manual del alumnomanual del alumno - Cursos de Buceo
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Sin embargo, no es frecuente<br />
realizar todo un recorrido siguiendo<br />
con el compás un rumbo<br />
<strong>de</strong>terminado. Sólo si el fondo<br />
es muy plano (las isobatas se<br />
convierten en franjas muy anchas)<br />
y sin <strong>de</strong>talles que nos sirvan<br />
<strong>de</strong> referencia (pra<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />
Posidonia, arenal, etcétera.) no<br />
tendremos otro remedio que utilizar<br />
el compás para seguir una<br />
dirección y encontrar el camino<br />
<strong>de</strong> vuelta con el rumbo opuesto.<br />
También si conocemos la <strong>de</strong>-<br />
La orientación con el compás pue<strong>de</strong> ser útil<br />
mora <strong>de</strong> un punto <strong>de</strong>bajo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
pero no suficiente.<br />
agua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro pue<strong>de</strong> servir<br />
para encontrarlo. Por ejemplo, es lo que haríamos cuando nos dicen que<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la proa <strong>de</strong> un barco hundido si seguimos el rumbo <strong>de</strong> 250º po<strong>de</strong>mos<br />
encontrar unas rocas en las que hay una cueva con un bogavante.<br />
En ese caso <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>splazarnos vigilando el compás en las posturas<br />
que ya indicamos en el primer capítulo, manteniéndolo siempre horizontal<br />
y alejado <strong>de</strong> objetos metálicos como las botellas.<br />
Es difícil que coincida nuestra <strong>de</strong>rrota (rumbo real que seguimos) con el<br />
rumbo teórico que preten<strong>de</strong>mos seguir. La posición que lleva el compás,<br />
nuestra forma <strong>de</strong> aletear, o una ligera corriente pue<strong>de</strong>n separarnos inapreciablemente<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> rumbo. Unos grados a la <strong>de</strong>recha a la ida y otros tantos a<br />
la vuelta pue<strong>de</strong>n provocar que no encontremos el punto <strong>de</strong> partida. Por<br />
tanto, no conviene fiarse mucho <strong>de</strong> este procedimiento para orientarse <strong>de</strong>bajo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> agua si la distancia a recorrer es gran<strong>de</strong> y es conveniente, si lo utilizamos,<br />
tomar otras referencias que nos permitan comprobar que vamos<br />
bien.<br />
Si no tenemos referencias naturales claras, excepcionalmente, y siempre<br />
que no suponga una grave alteración <strong><strong>de</strong>l</strong> ecosistema submarino, po<strong>de</strong>mos<br />
ir <strong>de</strong>jando marcas. Montoncitos <strong>de</strong> arena, piedras <strong>de</strong> pequeño tamaño unas<br />
encima <strong>de</strong> las otras, etcétera., pue<strong>de</strong>n servir para confirmar a la vuelta que<br />
vamos por buen camino. Estas marcas hay que <strong>de</strong>jarlas separadas <strong>de</strong> manera<br />
que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una se vea la siguiente. Cuando las encontremos a la vuelta<br />
<strong>de</strong>bemos quitarlas para <strong>de</strong>jar todo como estaba.<br />
Pero, lo más importante es ir mirando, <strong>de</strong> cuando en cuando, hacia<br />
atrás. Ya hemos dicho que la luz, la fauna que tapiza las rocas, etcétera.<br />
pue<strong>de</strong>n producir imágenes diferentes cuando pasamos por un lugar en una<br />
dirección u otra. A<strong>de</strong>más, cuando “vamos” nuestra atención se centra, normalmente,<br />
en observar los seres vivos que nos encontramos, por consiguiente,<br />
es necesario levantar la cabeza, mirar por don<strong>de</strong> venimos y grabar<br />
esas imágenes que luego nos servirán para encontrar el camino <strong>de</strong> vuelta.<br />
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