14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de atraer a los peces voladores y de rev<strong>el</strong>ar nuestra exist<strong>en</strong>cia a cualquier barco que<br />

pasara por allí. Solía extinguirse a medianoche, y confieso que jamás tuve <strong>el</strong> valor de<br />

volverlo a <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der.<br />

Tony se despertaba regularm<strong>en</strong>te una vez durante la noche para protestar contra <strong>el</strong><br />

balanceo y contra la situación <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, pero sus quejas se aplacaban con la<br />

aparición d<strong>el</strong> biberón.<br />

Al subir por la mañana al pu<strong>en</strong>te solíamos <strong>en</strong>contrar montones de peces voladores<br />

que esperaban cortésm<strong>en</strong>te que los friéramos para nuestro desayuno.<br />

Estábamos siempre muy atareados. La preparación de las comidas, la<br />

conservación de las v<strong>el</strong>as, <strong>el</strong> lavado de la vajilla y de la ropa, <strong>el</strong> aseo y la pesca nos<br />

ocupaban tanto tiempo que ap<strong>en</strong>as podíamos leer.<br />

Nos r<strong>el</strong>evábamos <strong>en</strong> la barra mi mujer y yo; <strong>el</strong> chiquillo dormía g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

su lecho d<strong>el</strong> pequeño apartami<strong>en</strong>to debajo <strong>el</strong> pu<strong>en</strong>te. Incluso mi<strong>en</strong>tras dormía <strong>el</strong><br />

ang<strong>el</strong>ito se asía fuertem<strong>en</strong>te a los bordes de su cuna para poner su personita al abrigo<br />

d<strong>el</strong> balanceo. Eso era exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te para sus músculos, y se iba convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un<br />

verdadero <strong>mar</strong>ino. Un día, con un tiempo magnífico, una ola traidora p<strong>en</strong>etró <strong>en</strong> su<br />

departam<strong>en</strong>to y <strong>el</strong> niño, como Moisés <strong>en</strong> su cuna, empr<strong>en</strong>dió su pequeña travesía.<br />

Bi<strong>en</strong>; pues cuando su madre le sacó de allí sonreía como los ang<strong>el</strong>itos.<br />

Progresivam<strong>en</strong>te desc<strong>en</strong>díamos hacia <strong>el</strong> sur. El mes de julio tocaba a su fin y los<br />

baños eran un alivio d<strong>el</strong>icioso a las quemaduras d<strong>el</strong> sol, placer que nos concedíamos<br />

cuatro o cinco veces al día. Durante una semana <strong>en</strong>tera vivimos <strong>en</strong> traje de baño.<br />

Una vez o dos me bañé bastante lejos d<strong>el</strong> barco, unido a un cable; pero cuando los<br />

tiburones com<strong>en</strong>zaron a hacernos compañía, siguiéndonos a veces durante días<br />

<strong>en</strong>teros, hubimos de cont<strong>en</strong>tarnos con ducharnos sobre <strong>el</strong> pu<strong>en</strong>te por medio de un<br />

cubo que ll<strong>en</strong>ábamos <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Tony tomaba su baño diario de agua fría. Jamás se la<br />

cal<strong>en</strong>tábamos, habituado como estaba desde su nacimi<strong>en</strong>to a to<strong>mar</strong> baños fríos.<br />

Víveres de socorro se rev<strong>el</strong>ó como una alegre compañera, divertida y afectuosa.<br />

Descubrió un juego que consistía <strong>en</strong> p<strong>el</strong>earse con las cuerdas, <strong>en</strong>rollarlas <strong>en</strong> torno de<br />

<strong>el</strong>la, y cuando estaba bi<strong>en</strong> atada, gruñir y tirar con los di<strong>en</strong>tes armando un escándalo<br />

infernal. Era su único medio de hacer ejercicio después de una bu<strong>en</strong>a comida, cuando<br />

cogíamos, por ejemplo, un gran pez o cuando, por cualquier otra razón, c<strong>en</strong>ábamos<br />

copiosam<strong>en</strong>te. Pero los días <strong>en</strong> que andábamos escasos o había de cont<strong>en</strong>tarse con<br />

algunas galletas, se quedaba t<strong>en</strong>dida bajo la mesa, guardándose bi<strong>en</strong> de malgastar<br />

inútilm<strong>en</strong>te su <strong>en</strong>ergía.<br />

Mi<strong>en</strong>tras tuvimos bacalao a bordo no tuvo que sufrir esos períodos de ayuno, que<br />

después se multiplicaron. Víveres de socorro se vio reducida, una vez durante varios<br />

días, al régim<strong>en</strong> de galleta y agua clara. Al cabo me apiadé de <strong>el</strong>la y abrí <strong>en</strong> su<br />

pres<strong>en</strong>cia una lata de albóndigas que hizo desaparecer <strong>en</strong> un santiamén. Al día<br />

sigui<strong>en</strong>te, vi<strong>en</strong>do que su pitanza se componía otra vez de galleta y agua, se fue al<br />

compartimi<strong>en</strong>to de proa y me trajo, una tras otra, varias cajas de conservas vacías,<br />

que yo guardaba para hacer botes de pintura. Me las pres<strong>en</strong>tó, pidiéndome, <strong>en</strong> puro<br />

www.lectulandia.com - Página 168

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!