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Riaza. - Instituto Geológico y Minero de España

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mersión hacia el SSE o SE, subparalela a la Lm. Esta, aunque menos abundante que en la "zona<br />

<strong>de</strong> cizalla s.s", todavía se observa sobre los planos <strong>de</strong> S 2 marcada por la alineación <strong>de</strong> porfiroblastos<br />

(granate, cloritoi<strong>de</strong>) y, sobre todo, micas.<br />

Especialmente espectaculares (sobre todo en la vecina hoja <strong>de</strong> Tamajón) son los pliegues cartográficos<br />

que dibuja la cuarcita armoricana (Figs. 3.1, 3.5 y 3.6). Inicialmente interpretados como<br />

pliegues D 1 (GONZALEZ LODEIRO, 1981, GONZALEZ CASADO, 1987) y más recientemente como<br />

pliegues D 3 (GONZALEZ LODEIRO et al, 1988 y MACAYA et al, 1991), su atribución a la D2<br />

es dudable ya que sus relaciones cartográfica y <strong>de</strong> afloramiento con la S 2 y sus características geométricas<br />

coinci<strong>de</strong>n con las <strong>de</strong>scritas anteriormente.<br />

Los pliegues D 2 <strong>de</strong> la “banda <strong>de</strong> crenulación” se generaron por tanto simultáneamente al <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> cizalla <strong>de</strong> Barrosa y es lógico pensar que como consecuencia <strong>de</strong> ella. La simetría<br />

<strong>de</strong> los pliegues, que se pone <strong>de</strong> manifiesto en la traza cartográfica <strong>de</strong> la cuarcita armonicana,<br />

es coherente con el movimiento <strong>de</strong>l bloque <strong>de</strong> techo <strong>de</strong> la cizalla (dominio oriental) hacia<br />

el SE o SSE (Fig. 3.7). Sin embargo, como se explicó anteriormente, el paralelismo entre la Lm o<br />

dirección <strong>de</strong> transporte y los ejes <strong>de</strong> los pliegues es difícil <strong>de</strong> explicar en estos niveles estructurales<br />

altos don<strong>de</strong> la mayor coaxialidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>formación no permite atribuir el mencionado paralelismo<br />

a efectos rotacionales.<br />

Situaciones similares se han <strong>de</strong>scrito en algunas zonas extensionales don<strong>de</strong> se citan pliegues <strong>de</strong><br />

gran escala, incluso recumbentes, asociados a la extensión, con direcciones axiales subparalelas<br />

a la dirección <strong>de</strong> estiramiento regional (MALAVIELLE, 1987, FROITZHEIN, 1992, FLETCHER y BAR-<br />

TLEY, 1994), en los que la completa rotación <strong>de</strong> los ejes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> posiciones inicialmente perpendiculares<br />

a la Lm tampoco pue<strong>de</strong> explicar por sí sola la macroestructura. En estos casos se proponen<br />

algunos mecanismos alternativos para explicar el mencionado paralelismo : MALAVIELLE<br />

(1987) sugiere una nucleación inicial <strong>de</strong> los pliegues oblicua o incluso subparalela a la dirección<br />

<strong>de</strong> estiramiento, situación que parece que pue<strong>de</strong> ser relativamente habitual en la naturaleza<br />

cuando las capas competentes forman un cierto ángulo con la dirección intermedia (�) <strong>de</strong>l elipsoi<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>formación finita (MALAVIELLE op. cit. fig. 15). Un argumento parecido es el propuesto<br />

por FROITZHEIM (1992) para el que el paralelismo entre la dirección axial <strong>de</strong> los pliegues y la<br />

dirección <strong>de</strong> estiramiento en los niveles estructurales altos <strong>de</strong> los Mantos Austroalpinos don<strong>de</strong> el<br />

cizallamiento es poco intenso, se <strong>de</strong>be a una orientación favorable <strong>de</strong> las capas respecto a dirección<br />

<strong>de</strong> cizallamiento regional; según este autor los mismos resultados se obtendrían en un contexto<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>formación coaxial. En ambos casos se sugiere una cierta componente constrictiva perpendicular<br />

a la <strong>de</strong> estiramiento.<br />

Teniendo en cuenta que el buzamiento inicial <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> cizalla <strong>de</strong> Berzosa <strong>de</strong>bió ser más suave<br />

que el actual (restituyendo plegamientos tardíos y verticalizaciones inducidas por compensaciones<br />

isostáticas) y salvando las diferencias con los ejemplos <strong>de</strong>scritos, es muy posible que la geometría<br />

<strong>de</strong>l plegamiento D 2 <strong>de</strong> la “banda <strong>de</strong> crenulación”, con direcciones axiales subparalelas<br />

a la Lm, producida en un contexto <strong>de</strong> <strong>de</strong>formación coaxial o escasamente no-coaxial, también<br />

esté inducida por una orientación favorable <strong>de</strong> las capas (heredada <strong>de</strong> la estructura D 1 ) respecto<br />

a la dirección <strong>de</strong> cizallamiento regional. Mas concretamente, la estructura <strong>de</strong> la cuarcita armoricana<br />

<strong>de</strong>l sector oriental <strong>de</strong> las hojas <strong>de</strong> Tamajón y <strong>Riaza</strong> se pue<strong>de</strong> interpretar como un plano<br />

verticalizado o ligeramente invertido <strong>de</strong> D 1 (plano oriental <strong>de</strong>l sinclinal <strong>de</strong> Majaelrayo) <strong>de</strong>formado<br />

<strong>de</strong> forma coaxial o escasamente no-coaxial en la parte alta <strong>de</strong> una zona <strong>de</strong> cizalla extensional<br />

con movimiento <strong>de</strong>l bloque <strong>de</strong> techo hacia el SE (Fig. 3).<br />

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