13.05.2013 Views

IZTA, el cruce de los caminos - Jules Falquet

IZTA, el cruce de los caminos - Jules Falquet

IZTA, el cruce de los caminos - Jules Falquet

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

problemas. Antes, las mujeres sentían vergüenza, no <strong>de</strong>cían nada,<br />

no se quejaban nunca. Pero ahora, cuando tienen hemorragias, no<br />

pue<strong>de</strong>n ir al río a lavar sus trapos sin que nadie las vea, como<br />

cuando vivían en la comunidad. Están integradas en colectivos,<br />

no pue<strong>de</strong>n alejarse sin avisar. Y a<strong>de</strong>más hay soldados por todas<br />

partes. En fi n: hay muchos problemas. La doctora consiguió<br />

examinar a casi todas las compañeras <strong>de</strong> mi zona. Muchas tienen<br />

infecciones. Recibimos remedios, pero hay tres mujeres que están<br />

muy mal. La doctora dijo que tenían cáncer, en la matriz. Dijo<br />

que podíamos salvarlas, pero habría que operarlas. En Chiapas no<br />

se pue<strong>de</strong>, no hay condiciones <strong>de</strong> seguridad. La organización dijo<br />

que no se podía hacer nada: no tenemos dinero para mandarlas a<br />

México. Lorena la mira, seria. Mica<strong>el</strong>a prosigue con voz ronca.<br />

Entonces, yo pensé: estas mujeres son buenas compañeras, soy<br />

su responsable, ¿entien<strong>de</strong>s? Fui a preguntar en todas partes. Pero<br />

me dieron la misma respuesta: no se pue<strong>de</strong> hacer nada. No sabes<br />

lo que sentí. No podía pensar en otra cosa, estaba <strong>de</strong>sesperada.<br />

Finalmente se me ocurrió ir a la diócesis, allá estaba Alba, le tenía<br />

un poco <strong>de</strong> confi anza. Le expliqué sólo lo indispensable, pensó, y<br />

luego me dijo <strong>de</strong> una amiga suya, en México… Inmediatamente<br />

pedí permiso para ir a buscarla. La comandancia general no estuvo<br />

<strong>de</strong> acuerdo: me necesitaban para otras tareas. Esa noche no pu<strong>de</strong><br />

dormir. Daba vu<strong>el</strong>ta y vu<strong>el</strong>ta en <strong>el</strong> petate, no sabía qué hacer. Las<br />

ór<strong>de</strong>nes son las ór<strong>de</strong>nes. Pero una voz <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí me <strong>de</strong>cía: ¿si<br />

<strong>de</strong>jas morir a tus hermanas d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong> tus ojos, para qué luchar?<br />

Una <strong>de</strong> <strong>el</strong>las no tiene ni veinte años... En la mañana solicité <strong>de</strong><br />

nuevo una reunión con la comandancia general, pero no podían<br />

aten<strong>de</strong>rme. Por último, fui a ver a mi responsable, <strong>el</strong> comandante<br />

Jo<strong>el</strong>. Le expliqué todo lo que había pensado y lo que mi corazón<br />

me había hecho ver y le dije que había que intentarlo, que iría a<br />

México para buscar una solución. Salí anteayer. Durante <strong>el</strong> viaje,<br />

he pensado mucho en lo que hacemos, en nuestra lucha. Y en todo<br />

caso, me alegro que la amiga <strong>de</strong> Alba seas tú.<br />

40

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!