Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
222 <strong>El</strong> Espíritu <strong>Santo</strong><br />
oficial de predicación y realización de milagros. Y en el<br />
primer sermón que pronunció citó a Isaías 61, diciendo,<br />
'<strong>El</strong> Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha<br />
ungido para dar buenas nuevas a los pobres' (Le, 4.18).<br />
Así pues el Espíritu se compara con el aceite, y la unción<br />
simboliza la venida del Espíritu a Cristo para pertrecharlo<br />
como Hijo mesiánico de Dios para su triple<br />
responsabilidad.<br />
Este mismo simbolismo se aplica al cristiano. La palabra<br />
misma cristiano se deriva del nombre Cristo, e indica<br />
que los cristianos son ungidos, al igual que Cristo es el<br />
Ungido. Y así es. <strong>El</strong> Espíritu <strong>Santo</strong> unge a los cristianos.<br />
Claro que no es la unción especial de los profetas o sacerdotes<br />
o reyes del Antiguo Testamento; ni es la unción<br />
única de Cristo. Pero todo creyente es profeta, sacerdote<br />
y rey en un sentido general. Pedro lo indica cuando llama<br />
a los cristianos 'real sacerdocio, nación santa' (1 P. 2.9).<br />
Juan incluso utiliza la palabra unción: 'Pero vosotros tenéis<br />
la unción del <strong>Santo</strong>, y conocéis todas las cosas' (1 Jn.<br />
2.20). Y Pablo escribe que Dios 'nos confirma con vosotros<br />
en Cristo, y el que nos ungió, es Dios' (2 Co. 1.21).<br />
Vemos, pues, hablando metafóricamente, que el Espíritu<br />
<strong>Santo</strong> es el aceite de la unción. Pertrechó a los que<br />
desempeñaban cargos en el Antiguo Testamento para<br />
cumplir con sus deberes. Preparó a Cristo para su triple<br />
misión. Y unge a los cristianos de hoy, comunicándoles<br />
dones espirituales como profetas, sacerdotes y reyes. Los<br />
unge como profetas para que tengan la mente iluminada<br />
para entender la Palabra de Dios, y puedan enseñar a los<br />
demás. Los unge como sacerdotes al santificarlos, de<br />
manera que puedan ofrecer sacrificios espirituales a Dios.<br />
y el Espíritu de unción los unge- como reyes para que<br />
puedan reinar, como tales, sobre toda forma de pecado.