14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

seguida al lado d<strong>el</strong> capitán Clerke, arrojó a muchos de sus compatriotas y obligó a las<br />

piraguas a mant<strong>en</strong>erse a cierta distancia.<br />

Ya se ha dicho que, durante nuestra larga navegación a la altura de esta isla, los<br />

habitantes se habían conducido siempre con mucha lealtad y sinceridad hacia<br />

nosotros, y que no habían mostrado la más ligera disposición al robo. Y que aún nos<br />

asombramos más cuando supimos que tratábamos solo con g<strong>en</strong>te de la más ínfima<br />

clase, es decir, criados y pescadores. Pero aquí no sucedió lo mismo. La multitud<br />

inm<strong>en</strong>sa de naturales d<strong>el</strong> país que ll<strong>en</strong>aba completam<strong>en</strong>te los navíos, les procuró<br />

ocasiones frecu<strong>en</strong>tes de robarnos sin arriesgarse a ser descubiertos, y, como eran muy<br />

superiores <strong>en</strong> número, esperaban sin duda que sus robos quedarían impunes si<br />

llegábamos a cerciorarnos de <strong>el</strong>lo.<br />

Ap<strong>en</strong>as había anclado la Resolution cuando nuestros dos amigos, Parea y Kan<strong>en</strong>a,<br />

trajeron a bordo a un tercer jefe, llamado Koah, que —según nos dijeron— formaba<br />

parte <strong>en</strong>tonces de la clase de los sacerdotes, después de haber sido <strong>en</strong> su juv<strong>en</strong>tud, un<br />

distinguido guerrero. Era un viejo pequeño y muy d<strong>el</strong>gado, t<strong>en</strong>ía los ojos muy rojos y<br />

<strong>en</strong>fermos. Le condujeron al gran salón.<br />

Se aproximó con mucho respeto al capitán Cook, y le arrojó sobre las espaldas<br />

una pieza de li<strong>en</strong>zo rojo que le había traído. Dio algunos pasos atrás y le pres<strong>en</strong>tó un<br />

cerdito que sost<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>tre sus manos, mi<strong>en</strong>tras pronunciaba un largo discurso.<br />

Nuestro capitán fue por la tarde a tierra, y le acompañamos Barly y yo.<br />

Desembarcamos <strong>en</strong> la playa y fuimos recibidos por cuatro hombres que llevaban<br />

varillas, adornadas con p<strong>el</strong>os de perro <strong>en</strong> uno de sus extremos. Marchaban d<strong>el</strong>ante de<br />

nosotros declamando <strong>en</strong> voz alta una frase muy corta, <strong>en</strong> la que no distinguíamos más<br />

que la palabra “Orono”. La muchedumbre que se había reunido <strong>en</strong> la orilla se alejó<br />

tan pronto como nos vio aproxi<strong>mar</strong>nos, y no pudimos ver a nadie, si exceptuamos un<br />

pequeño número de indíg<strong>en</strong>as prosternados, con su rostro contra la tierra, alrededor<br />

de las chozas d<strong>el</strong> pueblo vecino.<br />

Antes de hablar de los hom<strong>en</strong>ajes r<strong>el</strong>igiosos que rindieron al capitán Cook, y de<br />

las ceremonias singulares con que fue recibido <strong>en</strong> esta isla funesta, es necesario<br />

describir la morai situada <strong>en</strong> <strong>el</strong> lado meridional d<strong>el</strong> pueblo de Kakoa. Era una<br />

construcción de piedras sólidas y cuadradas. El su<strong>el</strong>o plano y bi<strong>en</strong> pavim<strong>en</strong>tado, se<br />

<strong>en</strong>contraba rodeado de una balaustrada de madera, sobre la que se veían los cráneos<br />

de los cautivos sacrificados a la muerte de los jefes d<strong>el</strong> país. En <strong>el</strong> c<strong>en</strong>tro d<strong>el</strong> edificio<br />

se levantaba una construcción de madera.<br />

Koah nos subió a la cima de esta construcción por un camino <strong>en</strong> dulce p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

que desembocaba <strong>en</strong> un ángulo de la coronación d<strong>el</strong> edificio. Vimos a la <strong>en</strong>trada dos<br />

grandes figuras de madera, cuyos rasgos d<strong>el</strong> rostro ofrecían curiosas contorsiones. Un<br />

gran trozo de madera esculpido <strong>en</strong> forma de cono invertido se <strong>el</strong>evaba <strong>en</strong> lo más alto<br />

de su cabeza, y <strong>el</strong> cuerpo estaba <strong>en</strong>vu<strong>el</strong>to <strong>en</strong> una t<strong>el</strong>a roja. Volvimos a <strong>en</strong>contrar allí a<br />

un jov<strong>en</strong> de alta talla que t<strong>en</strong>ía la barba muy larga. Pres<strong>en</strong>tó estas figuras al capitán<br />

www.lectulandia.com - Página 45

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!