JÓVENES, CULTURAS URBANAS Y REDES DIGITALES
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Creación, socialización y nuevas tecnologías en la producción musical<br />
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Si bien los músicos mexicanos llevan a cabo –como consumidores– muchas de las prácticas<br />
arriba expuestas, al momento de contemplarlos como creativos el resultado es<br />
bastante conservador. Hay quienes –aun trabajando en un entorno 100% digital– mantienen<br />
una administración selectiva de sus páginas de contacto, siendo bastante difíciles<br />
de localizar, evitando realizar entrevistas mediante comunicación digital, o simplemente<br />
rechazando la idea de que sus canciones se descarguen. Sin embargo,<br />
encontramos algunos más “abiertos” que llegan a compartir parte de sus procesos creativos,<br />
como lo puede ser un ensayo mediante una webcam o a través de videos subidos<br />
a YouTube –como el caso de Telefunka y Descartes a Kant, respectivamente–, estimulando<br />
mayor vinculación con sus públicos. En México existe además cierto prejuicio con<br />
respecto a la colaboración y la reinterpretación de canciones previas, ya que se le considera<br />
como algo menos creativo que “hacer algo desde cero” (El Informador, 2011). Pero<br />
las generaciones emergentes están cambiando este paradigma a medida que ha disminuido<br />
la distancia entre el creador y su público y que las nociones con respecto a la colaboración<br />
y la reinterpretación se han relajado. Este “purismo creativo” no se vio refl ejado<br />
entre los músicos entrevistados, pero sin duda está presente en el día a día del<br />
ámbito musical como un fuerte prejuicio creativo. Así mismo, es importante destacar la<br />
“fi losofía” de algunos trendsetters como Discos Intolerancia, ya que para ellos el disco<br />
físico es actualmente una “postal sonora”, un registro de un momento musical, por lo<br />
que cada vez está más presente la idea de que la remuneración económica debe venir<br />
de otras actividades como las presentaciones en vivo o la licencia de canciones para<br />
publicidad y medios audiovisuales.<br />
Cabe aclarar que no toda la responsabilidad recae en los músicos ya que, como ya se<br />
comentó previamente, el público mexicano es relativamente pasivo y rara vez se apropia<br />
de productos para convertirse netamente en un prosumidor. El público mexicano es<br />
principalmente difusor de videos y música en redes sociales, sitios web y otros espacios,<br />
pero no se empodera, solo reproduce, ya que no crea ni genera presión creativa al<br />
apropiarse de los productos, manipularlos y reinterpretarlos a su antojo, cuestión evidente<br />
ya que resulta difícil encontrar videos y homenajes hechos por el público, cuestión<br />
que sin duda impacta en las estrategias de difusión de los músicos. Por estas razones,<br />
el músico mexicano se encuentra ante una serie de puntos que debe considerar:<br />
• La promoción y estrategias de difusión son desgastantes. Al autopromoverse, el<br />
músico debe generar mayor vinculación tanto creativa (mediante colaboraciones),<br />
como profesionalmente (con medios y otras disciplinas).<br />
• Hay demasiada oferta en el entorno digital. Mediante el relativo fácil acceso a las<br />
herramientas digitales, la oferta se ha multiplicado, por lo que elaborar estrategias<br />
diferenciadoras resulta más difícil y el músico se encuentra ante el problema<br />
de desarrollar estrategias para mantener constantemente la atención del público.<br />
• Es necesario aumentar y reforzar las formas de vinculación. No sólo se requiere<br />
crear un perfi l en una red social, sino que se tienen que potencializar las formas de