14.11.2018 Views

Grandes aventuras en el mar

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

Grandes gestas marineras, y no tan marineras, de todos los tiempos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

causa de que tú me <strong>en</strong>contraras esta mañana, medio muerto sobre unas tablas. He<br />

aquí cómo sucedió:<br />

”Nosotros esperábamos <strong>en</strong> Dubab un<br />

cargam<strong>en</strong>to de cuero que v<strong>en</strong>ía d<strong>el</strong> interior.<br />

Una mañana, estando <strong>el</strong> <strong>mar</strong> muy agitado, un<br />

barco de Djibuti vino a anclar junto a nosotros.<br />

Vi desembarcar a su nacuda —capitán— y a<br />

varios <strong>mar</strong>ineros, que se dirigieron hacia <strong>el</strong> río.<br />

Yo estaba solo a bordo con los grumetes, que<br />

preparaban <strong>el</strong> pan, pues <strong>el</strong> resto de nuestra<br />

tripulación había partido a tierra para recoger<br />

agua y madera. Vi v<strong>en</strong>ir hacia mí al amo d<strong>el</strong><br />

barco dankalí con su grumete, que me pedía fuego. Se lo di <strong>en</strong>vu<strong>el</strong>to <strong>en</strong> c<strong>en</strong>iza, y<br />

como vi que <strong>el</strong> niño era demasiado débil para resguardarlo d<strong>el</strong> vi<strong>en</strong>to le acompañé. Al<br />

llegar al barco vi a diez nombres acostados <strong>en</strong> su fondo y de pronto reconocí la<br />

sangre de los de mi tribu.<br />

”Cuando oí pronunciar las palabras de nuestra l<strong>en</strong>gua los recuerdos de la infancia<br />

se alzaron <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te, como surge la llanura cuando la niebla es barrida por <strong>el</strong><br />

vi<strong>en</strong>to. Las palabras se agolparon a mis labios y lloré de alegría al oírme hablar, como<br />

si viera revivir a un muerto. Pero ¿cómo podían estar allí aqu<strong>el</strong>los hombres de mi<br />

raza, conducidos como esclavos, cuando es preciso cogerlos de niños para someterlos<br />

a servidumbre?<br />

”Ellos me explicaron que <strong>en</strong> realidad no eran esclavos, sino que estaban de<br />

acuerdo con <strong>el</strong> dankalí para fingirlo así. Habían de dejarse v<strong>en</strong>der y después se<br />

escaparían, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado, para volver a coger <strong>el</strong> mismo barco, <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual<br />

regresarían a África. El nacuda que les hizo tan ing<strong>en</strong>iosa proposición les había<br />

prometido la mitad d<strong>el</strong> precio que produjera su v<strong>en</strong>ta, pues los esclavos se v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> allí<br />

públicam<strong>en</strong>te para que <strong>el</strong> imam —jefe de la caravana— pueda cobrar <strong>el</strong> diez por<br />

ci<strong>en</strong>to y se respet<strong>en</strong> los derechos d<strong>el</strong> amo.<br />

”El nacuda regresó <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to con tres árabes más. Era ya muy viejo,<br />

pero le reconocí <strong>en</strong> seguida a pesar de sus blancos cab<strong>el</strong>los. Era <strong>el</strong> mismo que <strong>en</strong> otro<br />

tiempo sirvió de guía a la caravana que me llevó a la costa. Él no me reconoció, pues<br />

<strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>la época yo sólo era un niño.<br />

”En aqu<strong>el</strong>las costas yo era muy conocido, ya que las frecu<strong>en</strong>taba desde hacía<br />

muchos años. Me invitaron a beber kecher con <strong>el</strong>los, como si yo fuera un nacuda<br />

más. Sigui<strong>en</strong>do su conversación (puesto que nadie sospechaba de mí) compr<strong>en</strong>dí <strong>en</strong><br />

seguida que <strong>el</strong> viejo dankalí había <strong>en</strong>gañado a los desgraciados gallas, haciéndoles<br />

creer que podría liberarlos después. Al parecer <strong>el</strong>los habían v<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> tr<strong>en</strong> a Djibuti y<br />

después embarcaron con pretexto de ir <strong>en</strong> peregrinación a La Meca. Seguram<strong>en</strong>te los<br />

tres árabes estaban <strong>en</strong> la combinación, pues hablaban de la trampa <strong>en</strong> que habían<br />

caído aqu<strong>el</strong>los desgraciados. Quedaron de acuerdo <strong>en</strong> que los diez hombres<br />

www.lectulandia.com - Página 117

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!