Untitled - Grumo
Untitled - Grumo
Untitled - Grumo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
[9 5<br />
Perlongher con el sistema de la decoración y ornamentación del Jungdstil o<br />
del art-decó no tanto de Oscar Wilde como de la apoteosis de lo nimio que<br />
se celebra en Bearsley o en las líneas sinuosas de Gallé. En Perlongher puede<br />
haber miniatura pero no hay detalle, no hay particularidades sino extremi-<br />
dades, puntos de cierre y apertura pero no continuidad, verdaderos centelleos<br />
de la fulguración, no es art-nouveau ni art-decó, sino un arte popular<br />
degradado como lo es la farmacopea con respecto a la medicina, como lo es<br />
el curanderismo a la cura psicoanalítico, como es la gragea humorística al<br />
gracejo de los enunciados de una psicalipsis fronteriza acuñados por los<br />
muchachos de la barriada en los olorosos urinarios de los últimos cinemató-<br />
grafos de Ensenada, Quilmes o Ezpeleta: la última película fundida en el<br />
visor mediúnico de la pantalla televisiva. La función de fascinación que tiene<br />
la mirada atrapa al ojo que se desliza por la página: los versos de Perlongher<br />
son una contravención de la mirada barroca, no se despliegan a partir de los<br />
deslices de la propagación sino a través de una corrupción de la semántica a<br />
partir de la dislocación de las formas flexionales de los paradigmas: todo torso<br />
tiene su dorso, todo jabe su jaleo o su jarabe, toda zalema su sarcoma, una<br />
elasticidad de las flexiones morfológicas, sintácticas y de sentido. Qué viene<br />
a decir este poeta en su poesía: la disolución de la sustancia y de la materia<br />
de sus propios versos: una verdadera distopía enrarecida de su contar poéti-<br />
co. 4<br />
* Nicolás Rosa: profesor de Teoría y Crítica en las Universidades de Buenos Aires<br />
y Rosario, dirige en esta última la Escuela de Graduados de la Facultad de<br />
Humanidades y Artes y la Maestría en Literatura Argentina. Ha desarrollado una<br />
importante actividad intelectual en distintas universidades de América y Europa.<br />
Dentro de su extensa obra crítica podemos mencionar : El arte del olvido (1990),<br />
Artefacto (1992), La lengua del ausente (1997).<br />
2 El ojo barroco —el ojo de la percepción barroca— es el ojo angustiado que mira y<br />
no ve por propia opacidad del cristalino o ve pluridimensionalmente en tanto<br />
D o s s i e r<br />
que reniega de la certeza de ver (lo vi con mis propios ojos, dice la combustión<br />
de la lengua común, la única comunidad de la lengua (argumentum ad oculos).<br />
La pulsión escópica se vuelve escotofílica en Perlongher: no mira sino que ve, el<br />
ojo vectoriza pero también sectoriza, le hinca el diente al significante para tratar<br />
de partirlo en contra de toda evidencia escópica ("no hay partición del signifi-<br />
cante" Frege-Lacan). Orgasmo y angustia son los correlatos de la función fálica,<br />
el fondo de angustia de la proliferación muestra la castración real en la multi-<br />
plicidad imaginaria de su retórica. La función apotropeica de la mostración para<br />
paliar el efecto angustioso de la castración ("La cabeza de Medusa", Sigmund<br />
Freud, O.C., Tomo III, Madrid, Biblioteca Nueva, 1968. Parcours de Freud, Paris,<br />
Ed. Galilée, 1979).<br />
3 En la concepción "tecnológica" del verso como construcción exorbitante y<br />
monstruosa en la envoltura silenciosa del repliegue, las coerciones operarían<br />
como tensores de una página dinámica: envolver-desarrollar, evolucionar-<br />
involucionar, acrecentarse-disminuir, inflarse-desinflarse. La ubicuidad de lo<br />
viviente procede como una ubicuidad de los significantes: la terminología es<br />
pobre, sus percusiones, sus circunvoluciones, sus registros sinonímicos son<br />
una extensión y su plegado una recomposición. En Parque Lezama (pero tam-<br />
bién en Aguas aéreas) los elementos no cobran estado sino una dinámica en la<br />
constitución de sus repeticiones y en el desdoblamiento de las mismas. Una de<br />
las características más bellas en la poesía de Perlongher es el poema como<br />
organismo palpitante, la figura late como un ser vivo en su propia descomposi-<br />
ción.<br />
4 La relación establecida por Gruenter entre decoración y ornamento para pre-<br />
cisar la estética de la ornamentalización de los objetos, sobre todo formas nat-<br />
urales (minerales, animales, vegetales) no dramatiza la construcción de los ver-<br />
sos. En ese sentido, es posible hablar de una ornamentación perlonghiana<br />
desviada: primero, hacia el cuerpo como materia viva y fluyente (la pasión de los<br />
esfínteres) y el cuerpo como materia inerte (el cadáver). En este último caso, la<br />
politización del cadáver de la Nación engendra formas ambiguas: a) estetización<br />
de lo político, b) politización de lo estético, c) instigación al fascismo del cuer-