14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Aqu<strong>el</strong>la noche tuvimos una verdadera fiesta <strong>en</strong> la goleta. La c<strong>el</strong>ebramos a<br />

conci<strong>en</strong>cia. Georges estaba <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a forma y me preguntó:<br />

—Y bi<strong>en</strong>, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te: ¿qué pi<strong>en</strong>sas ahora de la maldición d<strong>el</strong> sacerdote?<br />

Yo no t<strong>en</strong>ía la cabeza para eso, y así se lo dije. Cogí otro vaso y de rep<strong>en</strong>te<br />

empecé a preguntarme si sería verdaderam<strong>en</strong>te la Santa Cruz lo que nosotros<br />

habíamos <strong>en</strong>contrado.<br />

No debía ser <strong>el</strong>la. El viejo manuscrito hablaba de “más de treinta millones <strong>en</strong><br />

piezas de ocho y lingotes de oro”. Debí hallar algún otro navío que zozobró por<br />

aqu<strong>el</strong>los arrecifes y que no estaba m<strong>en</strong>cionado <strong>en</strong> ningún docum<strong>en</strong>to. Si así era, la<br />

Santa Cruz aún estaba allí, <strong>en</strong> nuestra inmediata vecindad.<br />

—¡Perfecto! —concluí—. En ese caso volveré a buscarla. Mi<strong>en</strong>tras tanto<br />

habíamos hallado una abundante fortuna.<br />

E. RIESEBERG.<br />

www.lectulandia.com - Página 137

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!