14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de piedras y arcilla. Aquí se depositarán todas las partículas auríferas arrastradas por<br />

las aguas d<strong>el</strong> río, y de este modo habremos facilitado su búsqueda. Hoy he<br />

conseguido extraer una libra y media de oro <strong>en</strong> pepitas, y confieso que dejo perder<br />

mucho. Vasili Sem<strong>en</strong>ov, por su parte, ha lavado ar<strong>en</strong>a y guijarros.<br />

”30 de agosto. — Cada día recogemos oro <strong>en</strong> este valle. Mi<strong>en</strong>tras yo estaba<br />

admirando una pepita, Sem<strong>en</strong>ov descubría otra <strong>en</strong> la embocadura d<strong>el</strong> canal de que<br />

hablé. Hemos recogido ya medio pud (ocho kilos, ci<strong>en</strong>to nov<strong>en</strong>ta gramos), y <strong>el</strong> trocito<br />

más pequeño de oro es d<strong>el</strong> tamaño de un abejorro. Además he hallado por otra parte,<br />

<strong>en</strong> <strong>el</strong> valle <strong>en</strong> que trabajamos, una piedra preciosa de color rojo: sin duda un rubí.<br />

”1º de septiembre. — El tiempo ha empeorado muy seriam<strong>en</strong>te. De rep<strong>en</strong>te ha<br />

desc<strong>en</strong>dido la temperatura a quince grados bajo cero. ¡Y qué vi<strong>en</strong>to! Produce sobre <strong>el</strong><br />

rostro la impresión de una quemadura. Sem<strong>en</strong>ov fue a una taiga (bosque pantanoso)<br />

con <strong>el</strong> fusil que poseemos y trajo de su caza algunos gallos de los brezales. Dice que<br />

ha visto una pareja de r<strong>en</strong>os y ha oído gruñir a un animal, un oso, sin duda. Sacamos<br />

la barca d<strong>el</strong> agua, la arrastramos por la ar<strong>en</strong>a, y la ponernos al abrigo bajo gruesas<br />

planchas, cerca de nuestra isba. La perspectiva d<strong>el</strong> invierno es terrible, pero ¡Dios nos<br />

protegerá! T<strong>en</strong>emos víveres y madera. Soportaremos, así lo esperamos, <strong>el</strong> frío más<br />

crudo.<br />

”6 de septiembre. — ¡Qué Dios nos proteja! Ruge la tempestad. Gime y aúlla<br />

alrededor de nosotros. Los árboles se doblan, los zazales se pliegan, las olas se alzan<br />

con furor, se romp<strong>en</strong> y van a caer <strong>en</strong> la playa. Sem<strong>en</strong>ov me <strong>en</strong>vidia <strong>el</strong> saber leer y<br />

escribir. «Tú puedes escribir —dice—. Eso te da la ilusión de conversar con otras<br />

personas, y no sólo conmigo». En efecto: sé escribir. En la escu<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> pueblo y<br />

después <strong>en</strong> la escu<strong>el</strong>a de la ciudad de Kabarov me dieron libros como premio.<br />

”Pero a pesar d<strong>el</strong> huracán he ido al valle donde trabajábamos. Todo está h<strong>el</strong>ado.<br />

La tierra está dura como la piedra, y los arroyos cubiertos de hi<strong>el</strong>o. El trabajo ha<br />

terminado. Cuando volvía a la isba, dos zorros azules pasaron a corta distancia de mí.<br />

Me miraron, cerraron sus mandíbulas quejosam<strong>en</strong>te, y se fugaron <strong>en</strong>tre los juncos.<br />

Por la noche ponemos <strong>en</strong> ord<strong>en</strong> nuestra provisión de pescado seco. La reserva es<br />

abundante, y eso nos tranquiliza.<br />

”12 de noviembre. — Ha llegado la noche<br />

polar. Desde hace varios días no he escrito<br />

nada. Nos hemos <strong>en</strong>cerrado <strong>en</strong> la nieve, y la<br />

oscuridad es imp<strong>en</strong>etrable. Sem<strong>en</strong>ov y yo<br />

estamos siempre s<strong>en</strong>tados, jugando a las cartas,<br />

sin hahlar, pues ya nos hemos dicho todo lo que<br />

podríamos decir, y hemos recordado hasta los<br />

detalles más nimios. Nos domina una pereza<br />

inv<strong>en</strong>cible. Por mi gusto dormiría todo <strong>el</strong><br />

tiempo. Tratamos de reaccionar contra esa<br />

torpeza, y nos esforzamos <strong>en</strong> hacer ejercicio. Por la mañana salimos para cortar<br />

www.lectulandia.com - Página 92

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!