Riaza. - Instituto Geológico y Minero de España
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Sin embargo a este respecto hay que <strong>de</strong>cir que la rotación parece un mecanismo incapaz <strong>de</strong> explicar<br />
por sí sólo el paralelismo <strong>de</strong> la práctica totalidad <strong>de</strong> los ejes D 2 con la Lm <strong>de</strong> tal forma que,<br />
muy probablemente, buena parte <strong>de</strong> ellos se nuclearon ya inicialmente con una dirección axial<br />
subparalela o ligeramente oblicua a la dirección <strong>de</strong> estiramiento (MALAVIELLE, 1987; FROITZ-<br />
HEIM, 1992). Como se verá más a<strong>de</strong>lante, esta circunstancia es extrema en niveles estructurales<br />
más altos don<strong>de</strong> los pliegues cartográficos que afectan a la cuarcita armoricana, <strong>de</strong> geometría<br />
cilíndrica y también con direcciones axiales subparalelas a la Lm, son difíciles <strong>de</strong> explicar simplemente<br />
por una reorientación como consecuencia <strong>de</strong>l cizallamiento.<br />
A la macroescala también el plegamiento intrafoliar permite enten<strong>de</strong>r la estructura interna <strong>de</strong> la<br />
zona <strong>de</strong> cizalla. Esta incluye un gran pliegue cartográfico, la antiforma <strong>de</strong> El Cardoso, que está<br />
<strong>de</strong>finida por la traza <strong>de</strong>l gneis <strong>de</strong> El Cardoso, que ha funcionado como un marcador pasivo acomodando<br />
la <strong>de</strong>formación no-coaxial (Figs. 3.1, 3.2, 3.5 y 3.6). Esta estructura se <strong>de</strong>sarrolla fundamentalmente<br />
en la mitad occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la hoja <strong>de</strong> Tamajón don<strong>de</strong> se localiza su cierre periclinal,<br />
a<strong>de</strong>ntrándose sus dos flancos sólo parcialmente en la hoja <strong>de</strong> <strong>Riaza</strong>. Como ocurre a la micro<br />
y mesoescala con el resto <strong>de</strong> los pliegues <strong>de</strong> D 2 , la S 2 es la esquistosidad <strong>de</strong> plano axial <strong>de</strong> la antiforma<br />
<strong>de</strong> El Cardoso, atravesando ésta su cierre periclinal sin modificar apenas su dirección submeridiana<br />
y buzamiento al este, característicos en toda la zona <strong>de</strong> cizalla. Esta configuración cartográfica<br />
permite interpretar a este gran pliegue como una macroestructura <strong>de</strong> D 2 <strong>de</strong>sarrollada<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> cizalla, simultáneamente y como consecuencia <strong>de</strong> su movimiento; a<strong>de</strong>más<br />
su morfología no cilíndrica le confiere un carácter <strong>de</strong> macropliegue "en vaina", producto <strong>de</strong>l cizallamiento<br />
progresivo.<br />
3.1.2.2. La "banda <strong>de</strong> crenulación<br />
En la parte superior <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> cizalla, la S 2 pier<strong>de</strong> intensidad, pasando a ser una esquistosidad<br />
<strong>de</strong> crenulación (Scr) que envuelve a microlitones <strong>de</strong> todos los tamaños. Este cambio afecta a una<br />
banda <strong>de</strong> 2 a 4 km <strong>de</strong> ancho que incluye a la cuarcita armoricana y a los términos inmediatamente<br />
infra y suprayacentes, anchura que es progresivamente mayor hacia sectores más meridionales<br />
como ocurre en la hoja <strong>de</strong> Tamajón don<strong>de</strong> la "banda <strong>de</strong> crenulación" adquiere dimensiones superiores<br />
a los 10 km (p.e. en las transversales <strong>de</strong>l Puerto <strong>de</strong> la Hiruela y <strong>de</strong> La Puebla <strong>de</strong> la Sierra)<br />
(Fig. 3.6). El paso <strong>de</strong> la "zona <strong>de</strong> cizalla s.s" a la "banda <strong>de</strong> crenulación" es relativamente brusco<br />
y viene <strong>de</strong>terminado por la <strong>de</strong>saparición hacia techo <strong>de</strong> las fábricas miloníticas SC (cuyo <strong>de</strong>sarrollo<br />
generalizado es propio <strong>de</strong> la "zona <strong>de</strong> cizalla s.s) y por el reconocimiento <strong>de</strong> la estratificación,<br />
menos transpuesta por la S 2 , cuyo seguimiento es posible tanto a escala <strong>de</strong> afloramiento como<br />
cartográfica. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista es posible <strong>de</strong>finir en cartografía y en corte un "frente milonítico"<br />
o "frente <strong>de</strong> fábricas SC" (Figs. 3.6 y 3.7) por encima <strong>de</strong>l cual la <strong>de</strong>formación es fundamentalmente<br />
coaxial como pone <strong>de</strong> manifiesto la propia <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> la fábrica SC, la simetría<br />
<strong>de</strong> las sombras <strong>de</strong> presión en porfiroblastos y el carácter cilíndrico <strong>de</strong> los pliegues D 2 .<br />
En la mencionada "banda <strong>de</strong> crenulación", la S 2 es subvertical e incluso está invertida, es <strong>de</strong>cir,<br />
buzando hacia el oeste, observándose numerosos alabeos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estas ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>bidas a<br />
<strong>de</strong>formaciones posteriores, seguramente <strong>de</strong> D 3 . Su menor intensidad permite observar a escala<br />
<strong>de</strong> afloramiento la existencia <strong>de</strong> una fábrica anterior (S 1 ), cuyas relaciones con la S o , una vez restituida<br />
la <strong>de</strong>formación D 2 es coherente con la macroestructura D 1 <strong>de</strong>finida en el apartado anterior.<br />
En esta banda <strong>de</strong> crenulación la S 2 es plano axial <strong>de</strong> los pliegues cartográficos, pliegues D 2<br />
por tanto que, como en niveles estructurales inferiores, siguen presentando una persistente in-<br />
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