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AMNISTÍA INTERNACIONAL

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a la Marcha por la Igualdad para celebrar el<br />

Orgullo Báltico 2016 en Vilna, la capital.<br />

El avance en relación con los derechos de<br />

las mujeres fue también desigual. La<br />

violencia contra las mujeres seguía siendo<br />

generalizada, a pesar de la adopción de<br />

medidas legislativas de protección cada vez<br />

más sólidas. Bulgaria, la República Checa y<br />

Letonia firmaron el Convenio del Consejo de<br />

Europa sobre Prevención y Lucha contra la<br />

Violencia contra las Mujeres y la Violencia<br />

Doméstica (Convenio de Estambul), y<br />

Rumania y Bélgica lo ratificaron. En cambio,<br />

el gobierno de Polonia, de manera<br />

claramente regresiva, anunció su intención<br />

de retirarse del Convenio pese a que sólo<br />

había pasado un año de su ratificación y se<br />

calculaba que hasta un millón de mujeres<br />

eran víctimas de violencia cada año en el<br />

país. El partido gobernante restringió también<br />

los derechos sexuales y reproductivos. Tras<br />

una huelga general de mujeres celebrada el<br />

3 de octubre, el Parlamento polaco rechazó<br />

un proyecto de ley que proponía la<br />

prohibición casi absoluta del aborto y la<br />

imposición de sanciones a las mujeres y<br />

niñas que se sometieran a un aborto, así<br />

como a cualquier persona que las animara o<br />

ayudara a hacerlo. En Irlanda ganaron<br />

impulso los llamamientos en favor de la<br />

derogación de la restrictiva legislación sobre<br />

el aborto, mientras que el Comité de los<br />

Derechos del Niño de la ONU pidió al país<br />

que lo despenalizara. En Malta, el aborto<br />

continuó penalizado en todas las<br />

circunstancias.<br />

LIBERTAD DE EXPRESIÓN, DE<br />

ASOCIACIÓN Y DE REUNIÓN PACÍFICA<br />

La represión de la disidencia, la expresión de<br />

opiniones críticas y la oposición política<br />

continuó siendo la norma en todo el territorio<br />

de la antigua Unión Soviética. Se mantuvo<br />

con especial intensidad en Uzbekistán,<br />

Turkmenistán y Bielorrusia, aunque no fue<br />

visiblemente peor que en años anteriores.<br />

Hubo un acentuado deterioro de la situación<br />

en Tayikistán y Kazajistán, mientras que en<br />

Rusia y Azerbaiyán se acentuó el declive<br />

observado desde hacía tiempo. Los medios<br />

de comunicación prorrusos sufrieron aún<br />

más ataques en Ucrania, mientras que las<br />

voces tártaras y afines a Ucrania fueron<br />

reprimidas con dureza en Crimea y dentro de<br />

Rusia. En Turquía se restringió agresivamente<br />

la libertad de expresión en el periodo<br />

posterior al fallido golpe de Estado. La región<br />

de los Balcanes siguió siendo peligrosa para<br />

las personas dedicadas al periodismo de<br />

investigación, decenas de las cuales<br />

sufrieron procesamiento y palizas por sacar<br />

abusos a la luz. Mientras, dentro de la UE,<br />

Polonia, Hungría y Croacia amordazaron las<br />

cadenas públicas de radiodifusión.<br />

Rusia mantuvo su estrangulamiento de las<br />

ONG, actuando contra las más críticas<br />

mediante la “Ley de Agentes Extranjeros” y<br />

de campañas difamatorias en los medios de<br />

comunicación. Decenas de ONG<br />

independientes que recibían fondos del<br />

exterior fueron añadidas a la lista de “agentes<br />

extranjeros”, lo que elevó el número total a<br />

146; de ellas, 35 habían cerrado con<br />

carácter permanente. La fiscalía presentó<br />

además la primera causa penal por “evasión<br />

sistemática de deberes impuestos por ley”<br />

contra Valentina Cherevatenko, fundadora y<br />

presidenta de la Unión de Mujeres del Don.<br />

Asimismo, se mantuvo el control férreo de la<br />

libertad de reunión pacífica.<br />

Kazajistán también utilizó por primera vez<br />

disposiciones del derecho penal contra<br />

dirigentes de ONG. En abril y mayo se detuvo<br />

a decenas de “organizadores” de las<br />

manifestaciones contra el nuevo Código de<br />

Tierras y a cientos de personas que habían<br />

participado en ellas. Aumentaron los<br />

procesamientos por comentarios en redes<br />

sociales, conculcando el derecho a la libertad<br />

de expresión, y se declaró culpables de<br />

“difusión de información que se sabía que<br />

era falsa” y de malversación a notables<br />

periodistas. En enero entraron en vigor<br />

cambios de la Ley de Comunicaciones que<br />

obligaban a los usuarios de Internet a instalar<br />

un “certificado nacional de seguridad” que<br />

permitía a las autoridades interceptar las<br />

comunicaciones y bloquear el acceso a los<br />

contenidos que consideraran ilegales.<br />

52 Informe 2016/17 Amnistía Internacional

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