DesafÃos desde la seguridad alimentaria - Oxfam Blogs
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Desafíos <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional en Nicaragua<br />
2012<br />
no transmisibles es una característica del perfil epidemiológico de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción, basado en <strong>la</strong> baja calidad<br />
nutricional de su dieta. Por eso, pese a que <strong>la</strong> disponibilidad y hasta el acceso a los alimentos ha mejorado<br />
en Nicaragua, <strong>la</strong> calidad de <strong>la</strong> nutrición más bien se ha deteriorado. Al punto que no solo el valor nutricional<br />
de muchos de los alimentos disponibles es bajo o nulo, sino que, además, no son inocuos.<br />
• Según <strong>la</strong> FAO (2011), es un logro positivo del país <strong>la</strong> disminución gradual en <strong>la</strong> prevalencia de desnutrición<br />
global y crónica en <strong>la</strong>s últimas décadas. La reducción de <strong>la</strong> prevalencia de <strong>la</strong> desnutrición global entre 1990<br />
y 2009 se dio a un ritmo del 5% promedio anual. Esta tasa fue más acelerada en el período entre 1990 y<br />
2005, cuando <strong>la</strong> desnutrición se redujo a un ritmo del 6% promedio anual. Sin embargo, en años recientes,<br />
entre 2005 y 2009, <strong>la</strong> tendencia se ha desacelerado de manera notable, a una tasa de 2.5% promedio anual,<br />
ralentizando los progresos en este ámbito.<br />
• El avance legis<strong>la</strong>tivo que muestra el país en materia de leyes de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional,<br />
no se ha correspondido con un mayor avance en su implementación efectiva, ni en mayores asignaciones<br />
presupuestarias que permitan a los programas y a los proyectos públicos un esfuerzo más integral de combate<br />
a <strong>la</strong> in<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional.<br />
• Aunque <strong>la</strong> Ley 693 está aprobada <strong>desde</strong> 2009, una cantidad considerable de municipalidades aún no <strong>la</strong> han<br />
constituido formalmente y/o no le asignan los recursos necesarios. Una tarea impostergable, en este sentido,<br />
comprende <strong>la</strong> necesidad de concertar y de armonizar <strong>la</strong>s acciones entre los diferentes organismos públicos y<br />
privados alrededor del tema.<br />
• Pese a un marco jurídico aceptable, los esfuerzos por combatir <strong>la</strong> in<strong>seguridad</strong> <strong>alimentaria</strong> y nutricional no<br />
cuentan con un programa integrador orientado a tal fin. El Bono Productivo Alimentario (BPA), con <strong>la</strong> finalidad<br />
de capitalizar a productores de bajos recursos, no logra nuclear todos los apoyos externos para tener un<br />
impacto contundente y efectivo en términos de reducir <strong>la</strong> pobreza rural.<br />
• Al analizar <strong>la</strong> Encuesta de Medición del Nivel de Vida del INDE (2009), encontramos que los programas sociales<br />
del gobierno, especialmente los orientados a mejorar el acceso a alimentos, son más poderosos a través del<br />
sistema educativo del país y en beneficio de <strong>la</strong> niñez. Este es el caso del Programa de Merienda Esco<strong>la</strong>r, y<br />
los programas complementarios al mismo, como <strong>la</strong> Mochi<strong>la</strong> Esco<strong>la</strong>r, que constituyen un buen incentivo para<br />
que <strong>la</strong>s familias de bajos ingresos lleven a sus hijos a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Sin embargo, por su orientación, estos<br />
programas tienen mayor cobertura e impacto en segmentos de pob<strong>la</strong>ción no pobres, que poseen mayor<br />
capacidad de acceso a los centros esco<strong>la</strong>res y valoran más <strong>la</strong> educación. La cantidad de beneficiarios de<br />
los 17 programas sociales del gobierno 2009 era de alrededor de 1,754,667 personas. Los beneficiarios<br />
“no-pobres” representan <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción cubierta por estos programas, un 65%. El grupo de<br />
beneficiarios, tanto pobres como pobres extremos, representa so<strong>la</strong>mente el 35% de los beneficiarios totales.<br />
• El programa insignia del Gobierno, Hambre Cero (EMNV, 2009), tiene una incidencia significativa pero<br />
mucho más modesta, y también está orientado a segmentos de productores propietarios con cierto nivel de<br />
capitalización. Por el tipo de apoyo proveído por el Bono Productivo Alimentario, los hogares beneficiarios<br />
requieren de cierta área de tierra bajo propiedad o arriendo, como de cierta experiencia productiva y manejo<br />
agríco<strong>la</strong>, por lo que los campesinos sin tierra y jornaleros no son cubiertos adecuadamente por este programa.<br />
• Por otro <strong>la</strong>do, una supuesta crítica de <strong>la</strong> política de SSAN, es que el esfuerzo por reducir y eliminar el hambre,<br />
requiere de un incremento de <strong>la</strong>s inversiones en <strong>la</strong> agricultura, tanto público como privado. Desde <strong>la</strong> parte<br />
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