10.02.2018 Views

Fahrenheit 451 - Ray Bradbury

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Las cosas que he hecho en una semana!<br />

—Hizo lo que debía hacer. Algo que había empezado hace mucho tiempo.<br />

—Sí, lo creo, aunque no crea en otra cosa. Era algo que tenía que haber<br />

ocurrido antes. Lo sentí, mucho tiempo. Yo hacía una cosa y pensaba en otra.<br />

Dios, todo estaba ahí. Es asombroso que los demás no lo viesen. Y aquí estoy<br />

ahora, complicándolo también a usted. Pueden haberme seguido.<br />

—Me siento vivo por primera vez en años —dijo Faber—. Siento que estoy<br />

haciendo lo que debí haber hecho hace toda una vida. Por el momento no tengo<br />

miedo. Quizá sea porque hago al fin lo que se debe. Quizá sea porque he<br />

cometido un acto temerario y no quiero parecer cobarde ante usted. Supongo que<br />

tendré que hacer cosas aún más violentas, exponiendo mi propia vida, y no<br />

volver a caer y asustarme. ¿Cuáles son sus planes?<br />

—Seguir huy endo.<br />

—¿Sabe que ha estallado la guerra?<br />

—Lo oí.<br />

—Dios, ¿no es gracioso? —dijo el viejo—. Parece algo tan remoto sólo<br />

porque tenemos nuestros propios problemas.<br />

—No he tenido tiempo de pensar —dijo Montag sacando cien dólares—.<br />

Quiero que usted se quede con esto. Úselo como le parezca cuando me vay a.<br />

—Pero…<br />

—Puedo estar muerto al mediodía, úselo.<br />

Faber asintió.<br />

—Será mejor que vay a hacia el río, si puede. Sígalo, y si puede llegar a las<br />

viejas vías de ferrocarril, sígalas también. Aunque todo es prácticamente aéreo<br />

en estos días, y las rutas terrestres están abandonadas, esas vías siguen todavía<br />

ahí, herrumbrándose. He oído que hay aún campamentos de vagabundos en todo<br />

el país, aquí y allá; campamentos ambulantes, los llaman, y si uno camina<br />

bastante y con los ojos bien abiertos dicen que es posible encontrar a viejos<br />

graduados de Harvard en los caminos. Algunos tienen la captura recomendada<br />

en las ciudades. Sobreviven en el campo. No son muchos, y el gobierno no cree,<br />

parece, que sean bastante peligrosos como para organizar una batida. Puede<br />

usted quedarse algún tiempo con ellos y reunirse conmigo en Saint Louis. Saldré<br />

esta mañana, en el autobús de las cinco, para ver a un impresor retirado que vive<br />

en esa ciudad. Haré algo, al fin. Este dinero será útil. Gracias, y Dios lo bendiga.<br />

¿No quiere dormir unos minutos?<br />

—Será mejor que me vay a.<br />

—Examinemos antes la situación.<br />

El viejo llevó a Montag al dormitorio, movió un cuadro, y reveló una pantalla<br />

de televisión del tamaño de una tarjeta postal.<br />

—Siempre me gustaron las cosas muy pequeñas, las cosas que uno puede<br />

llevar consigo, que se pueden tapar con la palma de la mano, que no lo aplastan a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!