01.10.2015 Views

Los muertos no cuentan cuentos

Xd8rOm

Xd8rOm

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

278<br />

punk estaba con otros tipos igual de rotos. Saska la vio subir<br />

al departamento, encima de Ojo por Ojo Records, algo que <strong>no</strong><br />

comprendía muy bien. La miraba fijamente, le decía: “Hey,<br />

te amo, te amo, tienes que ser mía”. Azul lo veía de reojo y eso le<br />

encantaba a Saska, el mo<strong>no</strong>. Le gustaba saber que era visto por<br />

su amada, esa comunicación lo encendía, ella le decía: “Te amo<br />

mo<strong>no</strong> Saska, ahora <strong>no</strong> puedo, pero te amo, mata a Kan y seré<br />

tuya”. Saska sabía que eso decía con la mirada, por eso aquella<br />

tarde la dejó. Sabía que Kan dormía repleto de chuzo en aquel<br />

sofá gigante de su piso. La última imagen que tuvo de Azul fue<br />

cuando ella ponía un disco y se sentaba en el sofá a escribir,<br />

junto a la ventana, mirándolo. De inmediato fue por su calibre<br />

22. Corrió por la ciudad como nunca. Sin que nadie se percatara<br />

trepó por un poste de luz y se coló al piso de Kan. Estaba<br />

ahí, dormido, babeante, aún con el cinturón en el brazo. Por<br />

segundos parecía que seguía lamiendo la teta de Azul. Sonreía<br />

como un idiota. Matarlo <strong>no</strong> fue difícil. Saska esperó hasta<br />

que abriera los ojos. Se plantó frente a su rostro, quiso decir:<br />

“No es nada personal” y disparó toda la carga. Kan sólo pudo<br />

ver a un pequeño mo<strong>no</strong> vestido como confederado con una<br />

horrenda máscara de plástico que le gruñía con furia mientras<br />

le disparaba.<br />

Todos co<strong>no</strong>cían a Jazz. Había estado aquí hace poco tiempo.<br />

Cantando canciones de viejo punk, Eskorbuto, Ser-vizio, La<br />

Polla Records, tú sabes. O allá, con los putos, moviendo el culo<br />

y jugando al badajo de la campana de la independencia, tú<br />

sabes. Luego con los hipsters recitando entre gafas de cianuro<br />

los últimos versos de Ginsberg, tú sabes. Lo vieron también

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!