72pública de Indios” se basó en el p<strong>la</strong>n del VirreyToledo (1568), quien ideó un efectivo sistemaque se extendió rápidamente a <strong>la</strong>s ciudades, en<strong>la</strong>s que imp<strong>la</strong>ntó <strong>la</strong> “ciudad de españoles” y “barriode indios” (Santa Bárbara, San Pedro, SanSebastián y San Francisco, en La Paz). Esta formade control territorial, tuvo efectos dramáticos en<strong>la</strong> provisión de mano de obra a <strong>la</strong>s minas de Potosíy del tributo indígena a <strong>la</strong>s arcas reales. Laiglesia, fundamental aliada, ayudó y facilitó <strong>la</strong>sreducciones, insta<strong>la</strong>ndo sus iglesias “con puertay l<strong>la</strong>ve, con dos o tres cantores y un sacristán”.Se prohibió a los indios cambiar de pueblo, dereducción; y el ingreso de españoles, mestizoso mu<strong>la</strong>tos; se restituyó el cargo de Protectoresde Indios (abogado y procurador), “personas deedad, que ejerzan su oficio con <strong>la</strong> cristiandad,limpieza y puntualidad para amparar y defendera los indios”, contando con el apoyo de loscaciques, ante quienes “los indígenas se vayanreduciendo”, tanto para fines de control socialcomo para el pago de tributos.Curiosamente, ese régimen segregacionistaracial se mantuvo a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> historiapatria.La rebelión de los criollos de 1809El imperio nunca más logró recuperarse de losefectos desastrosos de <strong>la</strong> guerra contra el ejércitode Tupac Katari. A pesar de <strong>la</strong> derrota militar,caló hondo en el ideario aymara <strong>la</strong> idea delibertad y autogobierno. Una resistencia sorda,subterránea surgió como consecuencia final. Enel ínterin, España había sido invadida por el ejércitode Napoleón, deponiendo al Rey FernandoVII. Otra paradoja de <strong>la</strong> historia: el desacato surgióen el seno mismo del Imperio. El coro<strong>la</strong>riode <strong>la</strong> rebelión no fue sino un preámbulo de <strong>la</strong>rebelión criol<strong>la</strong>, que surgió en 1809 y se extendióhasta 1825.La presencia indígena se caracterizó poruna doble adscripción: como carne de cañónen <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s realistas y como fuerza fundamentalen <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s patriotas. Tanto los ejércitospatriotas como los españoles, contaron conel apoyo de tropas indígenas, casi siemprecomo “carne de cañón”. Leales hasta <strong>la</strong> muerte,mostraron su valor y determinación por <strong>la</strong>causa que abrazaron.El Cacique quechua de Chinchero, MateoGarcía Pumaqhawa y Manuel Choquehuanca,fieles a España, deso<strong>la</strong>ron a sangre y degüello<strong>la</strong>s pob<strong>la</strong>ciones aymaras, apoyando a <strong>la</strong>s tropasdel Gobernador Manuel Quimper y JoséManuel de Goyeneche, con 20.000 p<strong>la</strong>zas reclutadasen Arequipa, Lampa, Azángaro, Tacna,Cusco, Pucara, Guancané, que ingresaron porel Desaguadero para liberar a La Paz del cercoindígena de 1811.Por su parte los ejércitos patriotas comandadospor criollos, estaban conformados mayoritariamentepor mestizos e indígenas, incluso esc<strong>la</strong>vospardos y morenos, como aquellos liberadospor Warnes, que pasaron a engrosar <strong>la</strong>s tropaspatriotas. En el cerco de La Paz participaron entre15.000 y 19.000 indios aymaras y quechuas deLa Paz, que combatieron al mando de comandantescriollos y mestizos. Las tropas indias estabansituadas en Pampahasi, pero se extendían porPequepunco, Palca, Cohoni, Potopoto, Coroico ySongo. Estaban comandados por Juan Manuel deCáceres y los caciques Titicocha, Santos Limachi,Vicente Choque, Pascual Quispe, entre otros. Aesas tropas se sumaron, posteriormente, el ejércitode cochabambinos, al mando del comandanteEsteban Arze, que presionó sobre Oruro con elconcurso de indios que fueron calificados por losespañoles como ‘muchedumbre de caballería’ y‘agolpamiento de naturales’. Venían de los confinesde Tapacarí, Sacaca y Chayanta, a los quesumaron 5.000 indígenas de Arque.En <strong>la</strong>s Republiquetas <strong>la</strong> composición de <strong>la</strong>stropas era simi<strong>la</strong>r. A Juana Azurduy de Padil<strong>la</strong>le acompañaron siempre sus fieles indios. Entreestos destacó el más fiel que pudo tener, el poetaquechua Juan Huallparrimachi, que pereciódefendiendo a su comandante. En <strong>la</strong>s tierras bajascitamos como ejemplos notables a los indiosCanichanas de <strong>la</strong> Misión de San Pedro, los CaciquesJuan Maraza, Pedro Ignacio Muiba y sulugarteniente José Bopi.Las mujeres protagonizaron los actos de mayorvalentía, dada su condición de vulnerabilidad.En <strong>la</strong> Coronil<strong>la</strong> de Cochabamba, <strong>la</strong>s madres,esposas e hijas de los patriotas, presentaron batal<strong>la</strong>ante el enemigo, azorado pero igualmentecruel ante <strong>la</strong> arremetida femenina. La historiadel 27 de mayo de 1812 fue escrita con <strong>la</strong> sangrede esas valientes mujeres.
En el sur, otra mujer libró <strong>la</strong>s memorablesbatal<strong>la</strong>s de febrero y marzode 1816, oportunidad en <strong>la</strong> que <strong>la</strong>stropas de criollos e indios derrotarona lo más granado del ejército españolque fue enviado contra Padil<strong>la</strong> y suesposa Juana Azurduy. El Virrey Joaquínde <strong>la</strong> Pezue<strong>la</strong> envió 800 p<strong>la</strong>zaspara reforzar <strong>la</strong>s fuerzas realistas delGeneral J. S. de <strong>la</strong> Hera, al que se sumaron<strong>la</strong>s del Mariscal de CampoMiguel Tacón, del Coronel Franciscode Aguilera; de Vicente Sardina (quebrilló en <strong>la</strong> guerra de España contraNapoleón); del Comandante FelipeRivero, <strong>la</strong>s piezas de artillería del comandanteEspartero, y <strong>la</strong>s 500 p<strong>la</strong>zasdel Escuadrón de Notables organizadopor tropas del coronel Manuel A.Tardío. En <strong>la</strong> tropa de 800 p<strong>la</strong>zas delcomandante Cueto, 40 eran fusilerosy 30 <strong>la</strong>nceros; el resto eran indios de<strong>la</strong> región. Les apoyaba el comandantecochabambino José Serna con 40 fusilerosy 2.000 indios. Esa era <strong>la</strong> gloriosacomposición del Ejército español.El General de <strong>la</strong> Hera soñaba con untriunfo anticipado sobre <strong>la</strong>s ‘Montoneras’y ‘Gavil<strong>la</strong>s’ de Padil<strong>la</strong> y Azurduy,tropa patriota formada por 200fusileros y 4.000 indígenas armadosde hondas y makanas. La heroínaJuana Azurduy tenía bajo su directomando 30 fusileros criollos, 200 indiosy una guardia de amazonas.73En El Vil<strong>la</strong>r Juana Azurduy alcanzó<strong>la</strong> celebridad. El 12 de marzo de1816 <strong>la</strong>s tropas patriotas derrotarona <strong>la</strong>s del coronel P. Herrera, quienestandarte en mano rechazaba losataques patriotas con “raro valor, pero agotadas<strong>la</strong>s descargas, siendo vana <strong>la</strong> resistencia a<strong>la</strong> bayoneta, terminó aquel<strong>la</strong> sangrienta acciónpor <strong>la</strong> más imp<strong>la</strong>cable carnicería”. El ejército deveteranos que había entrado triunfante en LaPaz, Puno, Cochabamba, Arequipa y el Cusco,que se había llenado de <strong>la</strong>ureles en Villcapujio,Ayoma y Sipesipe; sucumbió ese glorioso 12 demarzo de 1816.En el fragor del combate Juana Azurduy dePadil<strong>la</strong> arrebató <strong>la</strong> gloriosa insignia del comandanteHerrera. Ante esa hazaña el general ManuelBelgrano recomendó se le otorgase el gradode Corone<strong>la</strong> de los Ejércitos, que se oficializó porDecreto de Juan Manuel de Pueyrredón, DirectorSupremo de <strong>la</strong>s Provincias del Río de <strong>la</strong> P<strong>la</strong>ta,el 13 de agosto de 1816.La presencia indígena en <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s patriotas seobserva en todos los ámbitos. Es ilustrativo, eneste sentido, re<strong>la</strong>tar <strong>la</strong> proeza del Escribano JuanManuel Cáceres, educado por los jesuitas, lo que
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