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norma - Pandemia No Hay Ninguna: ¡Detengan La Vacuna!

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SUPRIMIENDO LAS COSAS QUE NO TE GUSTAN<br />

<strong>La</strong> forma más drástica de arbitrariedad es la supresión<br />

total de los resultados negativos. Esto es fácil de hacer en<br />

los ensayos privados, pero también ocurre en ensayos realizados<br />

en centros académicos. Hubo muchos casos ampliamente<br />

publicitados. Podemos aprender mucho si analizamos<br />

uno de ellos 21 . En 1996, una compañía biotecnológica<br />

llamada Immune Response Corporation firmó un contrato<br />

con el doctor James O. Kahn, de la Universidad de California<br />

en San Francisco, y con el doctor Stephen W. <strong>La</strong>gakos, del<br />

Instituto de Salud Pública de Harvard, para que realizaran<br />

un estudio de su medicamento, Remune, en varios centros.<br />

<strong>La</strong> droga buscaba retardar el desarrollo del sida estimulando<br />

el sistema inmunológico, y la compañía necesitaba la<br />

aprobación del FDA para venderla como una "vacuna terapéutica".<br />

Kahn y <strong>La</strong>gakos llevaron a cabo la investigación,<br />

que incluyó 2.500 pacientes infectados con VIH en 77 centro<br />

médicos. Pero la compañía retuvo la información.<br />

Luego de tres años, se hizo evidente que Remune no era<br />

eficaz, pero la compañía se opuso a que Kahn y <strong>La</strong>gakos<br />

expusieran los resultados como negativos (lo que implicaba<br />

que la vacuna no tenía efecto). <strong>La</strong> empresa quería que los<br />

médicos incluyeran en su informe el análisis de un subgrupo<br />

de pacientes que habían mostrado efectos positivos. Kahn y<br />

<strong>La</strong>gakos se negaron, respondiendo que el análisis de la compañía<br />

no se ajustaban a los criterios científicos. Entonces,<br />

Immune Response amenazó con retener entre un cinco y un<br />

diez por ciento de la información final si los investigadores<br />

no aceptaban la inclusión del análisis de la compañía. Por<br />

fin, luego de un largo tire y afloje, la compañía aceptó entregar<br />

la información restante, pero con la condición de mantener<br />

el derecho de aprobar el informe. Nuevamente, Kahn<br />

y <strong>La</strong>gakos se negaron. Sobre la base de los datos que tenían<br />

en ese momento (que era suficiente), publicaron un artículo<br />

negativo en The Journal of the American Medical Association.<br />

Immune Response presentó una demanda multimillonaria<br />

contra Kahn y su universidad, alegando perjuicios contra la<br />

empresa (finalmente, la compañía perdió).<br />

Es interesante observar esta disputa tras bambalinas. El<br />

contrato entre la compañía y los investigadores contenía la<br />

semilla de los problemas que surgirían luego. Aunque no<br />

daba a Immune Response el poder de vetar la publicación,<br />

la hacía partícipe de cada detalle del trabajo. Convocaba un<br />

comité de cinco personas, incluido el director médico de<br />

la compañía, para escribir el informe; estipulaba que Kahn<br />

debía mantener al día a la empresa sobre el progreso de la<br />

investigación; y autorizaba a la compañía a leer el informe<br />

final antes de su publicación. Cuando se hizo evidente que<br />

los resultados eran negativos, la compañía hizo valer su derecho<br />

de realizar el análisis. El presidente y CEO de Immune<br />

Response se quejó: "Tan sólo pónganse en mi lugar. Gasté<br />

más de treinta millones de dólares. Creo que tengo algunos<br />

derechos" 22 . En verdad parecía creer que tenía "derecho" a<br />

resultados favorables.<br />

Kahn y <strong>La</strong>gakos demostraron valor e integridad al sostener<br />

su posición. Es esencial que las investigaciones clínicas<br />

se lleven a cabo con imparcialidad, lo que significa que los<br />

patrocinadores deben guardar distancia. Muchos investigadores<br />

aceptan sin más la voluntad de sus patrocinadores o<br />

ceden bajo presión. Pero las condiciones del contrato anticipaban,<br />

de alguna manera, las complicaciones posteriores:<br />

al incluir a la compañía en todos los aspectos del estudio,<br />

incluso al permitir al director médico como coautor, Kahn<br />

y <strong>La</strong>gakos se prestaron, en forma implícita, al juego de la<br />

compañía. Ella incurría en un obvio conflicto de intereses.<br />

Aun así, según las prácticas de hoy en día, Kahn y <strong>La</strong>gakos<br />

mantenían un grado poco común de independencia. Varios<br />

contratos actuales dan a las compañías mucho más<br />

control.<br />

( 132 ) LA VERDAD ACERCA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA<br />

MARCIA ANGELL ( 133 )

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