MANEJO Y GESTION DE LA SEGURIDAD - Seguridad Ciudadana
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acercamiento a las rondas campesinas se produjo<br />
en setiembre del 2001, a un mes de nuestra<br />
llegada al Ministerio, en un encuentro de<br />
dirigentes de la Confederación Campesina del<br />
Perú. En él nos solicitaron nuestro apoyo para<br />
la aprobación de la nueva ley de rondas campesinas.<br />
Ese apoyo no solo se materializó, sino<br />
que en tanto se discutía en el Congreso la nueva<br />
ley, promulgada finalmente el 6 de enero<br />
del 2003, el Ministerio del Interior y la Coordinadora<br />
Nacional de Rondas Campesinas iniciaron<br />
un diálogo para convenir los términos<br />
de un convenio de cooperación.<br />
Durante un año se negociaron, paso a paso,<br />
cada una de las palabras de un documento de<br />
cuatro páginas. Más importante aún, se fue forjando<br />
la necesaria confianza para el establecimiento<br />
de una nueva relación. Luego vendría<br />
la firma del convenio primero en Chota y luego<br />
en Cutervo, Bambamarca y Ayaviri en Puno.<br />
El citado convenio sentó las bases para un acercamiento<br />
inédito entre la institución policial y<br />
las rondas campesinas, acercamiento que perseguía<br />
allanar el camino para un mejor entendimiento<br />
entre estas y las autoridades fiscales<br />
y judiciales. Superaba así casi tres décadas de<br />
política oficial de desdén hacia las rondas campesinas<br />
y siglos de exclusión de las organizaciones<br />
autónomas de los campesinos por el<br />
Perú oficial y sus instituciones.<br />
No obstante, el convenio y el nuevo vínculo<br />
al que empieza a dar lugar, cuya expresión<br />
más avanzada se encuentra en Cajamarca, tiene<br />
sus detractores no solo entre quienes desean<br />
seguir dándole la espalda al Perú profundo,<br />
sino entre quienes, desde la otra orilla<br />
y quizá sin quererlo, apuntan a lo mismo con<br />
[63]<br />
el argumento de que el convenio compromete<br />
a la autonomía de las rondas campesinas.<br />
En la práctica, el nuevo clima permitirá la gradual<br />
integración no solo de dos mundos sino<br />
de dos sistemas normativos y judiciales, hasta<br />
ahora largamente desvinculados entre sí.<br />
Ello demandará un esfuerzo grande de las au-<br />
Para las rondas tampoco será<br />
fácil, porque deben actuar con<br />
responsabilidad para evitar que<br />
las transgresiones a la ley en que<br />
incurren con frecuencia<br />
constituyan un obstáculo al<br />
reconocimiento de sus derechos<br />
y de sus prerrogativas.<br />
toridades para que, inspiradas en el ejemplo<br />
del capitán Montenegro, abandonen la actitud<br />
soberbia que las caracteriza y vayan al encuentro<br />
de una realidad que desconocen para,<br />
desde ella, y en un marco de profundo respeto,<br />
comenzar a transitar el camino de la integración,<br />
que es el camino de la inclusión.<br />
Para las rondas tampoco será fácil, porque<br />
deben actuar con responsabilidad para evitar<br />
que las transgresiones a la ley en que incurren<br />
con frecuencia constituyan un obstáculo<br />
al reconocimiento de sus derechos y de sus<br />
prerrogativas. Por otro lado, porque deben entender<br />
que para su paulatina inclusión en la<br />
institucionalidad democrática es preciso conceder<br />
espacios a su propia autonomía.