IZTA, el cruce de los caminos - Jules Falquet
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nuevos que crujían al aplastar todo sobre su paso. Y créeme:<br />
cuando he podido hacer tropezar a algunos, siempre fueron <strong>los</strong><br />
militares. Pero es limitado mi po<strong>de</strong>r. Te lo digo: toma las cosas<br />
con calma… Hay que esperar. Tener paciencia. Todo es ola,<br />
todo es piedra, todo se transforma. Antes <strong>de</strong> lo que piensas, aquí<br />
dormirá tu enemigo. Gracias por tus palabras, compañera piedra,<br />
pero ¿ creés que me ayudan? Tengo medio siglo a cuestas y estoy<br />
cansada. Muy cansada… Estoy sola. ¿Sola? Tengo amigas, claro.<br />
Con <strong>el</strong>las, nos reímos, tomamos cerveza, <strong>de</strong> vez en cuando nos<br />
vemos por ahí y bailamos toda la noche. Está bien. Pero eso es<br />
todo. No me basta. En la mañana, cuando <strong>de</strong>spierto, me siento<br />
muerta en vida. ¿Dón<strong>de</strong> están mis compañeros? Quiero que<br />
me <strong>los</strong> <strong>de</strong>vu<strong>el</strong>van. ¡Yo no soy quien te <strong>los</strong> quitó, cariño! Y si<br />
quieres un buen consejo: ¡olvída<strong>los</strong>! Déja<strong>los</strong> <strong>de</strong>scansar en paz.<br />
¡Abajo <strong>los</strong> mártires! ¡Abajo la tiranía d<strong>el</strong> sacrifi cio! ¡Abajo<br />
la muerte! ¡Mmm! Piedra, ¿te estarás burlando <strong>de</strong> mí? Tené<br />
cuidado, no insultés a mis muertos o me voy a poner brava.<br />
Como quieras. Pero <strong>los</strong> conozco mejor que tú, a tus muertos. Y<br />
no sólo <strong>los</strong> tuyos, fíjate. Junto a mí están esperando, muy cerca,<br />
por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la tierra. Volverán, pero no <strong>los</strong> reconocerás. Y tú,<br />
mientras tanto, ¡mejor piensa en vivir! Te queda menos tiempo<br />
que a mí… Lorena masculla, como dirigiéndose a un público<br />
invisible: pues, muy amable, esta piedra. En mis tiempos, en <strong>los</strong><br />
Cuchumatanes, eran más respetuosas. Cuando teníamos dudas,<br />
sólo se quedaban sonriendo. Quieres <strong>de</strong>cir, que uste<strong>de</strong>s estaban<br />
<strong>de</strong>masiado ocupados para que les habláramos seriamente…<br />
¡Sobre todo <strong>los</strong> responsables! Hemos advertido a algunos, sin<br />
embargo. ¿Quieres que te recuer<strong>de</strong> lo que hacía la organización<br />
cuando alguien quería salirse? Lorena: ¡dale, pues! ¡Remové <strong>el</strong><br />
cuchillo en la llaga! Bien sabés que es una <strong>de</strong> las razones por las<br />
que <strong>de</strong>jé la organización. Seguro: como jefe, le conviene a una<br />
tener sus dudas. Y para salir, se tiene facilida<strong>de</strong>s… Oh, piedra,<br />
¡ya! ¡Piedad! Ya pensé en todo eso… ¡No me sigás mortifi cando!<br />
¿O vos creés que todo fue tan fácil?… Una sombra atraviesa su<br />
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