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norma - Pandemia No Hay Ninguna: ¡Detengan La Vacuna!

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ajó a menos del cuarenta por ciento. <strong>La</strong> pérdida ocurrió en<br />

un momento en que muchas facultades de medicina y hospitales<br />

de enseñanza médica tenían problemas financieros<br />

debido a bajas en los reembolsos de atención a pacientes<br />

y a la reducción de la ayuda económica para la educación<br />

médica. Así pues, empezaron a competir con las organizaciones<br />

de investigación por contrato en la única manera en<br />

que podían hacerlo: mediante concesiones a sus patrocinadores<br />

farmacéuticos. Cuando las compañías insistieron en<br />

controlar el modo en que se realizaban los ensayos clínicos,<br />

enfrentaron muy poca resistencia.<br />

Además, todo el contexto de las relaciones entre el<br />

mundo académico y la industria había cambiado. Con la<br />

ley Bayh-Dole de 1980 los límites naturales entre el ámbito<br />

universitario y la industria se volvieron difusos. Los centros<br />

académicos médicos empezaron a considerarse "socios"<br />

de la industria farmacéutica con metas comunes, socios<br />

subalternos, en verdad. Veamos algunos de los arreglos<br />

académicos-industriales en la Universidad de Harvard 9 . El<br />

Instituto de Cáncer Dana-Farber, un hospital de Harvard,<br />

mantiene un acuerdo que le otorga a <strong>No</strong>vartis los derechos<br />

sobre los descubrimientos que conducen a nuevos fármacos<br />

para tratar el cáncer. El fabricante japonés de cosméticos<br />

Shiseido le pagó al Hospital General de Massachusetts de<br />

Harvard 180 millones de dólares a lo largo de diez años por<br />

los derechos preferenciales de los descubrimientos de dermatólogos<br />

académicos. Merck está construyendo un edificio<br />

de doce pisos para investigación al lado del la Facultad<br />

de Medicina de Harvard. Ambas partes esperan establecer<br />

una colaboración estrecha y multifacética, aunque aún no<br />

se han dado a conocer las condiciones. Partners HealthCare,<br />

un par de hospitales de enseñanza médica de Harvard,<br />

presentó una solicitud para que el cuerpo docente, pudiera<br />

hacer aplicaciones para formar parte de un Programa de<br />

intercambio del profesorado de partners con Millenium<br />

Pharmaceuticals. Proponía que los "miembros interesados<br />

del cuerpo docente fueran integrados en los equipos de proyectos<br />

de Millenium", como parte de la colaboración entre<br />

Partners y Millenium. Harvard no es la única. Una encuesta<br />

reciente mostró que dos tercios de los centros académicos<br />

médicos son propietarios de acciones en compañías<br />

nuevas que auspician algunas de sus investigaciones 10 . <strong>La</strong>s<br />

compañías farmacéuticas, por su parte, se muestran muy<br />

generosas con las facultades de medicina. Por ejemplo, en<br />

el informe de 2003-2004 del decano de la Facultad de Medicina<br />

de Harvard la lista de benefactores incluía cerca de<br />

una docena de compañías farmacéuticas grandes. Así pues,<br />

era simplemente parte del nuevo ambiente llevar a cabo<br />

ensayos clínicos tal como la industria farmacéutica quería<br />

que los hicieran.<br />

Como resultado, las compañías farmacéuticas diseñan<br />

en la actualidad ensayos clínicos para ser llevados a cabo<br />

por investigadores que no son más que empleados a sueldo,<br />

ya sea que los ensayos se realicen en centros académicos o<br />

en los consultorios médicos. <strong>La</strong>s compañías patrocinadoras<br />

guardan los datos, y en ensayos llevados a cabo en varios<br />

centros, es posible que ni siquiera permitan ver la totalidad<br />

de la información a los investigadores. <strong>La</strong>s compañías también<br />

analizan e interpretan los resultados, y deciden qué<br />

puede ser publicado, en caso de permitir que se publique<br />

algo. Los autores de un estudio reciente sobre políticas académicas<br />

llegaron a la conclusión de que "las instituciones<br />

académicas rara vez garantizan que sus investigadores tengan<br />

plena participación en el diseño de los ensayos, acceso<br />

libre a los datos de los ensayos y derecho a publicar sus<br />

resultados" 11 . Todo esto convierte en una parodia la función<br />

tradicional de los investigadores como científicos independientes<br />

imparciales. El grado de control que las instituciones<br />

académicas y sus facultades están dispuestas a cederles a<br />

sus patrocinadores varía, pero en general conceden mucho<br />

( 124 ) LA VERDAD ACERCA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA<br />

MARCIA ANGELL ( 125 )

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