Magdalena Medio Santandereano - Movimiento de Víctimas de ...
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El cruel asesinato <strong>de</strong> Filemón reflejó la constante persecucón que Masetos y militares<br />
tenían sobre la familia Cala Reyes. Des<strong>de</strong> 1988, en los patrullajes realizados por los<br />
militares en la zona, estos entraban a la casa <strong>de</strong> los Cala y se llevaban ropa, dinero y otros<br />
bienes; <strong>de</strong>bido a este permanente hostigamiento el señor Cala tuvo que irse <strong>de</strong> nuevo<br />
<strong>de</strong>jando a Filemón a cargo <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l campo. Filemón había sido <strong>de</strong>tenido en<br />
septiembre <strong>de</strong> 1988 por personal <strong>de</strong>l ejército al mando <strong>de</strong>l Teniente Orlando Hernando<br />
Pulido Rojas, en esa ocasión fue sometido a torturas en la base militar <strong>de</strong> El Carmen;<br />
también fue amenazado en esa ocasión por el mismo teniente que le dijo que sería<br />
eliminado, no por él, “pero sí por los <strong>de</strong> San Juan Bosco”.<br />
A<strong>de</strong>más, un mes antes <strong>de</strong>l crimen, el 7 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1990, Filemón asistiría a una reunión<br />
programada por el ejército y los paramilitares, en la cual a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> preguntarle por su<br />
i<strong>de</strong>ología y programa a los últimos, les había criticado algunas <strong>de</strong> sus acciones y les<br />
indagó sobre sus verda<strong>de</strong>ras motivaciones. Los paramilitares le dijeron simplemente que:<br />
“un día <strong>de</strong> estos le respondían”. Des<strong>de</strong> ese día, las amenazas y el hostigamiento tanto <strong>de</strong><br />
militares como <strong>de</strong> Masetos sobre la familia Cala, y en especial sobre Filemón, se<br />
incrementaron al máximo. Así, el 10 <strong>de</strong> febrero, una patrulla <strong>de</strong>l ejército al mando <strong>de</strong>l<br />
Teniente Orlando Hernando Pulido Rojas, lo <strong>de</strong>tuvo en el casco urbano <strong>de</strong> El Carmen,<br />
sometiéndolo a interrogatorios y amenazándolo <strong>de</strong> muerte a él y su familia; también sufrió<br />
múltiples maltratos y torturas. Las agresiones eran <strong>de</strong> tal magnitud, que el padre <strong>de</strong><br />
Filemón nuevamente tuvo que refugiarse un tiempo en una ciudad, siendo obligado a su<br />
regreso a presentarse 2 o 3 veces a la semana a la Base Militar <strong>de</strong> la Vereda Honduras<br />
Alto. La constante persecución por las reclamaciones <strong>de</strong>l joven campesino, quien<br />
<strong>de</strong>nunciaría estos hechos y la conformación <strong>de</strong> grupos paramilitares en la región en el<br />
diario Vanguardia Liberal, sólo terminaría con su asesinato.<br />
Después <strong>de</strong>l crimen <strong>de</strong> Filemón, <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> habitantes <strong>de</strong> la vereda Honduras tuvieron<br />
que abandonar sus parcelas y se refugiaron en el centro urbano <strong>de</strong> la población , para<br />
po<strong>de</strong>r proteger sus vidas <strong>de</strong> la maquina <strong>de</strong> la muerte paramilitar.<br />
El 5 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1990, una patrulla paramilitar <strong>de</strong>l grupo Los Masetos integrada por once<br />
hombres al mando <strong>de</strong> Isidro Carreño y José Alberto Parra y efectivos <strong>de</strong>l ejército, <strong>de</strong>tuvo,<br />
torturó y asesinó al campesino GUMERSINDO FONTECHA ZEA <strong>de</strong> 21 años, en la vereda<br />
Rancho Gran<strong>de</strong>. Cuando los paramilitares retuvieron a Gumersindo lo ataron <strong>de</strong> pies y<br />
manos, lo golpearon y torturaron en presencia <strong>de</strong> varios pobladores; luego lo llevaron a las<br />
instalaciones <strong>de</strong> la base militar <strong>de</strong> la vereda Rancho Gran<strong>de</strong> don<strong>de</strong> permaneció <strong>de</strong>tenido<br />
ilegalmente durante tres días. Después lo llevaron a la vereda Bajo Cascajales y a la base<br />
paramilitar <strong>de</strong> El Centenario. Varios testigos afirmaron que miembros <strong>de</strong>l ejército<br />
manifestaron que Gumersindo había sido asesinado y aparentemente enterrado en la<br />
vereda El Porvenir. Gumersindo y un hermano <strong>de</strong> él habían sido <strong>de</strong>tenidos por el ejército<br />
el 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1989 y tres semanas antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>saparecido fue retenido por<br />
militares que lo agredieron y le dispararon cerca al cuerpo a la altura <strong>de</strong> la cabeza.<br />
Mientras patrullaban con la víctima, los militares <strong>de</strong>jaron propaganda alusiva al<br />
“<strong>Movimiento</strong> <strong>de</strong> Auto<strong>de</strong>fensas Campesinas <strong>de</strong> Colombia”.<br />
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