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Riaza. - Instituto Geológico y Minero de España

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ja no existen diques <strong>de</strong> pórfidos que pudieran servir <strong>de</strong> marcadores para esta fase. Sin embargo<br />

a ella <strong>de</strong>be correspon<strong>de</strong>r la intensa fracturación transversal a las directrices principales, es <strong>de</strong>cir<br />

en dirección aproximada E-O, que afecta, fundamentalmente a las litologías más competentes y<br />

que es muy persistente en todo el ámbito <strong>de</strong> la hoja.<br />

La segunda etapa o fracturación tardihercínica en sentido estricto, ha sido <strong>de</strong>nominada por CA-<br />

POTE et al. (1987) "etapa Hien<strong>de</strong>laencina" y se produjo en un régimen <strong>de</strong>formacional <strong>de</strong> tipo<br />

frágil durante el cual se generaron fundamentalmente <strong>de</strong>slizamientos y fallas normales con movimientos<br />

en dirección que se agrupan según las directrices principales N10-30º y N 70-90º, así<br />

como extensiones radiales, que favorecerían el máximo emplazamiento <strong>de</strong> diques <strong>de</strong> cuarzo y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> procesos hidrotermales. Para esta etapa DE VICENTE et al. (1986) estiman una dirección<br />

<strong>de</strong> acortamiento horizontal constante entre N35º y N55º y a ella <strong>de</strong>ben correspon<strong>de</strong>r las<br />

abundantes fallas y fracturas que afectan a los materiales metamórficos <strong>de</strong> la hoja <strong>de</strong> <strong>Riaza</strong> con<br />

una dirección predominante NNE-SSO a NE-SO. Estas, acompañados <strong>de</strong> otras <strong>de</strong> direcciones suberidianas,<br />

presentan una mayor concentración en el núcleo silúrico <strong>de</strong> Becerril - El Muyo don<strong>de</strong>,<br />

con una componente esencialmente normal, parecen acomodar el colapso <strong>de</strong> la cobertera<br />

paleozoica.<br />

3.1.6. La formación <strong>de</strong> las cuencas pérmicas<br />

Según SOPEÑA et al. (1988) el inicio <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> las cuencas pérmicas <strong>de</strong> la Península<br />

Ibérica se produjo en el contexto <strong>de</strong> una megacizalla <strong>de</strong>xtral (ARTHAUD y MATTE, 1975, ZIEGLER,<br />

1982) resultado <strong>de</strong> la rotación <strong>de</strong> la placa Ibérica entre las placas Euroamericana y Africana y que<br />

también <strong>de</strong>be explicar la anteriormente <strong>de</strong>scrita etapa Hien<strong>de</strong>laencina <strong>de</strong> fracturación tardihercínica.<br />

La megacizalla produjo un sistema principal <strong>de</strong> fallas <strong>de</strong> dirección NO-SE (y otro menor conjugado)<br />

cuyo movimiento sirvió para nuclear en zonas transtensionales, gran<strong>de</strong>s espesores <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos<br />

continentales y rocas volcánicas asociadas. Uno <strong>de</strong> estas fallas <strong>de</strong> dirección NO-SE es la<br />

falla <strong>de</strong> Somolinos que según PEREZ MAZARIO et al (1992) ha controlado el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> los materiales<br />

pérmicos <strong>de</strong>l margen septentrional <strong>de</strong>l Sistema Central y sector NE <strong>de</strong> la Cordillera Ibérica<br />

y, entre ellos, los <strong>de</strong> la hoja <strong>de</strong> <strong>Riaza</strong> y áreas próximas. Según los mencionados autores, la falla <strong>de</strong><br />

Somolinos tuvo en un principio movimientos en dirección, sinextrales y <strong>de</strong>xtrales y posteriormente<br />

normales, facilitando la acumulación <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 2000 m <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> abanicos aluviales en<br />

cuencas alargadas según la dirección <strong>de</strong> la falla con una geometría final en semigraben.<br />

3.2. LA OROGENIA ALPINA<br />

La formación <strong>de</strong> las cuencas pérmicas es la antesala <strong>de</strong>l ciclo alpino al que en realidad pertenecen<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista sedimentario y quizá también, geodinámico (DOBLAS et al., 1994).<br />

En la Península Ibérica se reconoce durante el ciclo alpino dos eventos extensionales principales,<br />

el rifting triásico y el rifting intramesozoico cuyo registro en la hoja <strong>de</strong> <strong>Riaza</strong> es más <strong>de</strong> tipo estratigráfico<br />

o sedimentario que tectónico. Posteriormente, a finales <strong>de</strong>l Paleógeno y durante el<br />

Neógeno, se produjo la compresión alpina en al menos dos etapas bien diferenciadas; la primera<br />

<strong>de</strong> edad Oligoceno-superior-Mioceno inferior es la responsable <strong>de</strong> la estructura principal <strong>de</strong> la<br />

Cordillera Ibérica; la segunda, intraaragoniense, provocó el levantamiento prácticamente <strong>de</strong>finitivo<br />

<strong>de</strong>l Sistema Central. Tras alguna reactivación tardía y puntual <strong>de</strong> origen compresivo, a finales<br />

<strong>de</strong>l Mioceno se instala un régimen distensivo que posiblemente responda a un colapso para<br />

compensar el engrosamiento vertical producido durante la compresión.<br />

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