Tucidides - Las Guerras del Peloponeso - v1.0

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entender en la fortificación de los lugares para defensa de los pueblos; antes cada uno, creyendo que podría convencer a los otros de lo que dijere, o si no les puede persuadir, que revolverá la ciudad y el estado de la república por interés particular, fija toda su atención en esto, y no es de creer que una multitud de gentes diferentes se pueda poner de acuerdo para obedecer las palabras de quien les aconseje que se unan para defenderse de sus contrarios, antes cada cual estará dispuesto a hacer lo que le antoje según su voluntad y apetito, mayormente habiendo entre ellos bandos y sediciones, según tengo entendido, que al presente hay. «Además no tienen tantas gentes de guerra como dicen, porque comúnmente se exagera en estas cosas. Los mismos griegos no pudieron reunir tan gran ejército como se alababa de tener cualquiera de sus Estados, cuando fue preciso en la pasada guerra contra los medos, que toda Grecia se pusiera en armas.
»Estando, pues, las cosas de Sicilia en el estado que os he dicho, según entiendo por la relación de muchas personas dignas de fe y crédito, facilísima os será esta empresa, mayormente habiendo entre ellos muchos bárbaros, los cuales, por la enemistad que tienen con los siracusanos, de buena gana se unirán con nosotros. »Bien mirado, tampoco nos podrá estorbar esta guerra el atender a las cosas de acá, pues es cierto que nuestros mayores antepasados, teniendo por contrarios todos los que ahora dicen que se declararán a favor de nuestros enemigos, cuando supiesen que nuestra armada está en Sicilia, donde al presente no nos impiden pasar y, además de ellos, los medos adquirieron este imperio y señorío que tenemos, no por otros medios, sino por ser poderosos en la mar y tener gran armada, que es la causa sola porque los peloponesios han perdido la esperanza de podernos vencer de aquí en a<strong>del</strong>ante. »Además, si ellos determinasen entrar en
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TUCIDIDES HISTORIA DE LA GUERRA DEL
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ción ventajosísima a los de Anfí
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tribuna, el carácter de las asambl
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motivaba las expediciones militares
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fortuna mobiliaria y la marina de g
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de este/ género, testigo presencia
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saber la verdad de lo ocurrido y di
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la situación de los oradores con t
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Es mejor historiador de consulta pa
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LIBRO I SUMARIO I. Refiere Tucídid
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medos, reedificaron su ciudad, y pr
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El ateniense Tucídides escribió l
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guerra, lo más y mejor de toda aqu
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tiempo, según muestra por conjetur
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tas antiguos, en los cuales se hall
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ones por premio de la contienda, y
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los que demandaban a Helena por muj
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to que llevó se puede conjeturar c
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de las naves de Filoctetes, porque
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sosiego para crecer en fuerzas y au
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escribimos, para lo cual Aminocles
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escribirse, antes que entrase en el
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sino guardar sus personas, conserva
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este fin, y de esta manera llegaron
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creer al que quisiera explicarlas c
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que cuentan en sus historias, por n
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semejantes que podrán suceder en a
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sea menester preguntar la causa de
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Epidamno es una ciudad que está as
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Los de Epidamno, al saber que los d
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a Apolonia, pueblo de los corintios
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de pobladores. Fueron muchos los qu
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Los corintios, no accediendo porque
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dueños de la mar en todas aquellas
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III Discurso de los embajadores cor
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peligro en compañía de otros, aho
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gaña, pues no es dudoso que los la
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con vuestros amigos y confederados,
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dos de aquélla, dejarnos de recibi
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IV Discurso y respuesta de los cori
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que ellos no salen navegando a otra
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contra nosotros han cometido, no qu
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las ciudades, que no son firmantes,
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ces os hicimos, y también porque e
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mo ahora nosotros que estamos en la
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V Los atenienses se alían a los co
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todo esto recibieron por compañero
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Euríbato. Acamparon en una de las
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socorrían pronto a las corcirenses
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eran los vencidos ni los vencedores
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Los corcirenses tenían su campo en
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nuestros, y para ello tomando las a
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muchos prisioneros y cautivos de lo
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VI Querellas entre atenienses y cor
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donia, y también de los corintios,
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tieron que si los atenienses venía
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dades se les habían rebelado, y al
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otros capitanes sus compañeros, en
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Después de esta batalla los atenie
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era menester y proveer todo lo de f
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como cada cual de los confederados
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particular entre vosotros, varones
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nos tienen ahora tomada a Corcira p
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sabemos que los medos que venían d
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osadía que sus fuerzas requieren;
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provecho es más dañoso a la perso
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de los suyos se pasan a otros, ante
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primero por otros negocios, y al o
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«Solamente hablaremos de lo que ac
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los extranjeros que a vuestra tierr
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pesar, ni deben tener envidia los g
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en ejercerlo, que siempre fue y se
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inferior se desmande contra su supe
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algún desastre se acogen a la raz
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llas de sus aliados los corintios c
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haber de los particulares. »Si alg
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amistad y alianza no solamente a lo
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dinero, lo que no hacen los nuestro
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denostar las fuerzas y aparatos de
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X Discurso del éforo Esteneladas p
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arcos y más caballos que nosotros,
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parecer que las confederaciones y a
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XI De cómo los atenienses, despué
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que estaban casi todos derribados y
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para esta obra hicieron trabajar a
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gún les aconsejó Temístocles, é
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pues los cimientos y fundamentos so
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por mar resistiesen a todos. De est
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nes con pequeño ejército, que al
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XII Guerras que los atenienses tuvi
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Eión, que está asentada en la rib
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atalla naval fueron o tomadas o des
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on las cercas y murallas de su ciud
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cerco, que duraba más de diez año
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o, y entró por tierra de Egipto, q
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Mas como los atenienses no moviesen
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navíos, y de la otra parte de Gere
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Pasado esto, los eginetas, no pudie
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embarcarse a Cirene. La tierra de E
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Tres años después atenienses y pe
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otros que se habían expatriado, vo
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novedades en su ciudad. Los atenien
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isla de Samos y pusieron cerco a la
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Pasado algún tiempo comenzaron las
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on los procuradores y embajadores d
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«Varones amigos nuestros, aliados
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provoca la guerra, ensoberbecido co
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con el ejercicio aprender la habili
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por una sola? En lo que claramente
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primero. »Por todas estas razones
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XIV Acordada la guerra contra los a
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Cilón, noble y poderoso, que en lo
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mente de la fortaleza y se salvaron
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y muerto algunos fugitivos que ped
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envía por mar alguno de los tuyos
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te concedía audiencia a los que a
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a en inteligencia con ellos y trama
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llamado Argilo, que fue el que llev
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no le haría mal, cumpliendo con to
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crilegio, les imputaron otro tanto,
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sido culpado en la misma conspiraci
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sentado en tierra con el hijo del r
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después que Jerjes perdió la bata
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Asia, donde se ve hoy día su sepul
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una parte y de otra las ofensas y l
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XVII Discurso y opinión de Pericle
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leyes; y para que ninguno de vosotr
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»Hablando de lo pasado, sabemos qu
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tinuo ejercicio de mar. Tenemos má
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que les podemos destruir parte del
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esto no quiero hablar más ahora, s
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veis. No debemos, pues, ser menos q
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LIBRO II SUMARIO I. Los beocios, an
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con los atenienses. — XII Los pel
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La guerra entre atenienses y pelopo
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guardia, y llegaron hasta la plaza,
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las calles como podían, sin saber
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la ciudad, habían sido todos muert
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on vencidos y presos. Enviaron los
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aprestaron a la guerra, y lo mismo
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La mayor parte se aficionaban antes
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de a pie. Tal fue el apresto y ayud
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«Varones peloponesios y vosotros n
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Atenas, muy provista de todas las c
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Llegó Melesipo al campamento de lo
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diez capitanes de los atenienses, a
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guerra de Potidea. Contaban, ademá
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Otras muchas razones les dijo Peric
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de Júpiter Olímpico, el de Apolo,
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no les era lícito habitar allí, s
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V Los peloponesios entran a saco en
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dole que si usara de diligencia hub
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destruir y robar su tierra. Y cuand
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altercado porque unos querían sali
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ellos: por eso entonces les había
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memoria de los muertos en la guerra
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causaron, fue uno, saltar en tierra
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an acudido para arrojarle de ella.
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llaman el ave de Daulia, y es veros
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y Prona, y sin ninguna resistencia
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Crisis, quienes, al llegar por mar
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persona notable y principal de la c
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de elogiar delante del pueblo a aqu
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dad de todas las cosas necesarias,
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que toca a la república y al bien
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osado acometernos cuando todos est
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sobre ello no impide realizarlo bie
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ñales e indicios, porque hay tanto
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castigo y venganza de sus enemigos
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dignos ciertamente de ser imitados
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que no puede ser mucho, lo pasaréi
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VIII Epidemia ocurrida en la ciudad
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esta epidemia (según dicen) primer
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se como rubia y cárdena, llena de
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fuerza de este mal. Dejando aparte
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tos que habían metido en la ciudad
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ellos la vida. Y no había ninguno
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an igualmente la respuesta que hab
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que perdían el tiempo en balde, pa
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opinión y a maldecir a Pericles, d
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nienses, no ha nacido de otra cosa
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que me culpáis sin razón. «Porqu
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peor. Pero quiero al presente manif
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que viene las más veces de una pro
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ner saña contra mí, que con vuest
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tua para el venidero. «Teniendo es
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manera, que en adelante no enviaron
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icles tuvo el poder junto con el sa
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gos, además de los otros; a pesar
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tierra robaron y arrasaron muchos l
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porque les pareció que por esta v
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mandar ayuda a los atenienses para
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otros, viendo que por ninguna guerr
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XII Los peloponesios sitian Platea,
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todos los confederados y aliados, q
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lo que había pasado con Arquidamo.
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juramento que hicieron vuestros pad
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hicieron unos zarzos en forma de ce
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grandes minas por dentro de la mura
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cuando veían venir el golpe de la
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de las ciudades su cuadrilla, y hac
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En este mismo verano, al principio
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les hicieron volver las espaldas y
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anactorienses, los ampraciotas y lo
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espondió que no le era lícito des
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en combatir, sino en tomar lugar pa
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XIV Triunfan los atenienses en bata
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estrecho. Llevaban por capitanes aq
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denuestos, que ni podían oír ni e
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suyos. A causa de esto enviaron los
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sa, que pertenecía a los pelopones
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de temor, porque nuestros aprestos
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vemos motivo para abrigar temor, an
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XVI Discurso y exhortación de Form
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mayor esperanza. »De otra parte, l
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pueda. »Lo que a vosotros toca es
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XVII En la segunda batalla naval am
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la batalla, las acometieron con cua
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miedo de que si se acercaban más,
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XVIII Intentan los peloponesios tom
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on en camino, y llegados que fueron
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de haberlas tenido mucho tiempo en
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prendió guerra contra Perdicas, hi
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ién mandó venir en su ayuda los a
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acostumbrados a tomar que a dar; y
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naciones del monte Ródope y viven
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Perdicas, hijo de Alejandro, cuando
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Pasado esto, y viendo Sitalces que
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XX Proezas de Formión, capitán de
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manera empantana la tierra con sus
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mavera fue por mar a Atenas, llevan
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los mitilenios en la junta de los c
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I Los atenienses sitian la ciudad d
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vez se declararon más pronto de lo
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ciudadanos, o la mayor parte, vení
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grado lo otorgaron los atenienses,
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se metieron en un bergantín, despu
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yos por los del pueblo de Nérico c
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legítima, que los que en tiempo de
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ses, por la diversidad de votos y p
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poco a poco a muchos, unos en pos d
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tros los confederados, las causas p
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nuestra, que es ajena y está lejos
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miento, los lacedemonios y los otro
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ar su gente de guerra junto al Estr
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enta naves para este viaje, nombran
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Sabido esto por los atenienses, y q
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IV Los atenienses sitiados en Plate
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ellos, y porque un hombre solo pudi
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a, y además de estas armas, llevab
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pudiesen mejor subir. Cuando todos
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enviaron sus farautes a los enemigo
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dad de noche, por un arroyo que pas
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les faltaban las provisiones, tuvie
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muy de prisa en torno del Pelopones
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Eolia, donde podrían rebelar a los
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os, había sido visto y descubierto
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quisieron ser de su bando, salieron
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acordado así por juzgar el crimen
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VI Discurso y proposición de Cleó
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das, sin fijaros en que hay mejor g
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la pena pronto y la injuria es reci
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muy ajenas de aquellas con que pod
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quieren los hombres mediante razón
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gos; de modo que el tiempo que hab
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éis perseverar en vuestro señorí
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VII Discurso de Diódoto, de contra
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sigan su parecer, no por eso dejar
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sospecha de que procura por vías o
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ahora de ira y de enojo, que los m
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prosperidad de la fortuna. Aunque e
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ntra nuestros enemigos. »Por tanto
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que si caen en vuestras manos, la m
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VIII De cómo Mitilene estuvo en pe
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Llegó, pues, esta galera poco desp
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da a las naves para que pudiesen pa
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jasen responder más largo por com
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mos haber sido engañados en ambas
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vosotros, pues comenzasteis la guer
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que os siguieron, sino a los caudil
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siempre el mismo juicio de una mism
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ecimientos y servicios hechos a tod
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templos de dioses donde vuestros ma
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esto no lo hiciéramos aunque supi
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X Discurso de los tebanos contra lo
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»A lo que dicen que cuando los med
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«Demostraremos ahora que vosotros
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que os hagan bien aquellos contra q
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azón que os habíamos ofendido; pe
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muertos por derecho de guerra, como
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cia y razón sufren injurias, mal o
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les parecía que todo el tiempo ant
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pensaban que los mismos tebanos les
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a dar a la costa del Peloponeso, do
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fin fue absuelto de esta demanda, y
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para que fuesen de su bando, y a to
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ciudad se hubiese quemado toda. Con
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sospechando que hiciesen alguna nov
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temiendo que les ocurriese lo que l
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puerto de Léucade en busca de ello
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lizándose en aquella ciudad todas
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los del pueblo eran del partido de
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mostraba más furioso y arrebatado
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ecían al común, que llaman democr
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iéndolas ejecutar antes por consej
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pasaron a la isla. Al saltar en tie
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contra los leontinos y estaban conf
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ca en ellas. Estas islas las habita
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parte que tembló más reciamente s
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plantaron su campo delante de la ci
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que darían licencia a todos los qu
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XIV Demóstenes, capitán de los at
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armada y tan gran poder, así porqu
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iban solamente los cefalenios y los
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los enemigos acabaran de reunirse.
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no se viese entonces en el ejércit
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los atenienses que había llegado a
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an cercados. Después fueron contra
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de los atenienses desbaratándola y
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tando Con sus mujeres e hijuelos Vi
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todo cesó por las adversidades y m
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en un collado, y tenía un muro muy
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los acarnanios rápidamente sin ser
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por tener de frente a Demóstenes.
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le otorgaron los muertos, hicieron
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pitanes que allí se hallaban les q
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on, aunque de éstos el mayor núme
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muertos?» Entonces dijo el trompet
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volvieron al puerto de Naupacto y D
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que así la guerra acabaría allí
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LIBRO IV SUMARIO I. Hechos de guerr
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prenden la campaña contra los beoc
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Impulsáronle también algunos ciud
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tando en este debate sobrevino una
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inexpugnable. Sucedió también que
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ecobrar el lugar de Pilos, pero los
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parlo todas de frente, con las proa
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débil, pues no había procurado ha
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»Os ruego, pues, que traigáis a v
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mas peleando desde el puente de un
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do en tierra, armaron de gente sus
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llegaron a Esparta, acordó el Cons
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enviados los embajadores a Atenas,
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largas razones de las que tenemos d
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zas y poder que tenéis al presente
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dar y cumplir lo que prometió, y t
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pensando que los atenienses tenían
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dos serían culpados, y, por tanto,
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III Hechos que realizaron en Sicili
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Los siracusanos se juntaron allí c
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talaron. Sabido este mal por los si
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IV Triunfan los atenienses en Pilos
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a de la mar hacia tierra, pues con
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taban de la suerte que les daban a
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él no temía a los lacedemonios, y
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no podría llegar con toda ella a s
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isla por aquel lado estaba muy alta
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vuelven, revuelven sobre ellos por
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que les tiraban los contrarios. Ade
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cumbre. Cuando los lacedemonios se
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trompetas en una barca, y les dijo
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armas, sino que pelearían hasta la
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V Victoria de los atenienses contra
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se situó en Quencrea para socorrer
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no cuidando los enemigos de seguirl
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VI Los atenienses ayudan a entrar e
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determinado entregarlos a los corci
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con las flechas que les tiraban sus
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ion, situada a la entrada del golfo
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donde se habían acogido y de los d
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halló a los citerios todos en arma
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ninguna empresa, creyendo que la fo
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lugares más altos, y allí estuvie
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de los otros, levantóse Hermócrat
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nestaciones, porque tienen ejércit
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procuran aumentar su señorío; mas
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objeto, aunque se haga con justa ca
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parecer y de la fortuna, a la cual
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ninguna cosa tenían por imposible,
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ciones, y refugiados en Pegas, acor
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latrocinios, sacar de noche, con co
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mo los atenienses, iban contra ello
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de Mégara por tratos. Con este pro
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monte de Gerania. A este lugar lleg
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mados a la ligera, que dispersos en
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victorias antes, y que si aventurab
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po.
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ío, Demódoco y Arístides, que a
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sueldo algunos hombres de guerra pe
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aquel camino para pasar seguro. Acu
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que el mismo día que partió de Me
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por la pérdida en la jornada de Pi
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Tracia, declararon enemigo al rey P
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sólo la tercera parte, teniendo po
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lo, a persuasión de Brasidas, cons
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irme. No puedo imaginar que tengái
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que imputamos a los atenienses, sie
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en su derecho y libertad, os dejás
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XII Los generales atenienses Hipóc
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y piedra que tomaban de las casas m
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de asolarla, no hay duda de que les
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que somos de aquel tiempo; siendo a
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armas, más de diez mil armados a l
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ganando con una batalla esta tierra
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peleaban animosamente, de tal maner
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cuales está prohibido a todos los
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por derecho de guerra, a los que se
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artefactos de guerra, y, entre otro
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ellos arribó a tierra de Sición;
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En este mismo invierno, Brasidas, c
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Tramada por éstos la traición con
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para la moneda, por cuya causa ten
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que Brasidas, que había llegado a
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mer de los atenienses, porque hací
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XIV Brasidas toma la ciudad de Toro
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ateniense de los que estaban dentro
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iendo otros por los andamios apoyad
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pro común de todos los ciudadanos,
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te a tierra, y del ruido que hizo a
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XV Los atenienses ajustan treguas c
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lícito a todos los que quisieren d
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de 500 talentos. »Ítem, que todos
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el Senado y los del pueblo para est
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XVI Rómpese la tregua por tomar Br
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y los de Esciona fuesen isleños, t
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todo y por todo, decía que los de
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Esciena, a quien no había querido
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los demás peloponesios que tenía
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poco apartado del real de Brasidas.
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pante la multitud de los enemigos,
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ímpetu cuando acometan, y os retir
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signio, mandó a los trescientos so
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XVIII Los atenienses toman Menda y
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golpes que tuvo que retirarse, y Ni
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esto tuvieron los capitanes harto q
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lio; no obstante esto, Iscágoras,
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desbaratada y puesta en fuga, por l
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LIBRO V SUMARIO I. Los atenienses,
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ses, treguas que rompen los argivos
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según lo antes referido, pues habi
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pudo al burgo viejo de la ciudad. L
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dadanos, a causa de lo cual, viénd
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sena, de donde fueron lanzados por
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II Brasidas vence a Cleón y a los
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caballo, entre mircinios y calcíde
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pesábale en gran manera no haber t
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sino sólo que os declare la manera
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«Muéstrate, pues, Cleáridas, hom
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por la parte que primero había pen
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viendo que no era tiempo de esperar
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muertos, que se hallaron hasta 600,
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porque les parecía que no era tiem
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devolvían la villa de Cinuria, y n
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a famosos hechos. A éste le parec
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seaba la paz, pareciéndole que ces
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y que para esto puedan enviar sus n
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ses a los lacedemonios las villas d
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geto, Quiónide, Metágenes, Acanto
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los atenienses, o que, si los ciuda
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juramento como el de la paz escrita
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IV La paz entre atenienses y pelopo
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on el imperio y señorío de los at
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Volviendo a la historia, digo que d
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que el mando y señorío de los lac
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este artículo hiciese mención alg
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mento que no les abandonarían así
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labrar, que les pagasen cada año u
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mando y autoridad sobre todos.
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dadanos que habían sido echados de
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hacer; visto lo cual los atenienses
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algunos que ya estaban elegidos par
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hecho lo que podían devolviendo lo
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la paz, y se hizo una asamblea en L
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alianza, como habían hecho los cor
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los otros que querían juntarse con
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con ellos como la habían hecho con
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se inclinase la cosa, estarían seg
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ton y los prisioneros atenienses, a
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la amistad que su abuelo repudió.
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excusarse de la alianza que habían
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compañía para ajustar y convenir
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vios contra los lacedemonios por no
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»Además, que si algunos enemigos
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dos en la más estrecha forma que p
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VII Después de muchas empresas gue
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cuando enviaron su gente a Lepreon
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viniesen al templo y quisieran sacr
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sido fundada y poblada contra ellos
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da de los epidaurios por fuerza de
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Por este mismo tiempo los lacedemon
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che secretamente con sus escalas pa
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otros estaban a punto de hacerlo, y
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do. Los corintios, los pelenenses y
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Encontrándose los dos ejércitos a
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airados contra Agis. También los a
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fueron de esta opinión, se quedaro
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era la ira y saña que tenían cont
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como los esclavos, con la mayor dil
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sin que pelease. Cuando volvió a t
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están ordenados, por lo cual la ma
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escuadras estaba junto y cerrado a
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según suele suceder a menudo cuand
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medio la punta derecha de los suyos
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sus posiciones, y los más de ellos
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cuales levantaron trofeo en señal
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aquellos que habían quedado en gua
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Había en la ciudad de Argos muchos
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adelante francas y libres, y en su
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adas con los lacedemonios que habit
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hicieron otro nuevo, y pasado esto,
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En este mismo tiempo los del pueblo
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sus maestros y obreros y carpintero
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XI Del sitio y toma de la ciudad de
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sospecháis que aunque nuestras raz
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que están en el estado que nosotro
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niente y honroso que el consejo que
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Los ATENIENSES. — «En manera alg
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Los ATENIENSES. — «No tememos ta
Page 1037 and 1038: confiado en ella en demasía, no le
Page 1039 and 1040: tomamos al ver que los otros la ten
Page 1041 and 1042: lacedemonios hacen menos que otros
Page 1043 and 1044: que tuviesen puesto delante de alg
Page 1045 and 1046: ad bien que esta vez consultáis la
Page 1047 and 1048: caudillos y capitanes del ejército
Page 1049 and 1050: los argivos, para favorecer a los e
Page 1051 and 1052: LIBRO VI SUMARIO
Page 1053 and 1054: en Atenas Hiparco, hermano del tira
Page 1055 and 1056: los peloponesios, porque aquella is
Page 1057 and 1058: Estos sicilianos pasaron en gran n
Page 1059 and 1060: a. Siete años después de fundada
Page 1061 and 1062: Gela, dejando su ciudad bien poblad
Page 1063 and 1064: setenta años después que fue habi
Page 1065 and 1066: sanos, por ser descendientes de los
Page 1067 and 1068: Después hicieron sus conciertos y
Page 1069 and 1070: ses. Estos egestenses y los embajad
Page 1071 and 1072: III Discurso de Nicias ante el Sena
Page 1073 and 1074: contra Sicilia, que tan deprisa hab
Page 1075 and 1076: injuria. Aun en el caso de recobrar
Page 1077 and 1078: »No conviene por la adversidad de
Page 1079 and 1080: eciben detrimento, y las privadas y
Page 1081 and 1082: mal aconsejada, no olvidando que la
Page 1083 and 1084: IV Discurso de Alcibíades a los at
Page 1085 and 1086: mi opinión, los pensamientos del q
Page 1087: han osado venir contra nosotros. Y
Page 1091 and 1092: que han adquirido grandes tierras y
Page 1093 and 1094: discordia entre los mancebos y los
Page 1095 and 1096: otros medios estorbar la empresa, p
Page 1097 and 1098: mos contra muchas ciudades muy pode
Page 1099 and 1100: obligados a retirarse por las fuerz
Page 1101 and 1102: mos de aquí sin ir bien apercibido
Page 1103 and 1104: VI Los atenienses, por consejo y pe
Page 1105 and 1106: dos la oyesen, que ya no eran menes
Page 1107 and 1108: había sido el autor de ello, aunqu
Page 1109 and 1110: ausencia, sino que inmediatamente l
Page 1111 and 1112: que antes, cuando determinaron la e
Page 1113 and 1114: empresa procuraban aprestarse a por
Page 1115 and 1116: alzaron velas y partieron, al princ
Page 1117 and 1118: chas y diversas razones, así de aq
Page 1119 and 1120: to que tan expuestos se hallan a re
Page 1121 and 1122: das las otras ciudades de Sicilia p
Page 1123 and 1124: tierra de nuestros aliados al encue
Page 1125 and 1126: to para volverse, si por nuestra pa
Page 1127 and 1128: nospreciaban la cosa, tomándolo a
Page 1129 and 1130: ha de saberse y ser manifiesto qui
Page 1131 and 1132: venir en salvo y segura hasta aquí
Page 1133 and 1134: tiempos no tengamos por qué temer
Page 1135 and 1136: cuerdos y sabios, y los que mejor e
Page 1137 and 1138: presente, sino que por temor de los
Page 1139 and 1140:
IX Parte de Corcira la armada de lo
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das de a dos. Entre las de tres hab
Page 1143 and 1144:
por ninguna vía les permitieron po
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Los trirremes que los atenienses ha
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icas vajillas en las casas, y ésta
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tios a rebelarse contra sus señore
Page 1151 and 1152:
dad, dejarían sus bienes y haciend
Page 1153 and 1154:
en figura de cuerno, de los cuales
Page 1155 and 1156:
suceso fue ordenado a todos los ate
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X Llamado Alcibíades a Atenas para
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Hacían esto porque sabían de oíd
Page 1161 and 1162:
tos a los súbditos y ciudadanos si
Page 1163 and 1164:
alguna apariencia de verdad, porque
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mero, para tener la cosa más secre
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les quitasen las armas y se apodera
Page 1169 and 1170:
tides. De allí se fue con el rey D
Page 1171 and 1172:
los que habían sido sentenciados t
Page 1173 and 1174:
pero que no le prendiesen, así por
Page 1175 and 1176:
XI Después de la partida de Alcib
Page 1177 and 1178:
mar, y en ellos cargaban toda la pr
Page 1179 and 1180:
dad, para después más seguramente
Page 1181 and 1182:
Además decía que había otros muc
Page 1183 and 1184:
aluartes y algunos edificios viejos
Page 1185 and 1186:
que eran hasta doscientos caballos,
Page 1187 and 1188:
por cierta y segura la victoria? Co
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otros. En esta batalla, como en las
Page 1191 and 1192:
dras de una parte y de otra, al ven
Page 1193 and 1194:
muertos para sepultarlos, hallando
Page 1195 and 1196:
XIII Los siracusanos, después de n
Page 1197 and 1198:
muy necesarias para la guerra, el o
Page 1199 and 1200:
Los atenienses después de estar tr
Page 1201 and 1202:
XIV Los atenienses por su parte, y
Page 1203 and 1204:
que vosotros habéis oído, pero co
Page 1205 and 1206:
acusar y reprender a nosotros mismo
Page 1207 and 1208:
no han venido para vengarse de los
Page 1209 and 1210:
azón alguna, pues no hicisteis aqu
Page 1211 and 1212:
aliados, y lo más cierto y seguro
Page 1213 and 1214:
tiempo por vuestros enemigos.» Con
Page 1215 and 1216:
es cierta, a saber: que nosotros so
Page 1217 and 1218:
por la misma causa merecemos tener
Page 1219 and 1220:
menos podrán recibir ellos el soco
Page 1221 and 1222:
como súbditos en cosa alguna, aunq
Page 1223 and 1224:
ser malos y poner a nuestros amigos
Page 1225 and 1226:
«Porque vosotros, camarinenses, y
Page 1227 and 1228:
vosotros, sino antes, con nuestra a
Page 1229 and 1230:
ciudades libres y francas, que esta
Page 1231 and 1232:
XVI Los lacedemonios, por consejo y
Page 1233 and 1234:
nado entraron los embajadores corin
Page 1235 and 1236:
enemigos de los tiranos. Lo que pue
Page 1237 and 1238:
meter a nuestro señorío todo el P
Page 1239 and 1240:
mucho en llegar sobre vuestras cabe
Page 1241 and 1242:
«Además, la renta que tienen los
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debáis y queráis serviros de mí
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hacerse a la vela lo más pronto qu
Page 1247 and 1248:
expulsados, según arriba hemos dic
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muneros, y los otros huyeron. En el
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habían señalado para la guarda de
Page 1253 and 1254:
pero como sus capitanes los vieron
Page 1255 and 1256:
aún no habían hecho llegar su arm
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de victoria. Al día siguiente los
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del río antes que llegase la demá
Page 1261 and 1262:
sado aliarse con los atenienses, fu
Page 1263 and 1264:
dos de Léucade y tres de los ampra
Page 1265 and 1266:
Después de volver los atenienses d
Page 1267 and 1268:
envían una embajada a Lacedemonia
Page 1269 and 1270:
I Entra Gilipo en Siracusa con el s
Page 1271 and 1272:
falta. Tras esto, ordenaron a los s
Page 1273 and 1274:
tenía de largo hasta siete u ocho
Page 1275 and 1276:
los atenienses llamado Lábdalon, a
Page 1277 and 1278:
mirion podían guarecerse sus naves
Page 1279 and 1280:
estrecho, donde no se podían ayuda
Page 1281 and 1282:
ses que les salieron al encuentro,
Page 1283 and 1284:
En este mismo verano, Evetión, cap
Page 1285 and 1286:
hicimos un muro y fuerte junto a su
Page 1287 and 1288:
más, de manera que nos amenazan di
Page 1289 and 1290:
muy pocos pilotos y patrones que se
Page 1291 and 1292:
nos nuevo socorro que no sea de men
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para hacer a los aliados que provey
Page 1295 and 1296:
cobraron más ánimo y les pareció
Page 1297 and 1298:
nudo las tierras, bienes y hacienda
Page 1299 and 1300:
loponesios que habían quedado en s
Page 1301 and 1302:
con la misión a los argivos.
Page 1303 and 1304:
que pudiesen para combatir en el ma
Page 1305 and 1306:
entremeterse en los enemigos que es
Page 1307 and 1308:
estaban de frente, entraron de trop
Page 1309 and 1310:
dores que enviaban al Peloponeso pa
Page 1311 and 1312:
agua, las cuales habían plantado d
Page 1313 and 1314:
V Necesidades que sufría Atenas po
Page 1315 and 1316:
para que acabase el muro. Cuando es
Page 1317 and 1318:
gos, de tal modo que hicieron gran
Page 1319 and 1320:
si no lo viera, pues aunque acometi
Page 1321 and 1322:
Diítrefes saltó en tierra con los
Page 1323 and 1324:
y desbaratándolos de tal manera, q
Page 1325 and 1326:
VI Lo que hicieron los capitanes at
Page 1327 and 1328:
Poco después llegó a ellos Conón
Page 1329 and 1330:
Al mismo tiempo llegó a los siracu
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enviaban a Siracusa, se preparaban
Page 1333 and 1334:
habían sido vencidos por la misma
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cuando pasaron revista a su gente,
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cara a cara, por lo cual siendo las
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de los enemigos, quedaron muy turba
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que habían salido dos días antes,
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de sus remos, y desde las gavias he
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VIII Llegan Demóstenes y Eurimedon
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poneso el socorro que condujo a Sir
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alde, sino antes ir a acometer a Ep
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Quisieron después los atenienses m
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muchos y grandes gritos. De la otra
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salvaban y volvían a su campo; per
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dades de Sicilia para demandarles s
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mar. También Nicias tenía sus int
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gar a los soldados mercenarios perd
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nos, por causa de que aun estando
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que tal era el consejo y parecer de
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de estaban. Por esta causa determin
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suyos tenían ganada la parte de ti
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les sucedió muy al contrario de lo
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fin arriba dicho, sino también por
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XI Ciudades y pueblos que intervien
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No hubo otros de los beocios, excep
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on a la guerra con los atenienses c
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acragantinos, que habitan allí cer
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Estando los siracusanos y sus aliad
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haciendo y dispersando la armada de
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patria, como también lo hacen nues
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gente, pero ahora nos será provech
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y porque tenéis la misma manera de
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armada, todos los barcos, toda la f
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es de creer que los venceréis en a
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o, tanta menos atención podrán te
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victoria, partiendo sin nuestro pel
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por animar y dar aliento a los otro
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gran ímpetu a embestir unos contra
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deber, llamaban a los capitanes por
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no tan solamente veía el combate,
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XIII Después de la derrota, parten
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El siracusano Hermócrates, teniend
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moviese aquella noche el campamento
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y mayor compasión tenían de los h
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to más consideraban la gloria y ho
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de lo que conviene a la dignidad de
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«Finalmente, tened entendido, amig
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XIV Los siracusanos y sus aliados p
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aliados en camino, fueron de nuevo
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Al día siguiente, puestos los aten
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cual camino querían ir hasta la ri
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el primero que los enemigos habían
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Entretanto, Nicias había caminado
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an siempre adelante con esperanza d
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cuales había gran número, quedaro
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Gilipo. Pero algunos de los siracus
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de siete mil, siendo la mayor pérd
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sistir a los atenienses, contra los
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de la república, procuran establec
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parecía imposible que tan gran ej
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lo en alarma, y poner en ejecución
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lia, pues bien claro estaba que de
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ebelaran.
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Agis los recibió benignamente, y m
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que eran los que le habían impedid
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Pero antes de que los lacedemonios
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Cuando Agis supo que los lacedemoni
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ellos llaman ístmica se acercaba y
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de los siete buques que llevaban de
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el mar de Jonia tuviera tan mala fo
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que de su viaje no dieran aviso, y
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o de barcos, y de los que estaban e
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de algunos bárbaros que, durante e
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atenienses, y que el uno no pudiese
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las otras ciudades que eran del par
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Entretanto el pueblo y la comunidad
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y estuvo allí tres días, donde su
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firme, y la batieron y arrasaron de
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dad crecía y se aumentaba en rique
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V Cercando los atenienses la ciudad
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lla, pues, los jonios de entrambas
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tiría ni permitiría a otros, si p
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uscar los atenienses a Mileto, y cu
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Quíos, a Eritras por tierras, con
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menes, como no era capitán de aque
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de allí a Cumas, y las otras aport
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sela. Después fue a tomar puerto a
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Laconia y otro de Siracusa, pasó d
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amigos de una parte, y el rey Darí
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estando muy lejos de Quíos. Esto a
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VII Victoria naval de los pelopones
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quemaron; y temiendo que los otros,
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arcos, con los cuales sería dueño
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que fuesen los que habían estado e
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y que los lacedemonios, por el mism
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ochenta días sin hacer ningún act
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demás tenido por un hombre de poca
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dadanos y sus haciendas y dineros,
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sa para el rey que la de los otros,
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a, lo cual esperaba alcanzar algún
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on y persuadieron de la cosa a los
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ciudades, cuando entendiesen que la
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titución de Alcibíades en su Esta
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Tisafernes y a Alcibíades, por lo
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lacedemonios en Cnido, a causa de l
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uegos a todas las iras y execracion
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íades. Pisandro organizó el régi
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entrar, fueron a desembarcar a otro
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Alcibíades, viendo que Tisafernes
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la paga de la armada y convino el t
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atenienses que estaba dentro, logra
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de Leonte, y treinta y seis de los
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X Gran división entre los ateniens
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an por el común provecho sino por
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ocurrió todo lo contrario de lo qu
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ierno popular, esperaban aún por e
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Llegando, pues, Pisandro y sus comp
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otra congregación contenciosa si n
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había dominado a otros pueblos. Es
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on entre ellos tesoreros y receptor
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de a caballo, y parte de los de a p
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to o sedición en la ciudad de Samo
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doles que no los quisiese dejar mal
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dándoles a entender ser las cosas
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ién vivir y morir con ellos en una
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por medio de ellos podrían adquiri
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dieron cuenta del encargo que lleva
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fuerzas la de los contrarios, y ade
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y también con gentes de la tierra.
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debían llamar a Alcibíades, aun d
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das las cosas; y en efecto, adquiri
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vida, con dejar los buques. De todo
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familiares natural de Caria, llamad
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los cuatrocientos, para ordenar la
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les buena esperanza de aplacar las
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Tamos, al cual dio encargo, de paga
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con él cuando fue al lugar de Aspe
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de vencer los peloponesios, cuyas p
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autoridad. Los que eran principales
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puerto, que tiene la entrada harto
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Pireo en sus manos, a vivir allí c
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ciones hechas al pueblo para amotin
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etiraron todos a sus casas. Teráme
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y allí tuvieron su consejo. Despu
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XIII Victoria de los peloponesios c
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Los atenienses reclutaron inmediata
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an dentro, marineros y tripulantes,
Page 1623 and 1624:
atenienses, quedaría en poder de l
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gobernación popular, y establecien
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XIV Las armadas de los atenienses y
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no una tormenta que le obligó a ac
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dos buques que estaban en Metimna,
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los otros peloponesios para que los
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XV Victoria de los atenienses contr
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navegaban con más velocidad y pres
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más, empezaron a huir; visto lo cu
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había rebelado contra ellos; y por
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cuando les echaron de la isla de De
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Tucidides - Las Guerras del Peloponeso - v1.0

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