DesafÃos desde la seguridad alimentaria - Oxfam Blogs
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Desafíos <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional en Nicaragua<br />
2012<br />
Principales conclusiones y recomendaciones<br />
• Durante los últimos 10 años, en <strong>la</strong> región centroamericana se han venido presentando con mayor frecuencia<br />
fenómenos meteorológicos como los huracanes Joan, Mitch y Félix, entre otros, los que han dejado<br />
al descubierto <strong>la</strong> vulnerabilidad de <strong>la</strong> región. Además de ocasionar pérdidas de vidas, han dañado <strong>la</strong><br />
infraestructura productiva, agravando <strong>la</strong>s condiciones de vida de <strong>la</strong>s comunidades asentadas en los territorios<br />
afectados a su paso. Así mismo, al extremo del pluviómetro, los déficits de humedad han provocado serias<br />
pérdidas a los productores agropecuarios que se localizan, sobre todo, en <strong>la</strong> franja del corredor seco regional.<br />
La región ha dejado de ser pronosticable climatológicamente. Dado lo recurrente y lo extremo con que se<br />
presentan estos fenómenos, se hace necesaria <strong>la</strong> previsión temprana en todos sus sistemas de p<strong>la</strong>nificación.<br />
En resumen, alta vulnerabilidad ante el cambio climático, pobreza y desigualdad son los ingredientes que<br />
construyen los escenarios del hambre y los desequilibrios en <strong>la</strong> región. La combinación de <strong>la</strong>s políticas de<br />
gobierno y de <strong>la</strong> cooperación al desarrollo entiende que en un territorio convergen de manera multidimensional<br />
todos los detonantes del cambio, tanto los debidos a <strong>la</strong> intervención del hombre como los producidos por <strong>la</strong><br />
propia naturaleza. Los escenarios reales han llevado a aceptar, “no por todos”, una pérdida “pequeña” de<br />
biodiversidad, a cambio de un posible impacto importante en lo socioeconómico.<br />
• Al definir el bienestar humano, nos remitimos al acceso a los servicios sociales básicos, así como a toda<br />
mejora en los niveles de calidad de vida. Atendiendo lo anterior, nos vemos en <strong>la</strong> obligación de incorporar en<br />
su medición (estado de bienestar) <strong>la</strong> pérdida, sostenimiento o mejora de <strong>la</strong>s condiciones de biodiversidad de<br />
cada localidad, país o región, dada <strong>la</strong> intervención del hombre o los efectos generados por el clima. Supone,<br />
entonces, su consideración como un indicador que represente el desempeño (efectividad y eficacia) de los<br />
países, mediante sus programas y esfuerzos locales respecto a <strong>la</strong> responsabilidad de sostener o restablecer<br />
<strong>la</strong> biodiversidad reduciendo <strong>la</strong> pobreza.<br />
• La reevaluación de “El Patio” como estrategia de mitigación y de combate a <strong>la</strong> pobreza. “El Patio” en su función<br />
de provisión regu<strong>la</strong>r de alimentos, no solo cumple con <strong>la</strong> misión de mitigar el hambre, sino también mitiga<br />
el avance de los sistemas de tumba, roza y quema (agricultura tradicional), y, por ende, podría contribuir a<br />
disminuir el impacto de <strong>la</strong> agricultura en zonas de <strong>la</strong>dera y en áreas de vocación forestal; contribuyendo a<br />
<strong>la</strong> protección del suelo y a <strong>la</strong> captura de carbono y de <strong>la</strong> humedad. Así mismo, un patio bien p<strong>la</strong>nificado y<br />
desarrol<strong>la</strong>do es menos vulnerable a los efectos del cambio climático, ya que es posible atenderlo con menos<br />
esfuerzo en <strong>la</strong> tarea de provisión de agua para los cultivos y en <strong>la</strong> dotación de recursos para <strong>la</strong> producción de<br />
alimentos de manera estable. “El Patio”, en síntesis, mata <strong>la</strong> estacionalidad y puede ser un factor efectivo de<br />
mitigación del hambre estacional.<br />
• Dado que en cada territorio conviven patrones culturales de consumo diferentes (variedad en los patrones<br />
de alimentación según <strong>la</strong> región donde se habite), <strong>la</strong> importancia que tiene <strong>la</strong> producción de alimentos<br />
para autoconsumo como estrategia de sobrevivencia se activa en función de los siguientes componentes:<br />
intensidad de <strong>la</strong> estación lluvia vs. sequía (cambio climático), densidad del tejido social (el hogar y <strong>la</strong><br />
comunidad), y los sistemas productivos que se han legitimado en cada territorio (racionalidad productiva). De<br />
<strong>la</strong> interacción de ellos dependen, en buena medida, <strong>la</strong>s estrategias de sobrevivencia, y de cómo los hogares<br />
logran enfrentar el hambre mediante el suministro periódico de alimentos, apoyándose en buena parte, en <strong>la</strong><br />
despensa familiar conocida como “El Patio”. Con base en lo comentado en el párrafo anterior, cobra mayor<br />
importancia el concepto de “El Patio”, ya que funciona como un amortiguador de <strong>la</strong> escasez estacional, dado<br />
que el núcleo familiar puede manejar pequeñas superficies con inversiones modestas de aporte en trabajo<br />
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