Grandes aventuras en el mar
Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.
Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El Great-Eastern.<br />
El Great-Eastern era un navío desproporcionado para su época. Media dosci<strong>en</strong>tos<br />
diez metros de largo, casi <strong>el</strong> doble de los mayores navíos <strong>en</strong> servicio, y reunía todos<br />
los medios posibles de propulsión: v<strong>el</strong>as, ruedas y hélices. Construido para <strong>el</strong><br />
transporte de mercancías y pasajeros a Australia, país que acababa de abrirse a la<br />
inmigración, t<strong>en</strong>ía una capacidad para cinco mil viajeros, y estaba arreglado con un<br />
lujo comparable al d<strong>el</strong> llorado Normandie. Pero había sido botado cincu<strong>en</strong>ta años<br />
demasiado pronto. Su explotación se avecinaba catastrófica y los propietarios se<br />
disponían a darlo como chatarra cuando los dirig<strong>en</strong>tes d<strong>el</strong> Atlantic-Cable p<strong>en</strong>saron <strong>en</strong><br />
él.<br />
Este buque era un monstruo capaz de soportar los cuatro mil seteci<strong>en</strong>tos ses<strong>en</strong>ta<br />
kilómetros y las cinco mil ton<strong>el</strong>adas de cable. Almac<strong>en</strong>aron éste <strong>en</strong> tres cubas de<br />
cem<strong>en</strong>to construidas <strong>en</strong> las inm<strong>en</strong>sas calas. Cada una de <strong>el</strong>la cont<strong>en</strong>ía mil quini<strong>en</strong>tos<br />
kilómetros de cable, que colocaron con los cuidados que pued<strong>en</strong> suponerse.<br />
Con sus quini<strong>en</strong>tos hombres de tripulación, veintiún mil tresci<strong>en</strong>tas ton<strong>el</strong>adas de<br />
carga —siete mil sólo de carbón—, y seis mástiles cargados de v<strong>el</strong>as e impulsado por<br />
las esperanzas de dos grandes naciones, <strong>el</strong> gigante salió de Irlanda <strong>el</strong> 23 de julio de<br />
1856 y puso proa a América.<br />
El día 25, después <strong>el</strong> 27 y más tarde <strong>el</strong> 30 observaron que <strong>el</strong> cable estaba<br />
perforado de parte a parte con un hilo de acero. Los repetidos accid<strong>en</strong>tes probaron<br />
que no se trataba de averías fortuitas. ¡Era un sabotaje! Comprobaron también que<br />
había sido cometido a las mismas horas y por uno o dos hombres d<strong>el</strong> mismo equipo<br />
que trabajaban <strong>en</strong> las calas. A pesar de sus protestas <strong>el</strong> equipo fue destinado a otros<br />
trabajos.<br />
La indignación reinaba a bordo. Si hubieran descubierto al culpable, le habrían<br />
arrojado limpiam<strong>en</strong>te por la borda, linchándole antes, desde luego.<br />
A partir de aqu<strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to colocaron voluntarios armados que montaron una<br />
guardia vigilante a todo lo largo d<strong>el</strong> recorrido d<strong>el</strong> cable, desde las calas a los<br />
tambores que lo arrojaban al <strong>mar</strong>. Era una humillación p<strong>en</strong>osa para aqu<strong>el</strong>los bravos,<br />
pero la tripulación compr<strong>en</strong>dió la necesidad: los am<strong>en</strong>azaba un sabotaje consci<strong>en</strong>te y<br />
organizado.<br />
Fácilm<strong>en</strong>te se compr<strong>en</strong>de que <strong>el</strong> lanzami<strong>en</strong>to de un cable a través d<strong>el</strong> Atlántico<br />
destrozaba muchos intereses, sobre todo los de los correos de v<strong>el</strong>a y vapor que<br />
transmitían los despachos a rapidísimas v<strong>el</strong>ocidades, cobrando primas considerables<br />
cuando se trataba de importantes m<strong>en</strong>sajes. Preciso es añadir que las compañías que<br />
facilitaban <strong>el</strong> cable también estaban interesadas <strong>en</strong> que fallara la expedición. La<br />
vulnerabilidad d<strong>el</strong> cable y un hombre poco escrupuloso <strong>en</strong>rolado <strong>en</strong> la tripulación<br />
hacían <strong>el</strong> resto.<br />
Pero, ¡ay!, aunque podían def<strong>en</strong>derse de los hombres, era difícil luchar contra la<br />
fatalidad. El 2 de agosto, a las 2,30 de la madrugada, <strong>el</strong> cable se rompió limpiam<strong>en</strong>te<br />
www.lectulandia.com - Página 102