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112 <strong>El</strong> Espíritu <strong>Santo</strong><br />
pecado, porque está muerto a él, y el pecado no puede<br />
tener poder sobre él. <strong>El</strong> pecado puede dominarlo momentáneamente<br />
y de distintas formas, pero en último término<br />
quedará completamente. erradicado en todas sus posibles<br />
formas. Satanás ha recibido un golpe mortal - está condenado.<br />
Pero entre tanto sigue luchando aun estando<br />
moribundo.<br />
<strong>El</strong> triunfo se puede comparar al de la victoria aliada<br />
sobre los japoneses en 1945. Se consiguió la victoria. Los<br />
japoneses se rindieron. La lucha acabó. Pero incluso después<br />
del tratado de paz y de que la gran masa del ejército<br />
japonés hubo capitulado, algunos siguieron luchando<br />
cuando los americanos trataron de ocupar las islas. Así<br />
también, en la vida de todo aquel que está místicamente<br />
unido con Cristo Jesús, se ha conseguido el triunfo. Satanás<br />
y el pecado han sido derrotados. Ya ha sucedido.<br />
Pero sigue habiendo guerra de guerrillas esporádicamente,<br />
y en ciertas ocaciones alcanza dimensiones considerables,<br />
pero el triunfo se ha conseguido, y es cuestión de tiempo<br />
antes de que el último vestigio de oposición (pecado)<br />
quede eliminado. En este sentido bíblico, es posible hablar<br />
de vida victoriosa (1 jn, 5.4).<br />
No es fácil describir la acción santificadora del Espíritu<br />
<strong>Santo</strong>. Es un misterio, al igual que la regeneración, aunque<br />
se pueden decir unas cuantas cosas acerca de la misma.<br />
En primer lugar, la santificación es ante todo la obra<br />
del Espíritu. Si bien es verdad, como mencionamos, que<br />
la vida espiritual nace del estar místicamente unidos a<br />
Jesucristo; y si bien Jesús dijo en Juan 14.23 que no sólo<br />
el Espíritu <strong>Santo</strong> mora en el creyente, sino también el<br />
Padre y el Hijo; y si bien sabemos que no se puede dividir<br />
la obra de la Trinidad; sin embargo, la Biblia sí indica<br />
que la santificación es, principalmente, la obra de la ter-