14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

desplegarlas ante él sobre su mesa atornillada. De vez <strong>en</strong> cuando consultaba también<br />

viejos libros de a bordo, colocados a sus lados, <strong>en</strong> los que estaban señaladas las<br />

estaciones y los lugares donde, <strong>en</strong> <strong>el</strong> curso de diversos viajes preced<strong>en</strong>tes, otros<br />

navíos habían visto o capturado cachalotes.<br />

Casi cada noche Achab meditaba de este modo sobre sus cartas. Casi cada noche<br />

borraba algunas señales de lápiz y las reemplazaba por otras. Con la imag<strong>en</strong> de los<br />

cuatro océanos ante él, Achab seguía <strong>el</strong> hilo de un laberinto de corri<strong>en</strong>tes y de<br />

remolinos a fin de llegar, de modo más seguro, a realizar <strong>el</strong> deseo monomaniaco de<br />

su corazón.<br />

El periódico retorno d<strong>el</strong> cachalote a las aguas señaladas es tan cierto que, según la<br />

opinión de muchos pescadores, si ese leviatán pudiese ser observado y estudiado a<br />

través d<strong>el</strong> mundo <strong>en</strong>tero, y todos los libros de a bordo de cada viaje de toda la flota<br />

ball<strong>en</strong>era fueran cuidadosam<strong>en</strong>te comprobados, sus migraciones corresponderían por<br />

su invariabilidad a las de los bancos de ar<strong>en</strong>ques o los vu<strong>el</strong>os de las golondrinas.<br />

Pero la idea de que un pescador fuera capaz de reconocer como individuo a un<br />

cachalote aislado, si lo volviese a hallar <strong>en</strong> <strong>el</strong> vasto océano sin límites, ¿no parece<br />

locura a cualquiera que examine la cuestión con sangre fría? No; porque la fr<strong>en</strong>te<br />

blanca de Moby Dick y su protuberancia blanca como la nieve eran signos<br />

particulares que no podían confundirse.<br />

—¿No he lanzado un desafío a esa ball<strong>en</strong>a? —murmuraba para sí Achab cuando,<br />

después de haber estudiado las cartas por largo tiempo después de medianoche,<br />

volvía a <strong>en</strong>tregarse a sus sueños—. Le he lanzado un desafío. ¿Se me escapará? Sus<br />

largas aletas están agujereadas y desgarradas como la oreja de una oveja descarriada.<br />

De este modo la m<strong>en</strong>te de Achab corría sin tino, hasta <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que,<br />

sucumbi<strong>en</strong>do a la fatiga a fuerza de reflexionar, iba a recobrar fuerzas tomando <strong>el</strong> aire<br />

sobre <strong>el</strong> pu<strong>en</strong>te. ¡Ah, Dios mío! ¡Por qué horrores atraviesa <strong>el</strong> hombre a qui<strong>en</strong><br />

consume una sed de v<strong>en</strong>ganza aún no satisfecha! Duerme con los puños cerrados y se<br />

despierta con las uñas sangrantes clavadas <strong>en</strong> las palmas de sus manos.<br />

www.lectulandia.com - Página 73

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!