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ÉTICA PÚBLICA FRENTE A CORRUPCIÓN

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La Corrupción como Enfermedad crónico-degenerativa<br />

Víctor Hugo Méndez Aguirre<br />

Platón/Badiou postula que la democracia se transforma subrepticiamente<br />

en tiranía cuando se permite que aflore la corrupción. Aunque Aristóteles<br />

criticó inmediatamente la teoría de la decadencia de las formas de<br />

gobierno propuesta por su maestro, lo cierto es que el que la corrupción mine<br />

la legitimidad de la democracia sigue siendo un tema de rabiosa actualidad<br />

(Ausin, 2014: 75). Platón/Badiou no se equivocó, la corrupción, que no es un<br />

problema menor, hunde sus raíces en una falta de educación adecuada de los<br />

ciudadanos y sus consecuencias deletéreas deslegitiman la democracia.<br />

A manera de conclusión: ¿la banalidad de la corrupción?<br />

Parafraseando libremente la teoría de la banalidad del mal de Hannah Arendt,<br />

podría afirmarse que la reescritura realizada por Badiou de La República de<br />

Platón ilustra la “banalidad de la corrupción” en las democracias clásicas y<br />

contemporáneas.<br />

La corrupción existe incluso en las sociedades más democráticas.<br />

Quienes caen en ella no la perciben como algo demasiado malo debido a que<br />

la formación que recibieron estuvo más enfocada al éxito personal que al<br />

bienestar de la comunidad. Sin embargo, lejos de representar una conducta<br />

intrascendente, ésta deslegitima la misma democracia. Platón pensó que podría<br />

incluso aniquilarla y coadyuvar a la implantación de la tiranía. En la actualidad,<br />

donde la única forma de gobierno realmente viable es la democracia, lejos de<br />

constituir una enfermedad terminal, la corrupción se erige como un mal crónicodegenerativo<br />

que aunque no acarrea la muerte del paciente sí es responsable de<br />

sus disfunciones, en este caso, profundiza el déficit democrático.<br />

¿Qué hacer ante la banalidad de la corrupción? Ya el padre de la<br />

democracia, Solón, había recomendado educar correctamente a los ciudadanos<br />

en los valores de su comunidad para que no incurrieran en errores. Y tal receta<br />

no ha perdido del todo su vigencia. Quizá contenga ciertos elementos utópicos,<br />

tal vez todo planteamiento pedagógico se base en cierto ideal utópico, sin<br />

embargo, no es completamente irrealizable.<br />

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