norma - Pandemia No Hay Ninguna: ¡Detengan La Vacuna!
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GRUPOS ESPECIALES DE PRESIÓN<br />
<strong>La</strong> industria farmacéutica cuenta con el grupo de presión<br />
más grande de Washington, y eso ya nos dice algo. En 2002<br />
contrató a 675 activistas (más de uno por cada miembro del<br />
Congreso) muchos de los cuales provenían de las 138 firmas<br />
de grupos de presión de Washington, e invirtió en ellos más<br />
de 91 millones de dólares 5 . El trabajo de estos activistas consiste<br />
en merodear por los pasillos del poder de Washington<br />
para promocionar los intereses de las compañías farmacéuticas.<br />
<strong>La</strong> asociación de comercio de la industria PhRMA<br />
también tiene oficinas en Washington, y en ellas con un<br />
personal de 120 empleados en 2002, y rindió cuentas por<br />
catorce millones de dólares para gastos de grupos de presión<br />
y para pagar a 112 activistas de dichos grupos. Según la<br />
organización no gubernamental de defensa del consumidor<br />
Ciudadano Público, entre 1997 y 2002 la industria gastó cerca<br />
de 78 millones de dólares en grupos de presión.<br />
Los activistas de los grupos de presión de las compañías<br />
farmacéuticas están muy bien relacionados. En 2002 incluían<br />
a veintiséis ex miembros del Congreso, y a otros 342<br />
que habían pertenecido a las oficinas del Congreso o que<br />
mantenían contactos con funcionarios gubernamentales.<br />
Veinte habían sido jefes de personal del Congreso, al servicio<br />
de miembros influyentes como Bill Thomas (R-Calif.),<br />
presidente del comité de medios y arbitrios de la Cámara<br />
de Representantes, y Orrin Hatch (R-Utah), presidente del<br />
comité judicial del Senado. El activista Nick Littlefield fue<br />
el principal asesor del senador Edward Kennedy (D-Mass.),<br />
de la comisión de salud, educación, trabajo y jubilaciones.<br />
Algunos activistas de los grupos de presión eran parientes de<br />
miembros del Congreso, incluyendo a Scott Hatch, hijo del<br />
senador Orrin Hatch, y al ex senador Birch Bayh, padre del<br />
senador Evan Bayh (D-Ind.), y padre también de la ley Bayh-<br />
Dole. Dos ex presidentes del comité republicano nacional<br />
(uno de ellos es el actual gobernador de Mississippi) tam-<br />
bien se unieron a las filas de los activistas de las compañías<br />
farmacéuticas. <strong>La</strong> idea es clara. Aun sin las contribuciones<br />
políticas (que describiré a continuación), esta puerta giratoria<br />
entre el gobierno y los activistas de los grupos de presión<br />
le garantiza a la industria oídos atentos y comprensivos en<br />
Washington.<br />
A nadie parece importarle el obvio conflicto de intereses.<br />
Veamos el caso del senador Hatch. Desde 1991 hasta 2000,<br />
fue el beneficiario número uno de las contribuciones de la<br />
industria farmacéutica para campañas políticas, y desde<br />
entonces el senador ha defendido las causas de la industria<br />
en el Senado. Su hijo, Scott, trabajó muchos años para una<br />
firma de grupos de presión llamada Parry, Romani, que incluía<br />
compañías farmacéuticas entre sus clientes. En 2002,<br />
fundó su propia compañía (Walker Martin & Hatch), que<br />
tuvo mucho éxito, incluso desde el primer año. Según Los<br />
Angeles Times, la mayor parte de sus negocios provienen de<br />
empresas que cuentan con el apoyo de Orrin Hatch 6 . Entre<br />
sus clientes, están PhRMA y GlaxoSmithKline. Veamos qué<br />
dicen los Hatch sobre esto: "<strong>No</strong> creo que me den un trato<br />
diferente en las oficinas [del Congreso y del gobierno]. <strong>No</strong><br />
me parece que estén diciendo: "Ah, este es el hijo del senador<br />
Hatch". Creo que ven a tres personas muy trabajadoras<br />
y las respetan". ¿De veras? En cambio, el padre parece vivir<br />
en el mundo real. Le dijo al Times: "Scott es mi hijo, así que<br />
no me sorprendería que tuviera clientes interesados en lo<br />
que yo hago".<br />
CONTRIBUCIONES GENEROSAS<br />
<strong>La</strong> industria también colabora en forma importante con<br />
las campañas políticas. En el ciclo electoral de 1999 a 2000,<br />
las compañías farmacéuticas donaron veinte millones de<br />
dólares en contribuciones directas para campañas políticas,<br />
además de 65 millones en dinero "fácil". Aunque las<br />
{ 218 } LA VERDAD ACERCA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA<br />
MARCIA ANGELL ( 219 )