06.09.2021 Views

RDB -AGOSTO-2021

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

una doble paradoja. Por una parte, que el mismo sistema que prometía

múltiples parabienes asociados al crecimiento económico, nos viene

ofreciendo con largueza el decrecimiento del empleo, de los salarios, de

las ayudas sociales, de los derechos… y de los bienes y servicios

públicos. Por otra, que cuando el sistema nos impone, de hecho,

el decrecimiento, evidenciado su agotamiento y crisis, el movimiento

ecologista abraza la palabra decrecimiento como propuesta”. A medida

que avanza la degeneración del sistema, la putrefacción acelerada del

capital, su destrucción se vuelve más urgente y la “ilusión gradualista”

inscrita en el ADN del paradigma decrecentista resulta cada vez menos

adecuada para apuntalar la necesidad perentoria de un cambio radical.

Tales premisas defectuosas en cuanto al objeto de análisis y al

diagnóstico de la situación únicamente pueden desembocar en una

estrategia político-cultural desnortada, enmarcada en una panoplia de

propuestas plácidamente reformistas. El propio concepto de

decrecimiento remite a procesos graduales, bien alejados del conflicto

directo y de la lucha antidesarrollista y anticapitalista por la construcción

de alternativas verdaderamente radicales que avancen hacia el

ineludible horizonte de acabar con “esta civilización, esta economía y

esta cultura”. Se mantiene por tanto prisionero de una problemática

cuantitativa: producir y consumir “menos” y no “más”. En ningún caso

se trataría de renunciar a los mercados, al dinero o a la explotación

laboral sino de “controlar” la economía a través de la implicación

personal y la supervisión democrática. El propio Naredo, a pesar de su

expreso alejamiento del credo decrecentista, propone -además de una

58

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!