IZTA, el cruce de los caminos - Jules Falquet
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una cascada <strong>de</strong> palabras que se rompen y cent<strong>el</strong>lean a sus pies<br />
haciéndose añicos. Por mucho tiempo, solo conocí ojos sin fi ebre<br />
y corazones entumecidos. Cuando vine aquí, recibí otra vida. Un<br />
lago se forma y se <strong>de</strong>shace con refl ejos <strong>de</strong> plata, <strong>el</strong> agua se alisa<br />
como un espejo. Siento fi lamentos que brotan <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> mi pi<strong>el</strong>.<br />
El<strong>los</strong> buscan la misma tierra que uste<strong>de</strong>s, <strong>el</strong> mundo aún invisible<br />
que tenemos en la cabeza. Una gota cae, luego otra. En la tierra<br />
está sembrada la semilla. Cubriremos la superfi cie <strong>de</strong> la tierra y<br />
las fl ores se abrirán <strong>de</strong> nuevo y habrá frutas en abundancia. Con<br />
uste<strong>de</strong>s es que sueño, con uste<strong>de</strong>s es que quiero hacer esto…<br />
Lentamente se <strong>el</strong>eva un rumor, un po<strong>de</strong>roso ruido <strong>de</strong> agua que<br />
se ensancha. Ana María ha levantado <strong>el</strong> puño, es un juramento,<br />
es una súplica, es una or<strong>de</strong>n. Oh Izta, oh tú, que nos antecediste,<br />
tú, que nos guías, ¡comparte tu sabiduría! Seguí tu camino sin<br />
<strong>de</strong>smayar, seguí <strong>el</strong> único camino que vi, y aquí estoy, d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong><br />
ti. Préstame tus palabras para hablar, préstame las palabras para<br />
convencer, <strong>de</strong>bo impedir que nos traicionemos. Izta, te lo ruego:<br />
¡danos la vida <strong>de</strong> estas tres compañeras!<br />
En la oscuridad insondable <strong>los</strong> tres cuerpos palpitan al<br />
unísono. El su<strong>el</strong>o, como una membrana, sube y baja suavemente,<br />
cual corazón gigantesco. Una serenidad intensa y nueva las<br />
inva<strong>de</strong>. El aire es tibio y perfumado. Una voz profunda, interior,<br />
extrañamente baja, las acaricia. Durante <strong>el</strong> tiempo <strong>de</strong> un suspiro,<br />
d<strong>el</strong> secreto <strong>de</strong> la noche, todo se ensambla, todo toma forma. Por<br />
fi n las aguas se encuentran, se unen. Izta es un murmullo inmenso,<br />
impalpable. Generación <strong>de</strong> este tiempo, han venido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy<br />
lejos, han conocido la sangre <strong>de</strong>rramada y la sangre explotada, la<br />
sangre <strong>de</strong> esta tierra. Se escapa <strong>el</strong> eco, vu<strong>el</strong>ve <strong>el</strong> fl ujo. Han buscado<br />
<strong>el</strong> mismo fuego para calentarse, han compartido mis sen<strong>de</strong>ros y<br />
mis ríos. Se han reunido, se han encontrado, ya no están solas.<br />
De las profundida<strong>de</strong>s crece una ola, una promesa, un compromiso<br />
como liana que se enraiza. El trío es la base <strong>de</strong> la conspiración.<br />
Sabrán que hacer, hablarán. Es muy importante que hablen.<br />
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