DesafÃos desde la seguridad alimentaria - Oxfam Blogs
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Desafíos <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional en Nicaragua<br />
2012<br />
comida rápida frita y rica en carbohidratos y grasas<br />
poliinsaturadas (gallopinto, tajadas de plátano fritas,<br />
huevos fritos, pollo frito…), lo cual, según el Texas Heart<br />
Institute (2012), constituye uno de los mayores factores<br />
de riesgo de cardiopatía.<br />
Una dieta alta en grasas saturadas hace que una<br />
sustancia cerosa y suave denominada colesterol se<br />
acumule en <strong>la</strong>s arterias. El exceso de grasa también<br />
incrementa el riesgo de cardiopatía, debido a su alto<br />
contenido de calorías que aumenta <strong>la</strong> posibilidad de<br />
volverse obeso (otro factor de riesgo de cardiopatía y<br />
de algunos tipos de cáncer). Si bien el hecho de reducir<br />
el consumo diario de grasa no es garantía contra el<br />
desarrollo del cáncer o de <strong>la</strong> cardiopatía, ayuda a reducir<br />
los factores de riesgo.<br />
Las exigencias de <strong>la</strong> urbanización y el aumento del<br />
precio de <strong>la</strong> tierra restringieron <strong>la</strong>s tradicionales casas<br />
con grandes patios para crianza de aves y ganadería<br />
menor, y para cultivo de árboles frutales, de algunas<br />
hortalizas y de verduras. La dieta --previo al proceso<br />
de urbanización intensiva de los años 60-- era rica en<br />
proteínas y en grasas, aportadas por <strong>la</strong> carne de res<br />
y de cerdo, por <strong>la</strong> manteca de cerdo, así como por <strong>la</strong>s<br />
verduras y por los vegetales. Este proceso sesgado al<br />
consumo de cereales y de aceite vegetal, se aceleró<br />
de <strong>la</strong> mano de <strong>la</strong> restringida importación de insumos<br />
alimentarios en los años 80, por <strong>la</strong> escasez de divisas,<br />
lo que condujo a <strong>la</strong> contracción de <strong>la</strong> agroindustria<br />
<strong>alimentaria</strong> nacional, e intensificó el consumo de<br />
cereales, de carbohidratos y de aceite vegetal.<br />
Después de los 90, <strong>la</strong> radical apertura comercial del país<br />
ha permitido que una serie de alimentos de consumo<br />
humano --excepto el azúcar, los licores, los huevos, el<br />
pollo entero y <strong>la</strong> leche pasteurizada-- penetren libremente<br />
en el territorio nacional. Así, se importan sin grandes<br />
restricciones: <strong>la</strong> totalidad del trigo para <strong>la</strong>s panificadoras<br />
y del aceite crudo para cocina; parcialmente, el arroz<br />
granza para <strong>la</strong>s tril<strong>la</strong>doras y el arroz descascarado y<br />
empacado; <strong>la</strong> leche en polvo y los quesos procesados y<br />
madurados, además, verduras y hortalizas.<br />
Debido a <strong>la</strong> expansión de cadenas de supermercados<br />
internacionales como WalMart, o regionales como PALÍ,<br />
así como a <strong>la</strong> apertura de cadenas de gasolineras<br />
que ofrecen comida rápida, y cadenas de comida<br />
rápida como Pizza Hut, Domino’s Pizza, Burger King<br />
y McDonald’s, el consumo de <strong>la</strong> comida procesada y<br />
rápida se ha extendido más que nunca. Todo esto ha<br />
incidido negativamente en los patrones de alimentación<br />
de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción, incluso a nivel rural, por <strong>la</strong> extensa red<br />
de distribución con que cuentan estas empresas.<br />
Por eso, pese a que <strong>la</strong> disponibilidad y hasta el acceso<br />
a los alimentos ha mejorado en Nicaragua, <strong>la</strong> calidad<br />
de <strong>la</strong> nutrición más bien se ha deteriorado, al punto que<br />
no solo el valor nutricional de muchos de los alimentos<br />
disponibles es bajo o nulo, sino que, estos, además,<br />
no son inocuos. El grado de aditivos en los alimentos<br />
es excesivo: saborizantes, espesantes, preservantes,<br />
colorantes y edulcorantes rebosan en ellos. Muchos de<br />
los alimentos “chatarra” de consumo popu<strong>la</strong>r, como los<br />
chips de tortil<strong>la</strong>s, el chicharrón de bolsa y otros, tienen<br />
altas cantidades de sodio; otros, como <strong>la</strong>s bebidas<br />
gaseosas, usan excesivas dosis de azúcar; y <strong>la</strong>s sopas<br />
instantáneas como <strong>la</strong>s Maruchan, los cubitos de caldo<br />
de pollo, <strong>la</strong>s salsas, <strong>la</strong>s frituras y los cubos de tomate,<br />
entre otros, son ricos en glutamato monosódico, que les<br />
da más sabor, pero aumenta los riesgos de enfermedad.<br />
Muchas de estas comidas industrializadas son pobres<br />
en proteínas, hierro, calcio, vitaminas A, D y C, y en<br />
fibras.<br />
En un estudio que <strong>la</strong> Liga de Defensa del Consumidor de<br />
Nicaragua, LIDECONIC (2008) realizó en seis centros<br />
esco<strong>la</strong>res capitalinos y en dos del norte de Nicaragua,<br />
se encontró que de cada 10 niños, niñas y adolescentes<br />
en edad esco<strong>la</strong>r, al menos nueve prefieren consumir<br />
comida “chatarra” o poco nutritiva. Según este estudio,<br />
este es un problema influenciado por los medios de<br />
comunicación y por <strong>la</strong>s empresas fabricantes de los<br />
alimentos “chatarra”, que intervienen a través de <strong>la</strong><br />
publicidad con mensajes que afectan hasta a los padres<br />
de familia, que prefieren estos productos en vez de <strong>la</strong><br />
comida tradicional. El estudio seña<strong>la</strong> que los colegios<br />
también contribuyen a esta situación, ante <strong>la</strong> falta de<br />
una adecuada educación nutricional y debido al mal<br />
ejemplo de sus educadores. “Hay preocupación por<br />
esa situación (de malnutrición), porque estos productos<br />
--tan gustados por los niños--, son ricos en grasa, tienen<br />
una alta densidad energética y son muy pobres en<br />
micronutrientes, fibras vitaminadas y calcio. Su ingesta<br />
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