Desafíos <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional en Nicaragua 2012 más los patrones culturales de consumo sin despreciar <strong>la</strong>s siguientes hipótesis finales, de acuerdo con <strong>la</strong> tesis de Beberman & Wolfe (1977), <strong>la</strong> cual seña<strong>la</strong> cómo <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de solidaridad de los grupos pob<strong>la</strong>cionales en el campo compensan los momentos de mayor dificultad (pérdida de trabajo y sucesos naturales, entre otros) ante <strong>la</strong> escasez de alimentos. Expresa cómo esta solidaridad se muestra a través de transferencias en especie entre los núcleos familiares y no están asociadas al ingreso. La dimensión ética: “<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de poder <strong>desde</strong> el hogar hacia lo público”. Aun resolviendo el problema del hambre estacional, y bajo el supuesto de haber ganado los puntos en el combate contra <strong>la</strong> pobreza y <strong>la</strong> desigualdad, y logrando niveles decentes en <strong>la</strong> alimentación en el promedio de los hogares en zonas rurales, no todos sus miembros van a participar en igualdad de condiciones. En ellos (hogares) coexisten diferencias entre sus integrantes, por razones antropológicas, en <strong>la</strong>s que no vamos a profundizar. Sin embargo, el ingreso siempre resulta en una condición que podría acrecentar tales diferencias, teniendo mayor o menor importancia en <strong>la</strong> situación de poder que ostentan los miembros en el seno de los núcleos familiares, dada <strong>la</strong> posibilidad de cada uno de generar ingresos (los cuales podrían fluctuar irregu<strong>la</strong>rmente durante el año) y aportar al hogar, por cuanto, dado que <strong>la</strong> pobreza y <strong>la</strong> desnutrición se dejan sentir con el tiempo, cabe esperar que el ingreso promedio conseguido una vez tras<strong>la</strong>dado a los productos que se pueden comprar, no se reparta por igual, es decir, que se podría esperar que los niños y los ancianos se encuentren en una situación más vulnerable que el resto de miembros del hogar. Para afirmar tal situación, se necesitaría de estudios complementarios. Abordar el problema alimentario de nuestros países como una cuestión pública sin tener que referirnos al dilema ético, es condenar a <strong>la</strong> desnutrición a casi una tercera parte de nuestra pob<strong>la</strong>ción. Podría ser cierto lo expresado de que “quien no trabaje, que no coma”, pero, ¿qué sucede con aquellos miembros de <strong>la</strong> PEA que buscan trabajo día a día y no lo encuentran? ¿Quién se está ocupando de ellos? ¿Podríamos concluir apresuradamente si afirmamos que <strong>la</strong> oferta <strong>alimentaria</strong> tiene poco o nada que ver con el hambre? ¿Qué pasa con <strong>la</strong> interdependencia de los mercados? Se podría explicar de manera sencil<strong>la</strong>, pero no simple, si consideramos que no hay tal mano invisible, porque los pobres son invisibles (no cuentan, porque no compran), y así lo establece <strong>la</strong> política <strong>alimentaria</strong> actual en su acápite de accesibilidad que reza: Acceso. Que toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción pueda adquirir los alimentos que necesita sin interrupciones. Esto depende del poder adquisitivo para comprarlos si no los produce, de que exista <strong>la</strong> infraestructura y el transporte para viabilizar su tras<strong>la</strong>do, de que existan canales de distribución adecuados. Ante el mercado no existe el pobre, no hay posibilidad de maximizar el propio interés. Entonces, ¿cómo hay que vivir? El problema exige un análisis mucho más riguroso y profundo. Nos hemos ocupado a lo <strong>la</strong>rgo del trabajo de <strong>la</strong> dimensión del hambre y de su combate en forma muy limitada, basados en el propio enfoque “técnico”, el que en muchos de los casos está disociado de lo normativo, de lo ético. 47
Desafíos <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional en Nicaragua 2012 Foto: Pablo Tosco/Intermón OXFAM. Jinotega, 2011 48