Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Fénix.<br />
—¿Qué?<br />
—Había un tonto y condenado pájaro antes de Cristo llamado Fénix. Cada<br />
tantos centenares de años construía una pira y se arrojaba a las llamas. Debió de<br />
haber sido primo hermano del hombre. Pero cada vez que se quemaba a sí<br />
mismo, surgía intacto de las cenizas, volvía a nacer. Y parece ahora como si<br />
estuviésemos haciendo lo mismo, una y otra vez; pero sabemos algo que Fénix<br />
nunca supo. Sabemos qué tonterías hemos hecho. Conocemos todas las tonterías<br />
que hemos hecho en estos últimos mil años, y mientras no lo olvidemos, mientras<br />
lo tengamos ante nosotros, es posible que un día dejemos de preparar la pira<br />
funeraria y de saltar a ella. En cada generación seremos unos pocos más para<br />
recordar.<br />
Granger sacó la sartén del fuego y esperó a que el tocino se enfriara y luego<br />
todos comieron, lenta, pensativamente.<br />
—Bueno, vamos río arriba —dijo Granger—. Y no olviden esto. Ustedes no<br />
son importantes, no son nadie. Algún día nuestra carga puede ser una ayuda.<br />
Pero recuerden que cuando teníamos los libros a mano, hace mucho tiempo, no<br />
utilizábamos lo que ellos nos daban. Continuamos con nuestros insultos a los<br />
muertos. Continuamos escupiendo sobre las tumbas de todos los desgraciados que<br />
murieron antes que nosotros. Encontraremos a muchos solitarios la semana<br />
próxima, y el mes próximo, y el año próximo. Y cuando esa gente nos pregunte<br />
qué hacemos, podemos responder: recordamos. Así triunfaremos en última<br />
instancia. Y algún día recordaremos tanto que construiremos la más grande<br />
excavadora de la historia y cavaremos la tumba más grande de todos los tiempos<br />
y echaremos allí la guerra, y cubriremos la tumba. Vamos. Construiremos ante<br />
todo una fábrica de espejos, y durante un año no haremos más que espejos, y<br />
nos miraremos largamente.<br />
Los hombres terminaron de comer y apagaron el fuego. El día brillaba<br />
alrededor como si hubiesen alimentado una lámpara. Los pájaros que habían<br />
huido rápidamente volvían ahora a los árboles.<br />
Montag echó a caminar, y luego de un rato descubrió que los otros se habían<br />
retrasado. Se detuvo, sorprendido, y se apartó para dejar pasar a Granger, pero<br />
Granger lo miró y con un movimiento de cabeza le indicó que no se detuviera.<br />
Montag siguió adelante. Miró el río y el cielo y los rieles oxidados que<br />
retrocedían hacia las granjas, con sus graneros repletos, a donde había ido mucha<br />
gente, durante la noche, alejándose de la ciudad. Más tarde, dentro de un mes o<br />
seis meses, por lo menos antes de un año, volvería a caminar por aquí, solo, y<br />
seguiría caminando hasta unirse a ellos.<br />
Pero ahora había que caminar toda la mañana hasta el mediodía, y si los<br />
hombres guardaban silencio era porque había que pensar en todo, y muchas<br />
cosas que recordar. Quizá más tarde en la mañana, cuando el sol estuviese alto y