mantener la economía familiar de pura
subsistencia mediante:
a) Medidas que favorezcan el autoempleo de la comunidad gitana tanto en actividades
tradicionales como en nuevas actividades a través de programas que amparen tanto la iniciativa
empresarial mediante el asesoramiento y seguimiento de los planes de empresa, como el acceso a la
financiación, pues la carencia de recursos económicos es una constante. Se propiciaría así una alternativa
laboral per se para las personas gitanas más jóvenes y de forma específica para la mujer gitana que,
como venimos diciendo, trabaja en la economía familiar, fácilmente identificable como desempleo
encubierto. Los proyectos de autoempleo, sobre todo vinculados al comercio, con la puesta en marcha en
pequeños negocios, sobre todo de ropa y calzado, adaptan habilidades propias de su comunidad a
algunos de los nuevos hábitos de la mujer de etnia gitana, incorporando al mismo tiempo la vinculación
familia-trabajo de estas personas. Se imponen así proyectos donde los valores de solidaridad, actitud
emprendedora, autonomía y versatilidad pueden ser puestos en valor, generando estabilidad económica y
prosperidad entre las mujeres de este colectivo.
7. La toma de conciencia sobre la existencia de desigualdades de género en la comunidad gitana.
La estructura familiar se basa en un reparto desigual de las tareas y responsabilidades domésticas y
familiares (cuidado de mayores y menores), que se sustenta en redes femeninas de solidaridad primaria.
Las gitanas priorizan la vida familiar frente a la laboral, y no se valora socialmente dejar de cumplir algunas
de ellas por un empleo fuera del hogar. Las condiciones laborales que normalmente exige un empleo
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