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Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

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l<strong>en</strong>guaje canino, que sacara las albóndigas. Le expliqué que lo s<strong>en</strong>tía mucho, pero<br />

que no t<strong>en</strong>ía <strong>el</strong> poder de hacer milagros. “Tanto peor para mí”, suspiró <strong>el</strong>la, y atacó<br />

resu<strong>el</strong>tam<strong>en</strong>te sus galletas.<br />

Los vi<strong>en</strong>tos d<strong>el</strong> nordeste nos trajeron días <strong>mar</strong>avillosos.<br />

El <strong>mar</strong> era de un azul de <strong>en</strong>sueño. No <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro otro calificativo que cuadre a ese<br />

espléndido espejo d<strong>el</strong> inm<strong>en</strong>so ci<strong>el</strong>o que lo dominaba. Un ci<strong>el</strong>o también de <strong>en</strong>sueño;<br />

un infinito azul, <strong>en</strong> que los alisios, como invisibles pastores, conducían sus brillantes<br />

corderos <strong>en</strong> un rebaño sin fin.<br />

Trazando alegrem<strong>en</strong>te su est<strong>el</strong>a <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, Teddy se cruzaba con <strong>en</strong>ormes<br />

bandadas de peces voladores, perseguidos, a veces, por bonitos, doradas o atunes. En<br />

esas aguas límpidas podíamos seguir mucho tiempo sus evoluciones.<br />

De vez <strong>en</strong> cuando veíamos grandes peces <strong>en</strong> <strong>el</strong> fondo, quizás a veinte brazas o<br />

más de profundidad. Cuando estábamos parados podíamos ver a más distancia a<br />

través d<strong>el</strong> agua. Un día tiré al <strong>mar</strong> una lata de conservas vacía y la seguí con la<br />

mirada durante varios minutos, mi<strong>en</strong>tras se hundía <strong>en</strong> la profundidad abisal. Si se<br />

ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que <strong>en</strong> ese sitio <strong>el</strong> océano ti<strong>en</strong>e más de seis mil metros de hondo,<br />

calculo que <strong>el</strong> viaje de la lata continuó durante horas después de perderla de vista.<br />

Cuando nos hallábamos, según mis cálculos, por los 46º de longitud oeste y 13º<br />

40' de latitud norte, vimos un barco. Esto no me sorpr<strong>en</strong>dió, pues lo esperaba.<br />

Estábamos <strong>en</strong> la ruta que sigu<strong>en</strong> los barcos para ir de Nueva York a los grandes<br />

puertos de la costa atlántica de Sudamérica. El vapor se hallaba a unas siete u ocho<br />

millas, y continuaba su ruta cuando cambió bruscam<strong>en</strong>te y se dirigió hacia nosotros.<br />

Era brasileño, de nombre Alégrete, que probablem<strong>en</strong>te hacía ruta hacia La Plata o<br />

algún puerto latinoamericano. Cuando estuvo a mi alcance le pedí por señales de<br />

banderas que me diera mi posición. Su respuesta me ll<strong>en</strong>ó de satisfacción.<br />

Después de mi <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con <strong>el</strong> brasileño <strong>en</strong>filé hacia <strong>el</strong> sur. Para esto t<strong>en</strong>ía dos<br />

razones: no quería abordar por <strong>el</strong> este las islas d<strong>el</strong> Vi<strong>en</strong>to, pues allí nac<strong>en</strong> la mayoría<br />

de los ciclones durante <strong>el</strong> mes de agosto, y por otra parte quería aproxi<strong>mar</strong>me a la<br />

ruta de los vapores, a fin de ir corrigi<strong>en</strong>do mi posición antes de aproxi<strong>mar</strong>me a la<br />

costa.<br />

Hacia <strong>el</strong> 3 de agosto esperé <strong>en</strong>contrarme ya con alguno. Hacía una semana que vi<br />

al buque brasileño, y, según mis cálculos, debíamos hallarnos por los 11º de latitud<br />

norte y 55º de longitud oeste, <strong>en</strong> una región donde reina un int<strong>en</strong>so ir y v<strong>en</strong>ir de<br />

embarcaciones. Todo <strong>el</strong> que va desde Méjico o desde <strong>el</strong> canal de Panamá a los<br />

grandes puertos sudamericanos, al cabo de Bu<strong>en</strong>a Esperanza o más allá ti<strong>en</strong>e que<br />

pasar por aquí.<br />

Sin embargo pasó aqu<strong>el</strong> día sin que viéramos la m<strong>en</strong>or hu<strong>mar</strong>eda. Con todo, <strong>el</strong><br />

tiempo era muy bu<strong>en</strong>o y la visibilidad exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te.<br />

A la mañana sigui<strong>en</strong>te largué la v<strong>el</strong>a mayor, que estaba recogida desde <strong>el</strong> 3 de<br />

julio. A mediodía mi punto nos situaba por los 11° 44' y 56º 9' oeste. Subí a los<br />

ob<strong>en</strong>ques una doc<strong>en</strong>a de veces, pero no vi nada.<br />

www.lectulandia.com - Página 169

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