14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CON MI MUJER POR EL ANCHO MAR<br />

Erling Tambs, nov<strong>el</strong>ista noruego, partió con su esposa a la v<strong>en</strong>tura. No estaban<br />

citados con nadie, ni nadie los esperaba. Efectuaron <strong>el</strong> viaje sobre <strong>el</strong> Teddy, pequeño<br />

v<strong>el</strong>ero de doce metros, <strong>en</strong> <strong>el</strong> que vivieron durante tres años: de 1928 a 1931, viajando<br />

de Oslo a Australia. En España creció la tripulación con una perra, llamada<br />

irónicam<strong>en</strong>te Víveres de socorro. En Las Palmas nació Tony, promovido<br />

inmediatam<strong>en</strong>te a segundo, que prosiguió <strong>el</strong> viaje con sus padres “para lo mejor y<br />

para lo peor”, según las viejas tradiciones de la <strong>mar</strong>ina. He aquí cómo narra <strong>el</strong> propio<br />

Tambs su av<strong>en</strong>tura a partir de este mom<strong>en</strong>to:<br />

En esta soleada isla ha visto mi hijo la luz. Nació <strong>el</strong> 10 de mayo de 1929 <strong>en</strong> la<br />

acogedora mansión de mi amigo Antonio Curb<strong>el</strong>o, cuyo nombre le puse. Fue desde <strong>el</strong><br />

principio un chiquillo fuerte. Pesaba trece libras al nacer. Aún no t<strong>en</strong>ía dos semanas<br />

cuando su madre, con gran admiración de la población fem<strong>en</strong>ina de Las Palmas, se lo<br />

llevó a dar su primer paseo por <strong>el</strong> parque de la ciudad. A las tres semanas ocupaba su<br />

lugar a bordo d<strong>el</strong> Teddy, y a la edad de seis semanas Tony, <strong>el</strong> heredero de todos<br />

nuestros dominios —innumerables castillos <strong>en</strong> <strong>el</strong> aire—, partía con nosotros para su<br />

primera travesía, la d<strong>el</strong> vasto océano.<br />

Se necesita una consumada experi<strong>en</strong>cia para aprovisionar la desp<strong>en</strong>sa de un<br />

barquichu<strong>el</strong>o que parte para tan larga travesía, sobre todo cuando las posibilidades de<br />

aprovisionami<strong>en</strong>to están dirigidas y limitadas por nuestra economía. Clima, humedad,<br />

v<strong>en</strong>tilación, facilidades de cocción, acumulación, e incluso <strong>el</strong> comportami<strong>en</strong>to de la<br />

embarcación, todo hay que t<strong>en</strong>erlo <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta. Sin embargo, diez meses de navegación<br />

nos habían <strong>en</strong>señado algunas cosas, y cuando dejamos Las Palmas llevábamos una<br />

cantidad de provisiones que no carecía de variedad.<br />

La imposibilidad de cocer <strong>el</strong> pan no nos preocupaba mucho, pues t<strong>en</strong>íamos cuatro<br />

clases de bizcochos.<br />

Eliminamos las salazones, <strong>el</strong> cerdo, los guisantes y las judías, que han de<br />

remojarse durante largo tiempo antes de cocer. Una vez <strong>en</strong> alta <strong>mar</strong> es difícil hallar <strong>en</strong><br />

un barquichu<strong>el</strong>o un sitio donde no se vu<strong>el</strong>que una cazu<strong>el</strong>a con agua. Más de una vez<br />

había soltado una maldición al resbalar sobre guisantes que debían estar <strong>en</strong> remojo.<br />

Además con carne y sopa <strong>en</strong> conserva fácilm<strong>en</strong>te se confeccionan gran variedad de<br />

sabrosos platos.<br />

Llevábamos patatas y cebollas para más de seis semanas, y todas las frutas y<br />

legumbres que pudiéramos comer antes que se estropearan. Se conservaron dos<br />

semanas.<br />

www.lectulandia.com - Página 166

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!