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Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

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22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1775<br />

Grafi to y aguada gris; sobre papel blanco-amarillo<br />

En el reverso, anotado a mano:<br />

«Franja <strong>de</strong> la vista hacia Italia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> San Gotardo, 22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1775»<br />

34,3 x 43,2 cm<br />

Corpus I Nr. 120 / Nr. <strong>de</strong> inv. 94<br />

Bibliografía: Petra Maisak, Johann Wolfgang <strong>Goethe</strong>. Zeichnungen,<br />

Stuttgart, 1996, p. 63 fi g.<br />

Petra Maisak, «‘ein Paar Blicke in die freye Welt!’ Zu <strong>Goethe</strong>s<br />

Reise-Zeichnungen», en <strong>Goethe</strong>-Jahrbuch, 2003, vol. 120, pp. 128 y ss.<br />

[19] FRANJA DE LA VISTA HACIA ITALIA<br />

DESDE SAN GOTARDO<br />

El «viaje <strong>de</strong>l genio» emprendido <strong>de</strong> mayo a julio con los<br />

hermanos Stolberg 1 y el con<strong>de</strong> Haugwitz 2 –primer viaje<br />

<strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> a Suiza– le sirvió en buena medida como<br />

diversión y como forma <strong>de</strong> autoconsuelo, y fue también<br />

un intento <strong>de</strong> aclararse las i<strong>de</strong>as acerca <strong>de</strong> su confusa relación<br />

amorosa con Lili Schöneman 3 , la hija <strong>de</strong> un banquero<br />

<strong>de</strong> Frankfurt.<br />

El punto culminante <strong>de</strong>l viaje fue la ascensión al San Gotardo,<br />

con la mirada profundamente conmovida <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong><br />

hacia el grandioso escenario <strong>de</strong> montañas que se abría hacia<br />

el sur, hacia la tierra anhelada <strong>de</strong> Italia: una experiencia en el<br />

umbral que él trató <strong>de</strong> fi jar y expresar en la imagen 4 .<br />

En el esquema en borrador <strong>de</strong> su escrito autobiográfi co<br />

Poesía y Verdad, <strong>Goethe</strong> constatará la situación en que surgió<br />

este, el más famoso <strong>de</strong> sus esbozos <strong>de</strong> viaje:<br />

El Gotardo mismo. Impresión prodigiosa <strong>de</strong> esta montaña,<br />

que se transforma en una i<strong>de</strong>a fi ja <strong>de</strong> la que no<br />

me <strong>de</strong>sharé nunca. Intento <strong>de</strong> bajar hacia Aerolo. Contrapesado<br />

por el recuerdo <strong>de</strong> Lili. Nos damos la vuelta.<br />

Débiles ensayos dibujados según la naturaleza.<br />

El dibujo Franja <strong>de</strong> la vista hacia Italia lo tomó él también,<br />

en su autobiografía, como base para la elaboración posterior<br />

<strong>de</strong> este acontecimiento, sobre todo en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

la vista <strong>de</strong> la cumbre, que tan imponente le había resultado.<br />

Y las fi guritas perfi ladas a lápiz que aparecen <strong>de</strong> espaldas<br />

en el primer plano <strong>de</strong> la imagen –a la <strong>de</strong>recha, junto<br />

al sen<strong>de</strong>ro que serpentea, dibujado en el medio, que baja<br />

hasta el valle– le dieron supuestamente la inspiración para<br />

la narración que sigue en Poesía y Verdad, sobre cómo él<br />

y su compañero <strong>de</strong> viaje Passavant admiraron el panorama<br />

que se les ofrecía, pero no siguieron entonces el camino<br />

que les prometía la entrada en un mundo nuevo 5 :<br />

Me acomodé en el sen<strong>de</strong>ro que lleva hacia Italia y<br />

dibujé como lo hacen los diletantes, lo que ni era<br />

dibujar ni menos aún podía ofrecer una imagen: las<br />

cercanas cumbres <strong>de</strong> la cordillera cuyas caras <strong>de</strong>jaban<br />

ver la nieve que se <strong>de</strong>rretía formando blancos<br />

surcos y negras lomas. No obstante, gracias a este<br />

infructuoso esfuerzo, aquella imagen ha quedado<br />

in<strong>de</strong>leble en mi memoria. Mi compañero vino hacia<br />

mí con ánimo y comenzó: [...] ¿No te entran ganas<br />

como a mí <strong>de</strong> bajar <strong>de</strong> esta cumbre <strong>de</strong> dragones<br />

hacia aquellas regiones fascinantes? 6<br />

Con el dibujo, <strong>Goethe</strong> había tratado <strong>de</strong> reproducir en<br />

imagen, en el verano <strong>de</strong>l año 1775, aquella in<strong>de</strong>leble vista<br />

<strong>de</strong>l Gotardo que él había vivido como una «experiencia<br />

espiritual y sensorial». En sus consi<strong>de</strong>raciones posterio-<br />

1 Christian, con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Stolberg-Stolberg (1748-1821); Friedrich<br />

Leopold, con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Stolberg-Stolberg (1750-1819).<br />

2 Christian August Heinrich Kurt con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Haugwitz<br />

(1752-1831).<br />

3 Anna Elisabeth, <strong>de</strong>nominada Lili Schönemann (1758-1817).<br />

4 V. Maisak, 1996, p. 63.<br />

res, explicará que la pretensión <strong>de</strong> transformar en imagen<br />

una experiencia <strong>de</strong> tales dimensiones «ni era dibujar ni<br />

menos aún podía ofrecer una imagen». El análisis artístico<br />

que Petra Maisak hizo <strong>de</strong>l dibujo explica por qué <strong>Goethe</strong><br />

había <strong>de</strong> sentir a<strong>de</strong>más también como diletante el intento<br />

<strong>de</strong> dibujar que había tenido él en aquél momento:<br />

La composición, que quedó incompleta, da testimonio<br />

<strong>de</strong> la difi cultad <strong>de</strong> construir una continuidad espacial<br />

que, con ayuda <strong>de</strong> la perspectiva aérea, ponga en<br />

relación la proximidad y la lejanía. <strong>Goethe</strong> conocía el<br />

trabajo con diferentes planos <strong>de</strong> imagen aunque sólo<br />

a partir <strong>de</strong> la imitación intuitiva <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los artísticos;<br />

por lo que, situado ante el problema <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar<br />

una complicada estructura espacial en un estudio al<br />

aire libre, forzosamente había <strong>de</strong> fracasar. Si hubiera<br />

querido representar un panorama concluyente a<br />

partir <strong>de</strong> la concepción <strong>de</strong> un dibujo así, habría tenido<br />

que hacerlo <strong>de</strong> manera precisa, algo que rechazaba<br />

la estética <strong>de</strong>l genio; a saber, generar una ilusión<br />

a partir <strong>de</strong> las reglas <strong>de</strong>l arte que trasladase <strong>de</strong> forma<br />

racional la vivencia <strong>de</strong> la naturaleza a la superfi cie.<br />

Él no estaba a la altura <strong>de</strong> una tarea plástica <strong>de</strong> ese<br />

tipo; en vista <strong>de</strong> las imponentes dimensiones, rehusó<br />

también a su capacidad para esbozar <strong>de</strong> forma abstrayente,<br />

tal y como le permite la mirada focalizadora<br />

<strong>de</strong> la Cascada <strong>de</strong>l Reuß 7 .<br />

5 V. nota 3, Cat. 17; Petra Maisak explica que las dos fi guritas<br />

que aparecen para darle vida a la imagen no fueron dibujadas<br />

por el propio <strong>Goethe</strong> (Maisak, 2003, p. 129).<br />

6 WA I, 29, pp. 128 y ss.<br />

7 Maisak, 1996, p. 63.

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