22.01.2016 Views

ÉTICA PÚBLICA FRENTE A CORRUPCIÓN

1nqGXzp

1nqGXzp

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Visitando la Caverna: El Cine como Instrumento Ético<br />

Jaime Rodríguez Alba<br />

duplica lo real en una virtualidad que comporta líneas de acción, pensamiento,<br />

representación, emoción, etc. El cine permite la emergencia de lo que Nussbaum,<br />

siguiendo a Adam Smith, llamaba el “espectador juicioso” (1997). Espectador<br />

implicado en la formación de juicios éticos, sin estar reñido lo emocional con lo<br />

racional. Asiste a la ejemplaridad con la que podemos asumir la formación del<br />

juicio ético, e incluso podríamos aseverar que contribuye de modo decisivo, en<br />

nuestros días, a los “juegos del lenguaje” (de las imágenes, que también tienen<br />

su articulación gramatical) con los que aprendemos el sentido y significado<br />

de palabras como “bueno”, “correcto”, “justo”, etc., y sus contrarios, por<br />

supuesto. 7 Está fuera de discusión que el cine sea educativo. No sólo que se “use”<br />

el cine como herramienta pedagógica, sino que el cine mismo, por su propia<br />

esencia, es “formativo”: conforma la sensibilidad, el juicio y el ethos (modo de<br />

ser y estar en el mundo, carácter) de poblaciones enteras. Expresa y conforma<br />

los modos de ser (sentir) y estar (pensar) lo real que circunda al hombre, tanto<br />

en la presencialidad, como en la virtualidad ontológica (los mundos que ya<br />

no son, los que pueden ser, los que llegarán a ser, etc.) y ética (los mundos<br />

modélicos y los antimodélicos).<br />

En lo que sigue presentaremos nuestra propuesta relativa al cine<br />

como instrumento de formación ética en los siguientes pasos. En primer<br />

lugar indicaremos la dimensión filosófica y ética que tiene el séptimo de los<br />

7<br />

Es sabido que Wittgenstein consideró en su Tractatus (1992) que la Ética y la Estética son la misma cosa<br />

(proposición 6.421), que en el mundo –considerado como la totalidad de los hechos- no hay valor alguno, y que<br />

el valor o sentido del mundo viene de afuera del mundo, por lo que la Ética y la Estética coinciden en esto: ambas<br />

expresan el sentido (bueno o bello) del mundo porque trascienden el mundo. Es más, como no pueden expresarse<br />

en proposiciones con sentido –pues el sentido depende de la “referencialidad” y la capacidad representacional del<br />

lenguaje-, pertenecen al ámbito de “lo místico” (lo que no puede expresarse con palabras, mediante el lenguaje<br />

enunciativo, podríamos decir), respecto a lo que acaso es mejor, como sugiere el autor (proposición 7), callarse.<br />

Pero esta concepción implica numerosos problemas, entre ellos, cómo explicar que los seres humanos estén<br />

hablando todo el día de aquello que deberían callar. El mismo Wittgenstein, cambió su concepción, y la más<br />

abarcativa respecto al lenguaje, a lo largo de su obra. Así, en las Investigaciones Filosóficas, considera que el<br />

lenguaje es aprendido mediante el uso que se le da en los juegos del lenguaje en los que estamos implicados<br />

existencialmente. Afirmará: «Pregúntate siempre en esta dificultad: ¿Cómo hemos aprendido el significado de esta<br />

palabra (“bueno”, por ejemplo)? ¿A partir de qué ejemplos: en qué juegos del lenguaje? Verás entonces fácilmente<br />

que la palabra ha de tener una familia de significados» (Párrafo 77, página 97) Siguiendo esta idea, podemos<br />

preguntarnos si respecto al “juego del lenguaje de las imágenes” no hay también implicaciones importantes de los<br />

términos éticos. Salvo que aquí, la intensidad de “lo bueno” se asocia y disocia en el juego entre la imagen y la<br />

palabra, pues la imagen es aún más polisémica que la palabra.<br />

159

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!