no tendríamos la fuerza sufi ciente, pero nos sobraba la fuerza, la esperanza. Teníamos una voluntad <strong>de</strong> hierro, la moral muy en alto. El<strong>los</strong>, por su lado, tenían aviones, amistosamente proporcionados por <strong>el</strong> Tío Sam. Pasaban por encima <strong>de</strong> nosotros infi nitas veces sin vernos… Pero por la Virgencita, cuando nos veían, ¡cómo nos volvían mierda! Pue<strong>de</strong> parecer estúpido, pero lo que más miedo me daba, eran las luces <strong>de</strong> bengala. Esa luz que parte <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, que <strong>de</strong>sgarra la noche como un farol, que implacable aplana, aplasta <strong>el</strong> frágil escondite <strong>de</strong> la sombra. No hay don<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>rse, se ve como si fuera mediodía, mientras las ráfagas <strong>de</strong> ametralladoras crepitan alre<strong>de</strong>dor. A veces, me parece haber visto todo esto en una p<strong>el</strong>ícula. Ah, <strong>de</strong>bíamos <strong>de</strong> estar locos… Hay una divinidad que protege a <strong>los</strong> locos, ¿no es cierto? El avión se inclina hacía la <strong>de</strong>recha, Ligia <strong>de</strong>ja su mirada escaparse por la ventanilla. Su corazón da un brinco: Izta, tan rápido… Quisiera que se acercara <strong>el</strong> avión, para verla mejor, para saludarla más <strong>de</strong> cerca. ¡Izta! Compañera volcana, es usted una compañera <strong>de</strong> verdad. ¿Qué hubiéramos hecho sin <strong>los</strong> volcanes? ¿Dón<strong>de</strong> nos hubiéramos escondido? Uste<strong>de</strong>s nos ayudaron contra <strong>el</strong> enemigo. Nos acogieron cuando éramos perseguidos. Si no fuera por uste<strong>de</strong>s, no estaría aquí: ¡no se me olvida! Afuera, Izta se aleja, impasible. El avión <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>, ojalá no haya nadie esperándome. No, pues, estoy d<strong>el</strong>irando, bien puedo ir a Chiapas, no es que haya tanto control. Aunque… Seguramente verifi can las listas <strong>de</strong> pasajeros, no es tan difícil. Eso es lo que yo haría si fuera <strong>el</strong><strong>los</strong>. Pero <strong>el</strong><strong>los</strong>, ¿qué hacen? ¿Quién es <strong>el</strong> enemigo? ¿Cómo piensa? ¿De qué recursos dispone? ¿Todopo<strong>de</strong>roso? ¿Estúpido? ¿Indiferente…? El avión aterriza. Por fi n, un cigarrillo. Ligia se pone <strong>de</strong> pie, agarra su bolso <strong>de</strong> dama, un bolso bastante bonito por cierto —hay que darse gusto <strong>de</strong> vez en cuando, piensa, le da un toque burgués— ¡perfecto! ¿Quién creería que esta señora <strong>de</strong> cierta edad, que no <strong>de</strong>sentonaría con las calles <strong>de</strong> la Zona Rosa, ha sido uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> “d<strong>el</strong>incuentes terroristas” más buscados <strong>de</strong> Guatemala? Al pasar d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> puesto <strong>de</strong> migración, en <strong>el</strong> vidrio polarizado, 12
observa su imagen <strong>de</strong> reojo, para ver si es convincente <strong>el</strong> disfraz. Pero ¡ay, qué veo! ¿Esa soy yo? ¡Por mi madre! Las guerrilleras no <strong>de</strong>beríamos envejecer… San Ernesto, que estás en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o: ¿no podrías hacer algo por nosotras, <strong>de</strong>cirle algo al Jefe? 13
- Page 1: IZTA EL CRUCE DE LOS CAMINOS fem-e-
- Page 4 and 5: Libro editado e impreso electrónic
- Page 7: Traducido por la autora, con la val
- Page 11 and 12: Este encuentro es el fruto de mi im
- Page 13: Me toco Yo también pudiera estar m
- Page 17 and 18: 3 I. VIAJES “México exporta”,
- Page 19 and 20: En el retén militar, saca de su mo
- Page 21 and 22: diáfano, inmóvil, un contrafuerte
- Page 23 and 24: Venancio, ¿estás aquí? ¿Venanci
- Page 25: en la acción, ¿no es cierto, comp
- Page 30 and 31: Tal vez nuestro querido presidente
- Page 32 and 33: grupos, descifrando las mantas : Si
- Page 34 and 35: everberaciones sobre el asfalto. Da
- Page 36 and 37: marcha de puras mujeres. Le habían
- Page 38 and 39: más, con fervor, para Huitzilopoch
- Page 40 and 41: abierto los ojos. Yo también habí
- Page 42 and 43: entrar a la plaza, la garganta aún
- Page 44 and 45: asumo. A veces me pregunto si no me
- Page 46 and 47: grupos, escudriña, se devuelve, es
- Page 48 and 49: atraviesa una sensación divertida,
- Page 50 and 51: llamaba Venancio: lo siguieron dura
- Page 52 and 53: melancólica, triste y extrañament
- Page 54 and 55: problemas. Antes, las mujeres sent
- Page 56 and 57: hay que dejarse distraer. Y sin emb
- Page 58 and 59: saca un cigarrillo y hace sentar a
- Page 60 and 61: para un festival de música de muje
- Page 62 and 63: Micaela. Apretujada contra la puert
- Page 64 and 65: fuit! Vete lejos, no tienes nada qu
- Page 66 and 67: encuentra un sobre con la letra de
- Page 68 and 69: lo peor, la lógica militar, por Di
- Page 70 and 71: lecho y se lanza de nuevo. Está tr
- Page 72 and 73: que serpentea entre las milpas. De
- Page 74 and 75: nuevos que crujían al aplastar tod
- Page 76 and 77:
seco —las mujeres que van a junta
- Page 78 and 79:
más poderoso. Incluso, dicen que c
- Page 80 and 81:
en aquel entonces, allá donde nac
- Page 82 and 83:
infi nita que le produce ebriedad,
- Page 85 and 86:
71 V. IXQUIC Sin que ningún ruido
- Page 87 and 88:
De nuevo se han puesto en camino. M
- Page 89 and 90:
ostros cansados. El viaje duró dos
- Page 91 and 92:
el español, las cifras, un poco de
- Page 93 and 94:
Delante de ella, Ixquic camina entr
- Page 95 and 96:
81 VI. EHECATL De nuevo progresan h
- Page 97 and 98:
fl anco, las cuatro mujeres forman
- Page 99 and 100:
Lorena se levanta, está un poco ma
- Page 101 and 102:
materiales del arreglo, mientras co
- Page 103 and 104:
cargo de una escuelita, pero cada v
- Page 105 and 106:
la queja desafi ante que se eleva d
- Page 107:
Las bases le lanzan una mirada llen
- Page 110 and 111:
valles profundos cubiertos de mil v
- Page 112 and 113:
la primera en acercarse. Gina la si
- Page 114 and 115:
pensándolo bien, ¿por qué no? ¡
- Page 116 and 117:
observa, como evaluando lo que va a
- Page 118 and 119:
las comunidades, caminando por las
- Page 120 and 121:
astantes mujeres que no se casan ta
- Page 122 and 123:
Ixquic. Todo vive, todo da vuelta,
- Page 124 and 125:
que los soldados instalaran su cuar
- Page 126 and 127:
no era ése mi destino? Y ahora, ¿
- Page 128 and 129:
guitarra, ¿cierto? Agarrando la pu
- Page 130 and 131:
De su piel se desprende un olor a t
- Page 132 and 133:
mancha oscura de hierbas quemadas.
- Page 134 and 135:
acaricia cada valle despacio, hasta
- Page 136 and 137:
que se rozan, los dedos anudados qu
- Page 138 and 139:
Estaré con ustedes. La vida vuelve
- Page 140 and 141:
126
- Page 142 and 143:
5. “Ley Revolucionaria de las Muj
- Page 144:
Finalmente, Micaela dice, en voz ba