13.01.2013 Views

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La conformidad a ley no tiene su fundamento en la verosimilitud, sino en el enunciado <strong>de</strong> la verdad,<br />

cuya articulación es constante objeto <strong>de</strong> indagación y categorización por parte <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong>,<br />

incluso una fi nalidad en la que pue<strong>de</strong> cumplirse un mayor o menor perfeccionamiento y que <strong>de</strong>bería<br />

po<strong>de</strong>r ser explicada mediante planteamientos normativos. La noción <strong>de</strong> verdad artística que<br />

nos expone reposa, con todo, en el beneficio <strong>de</strong> la concordancia entre la naturaleza humana y<br />

la naturaleza externa objeto <strong>de</strong> representación visual. Así se pronuncia el abogado <strong>de</strong>l artista frente<br />

a quien aún ostenta la posición <strong>de</strong> mero afi cionado. Más tar<strong>de</strong> ensartará <strong>Goethe</strong> otras palabras para<br />

formular un pensamiento similar: «El ser humano no se da cuenta <strong>de</strong> lo antropomorfo que es» 33 .<br />

Más que el afi cionado, en los dibujos <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> se expresa, qué duda cabe, el entendido. Al igual<br />

que el diletante, toma parte en el ejercicio <strong>de</strong>l arte sin comprometerse con el ofi cio, pero eleva su<br />

empeño hasta la posición <strong>de</strong> portavoz <strong>de</strong>l artista y contempla la práctica <strong>de</strong>l arte no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus rudimentos,<br />

sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el saber <strong>de</strong> quien pue<strong>de</strong> exhortar a la maestría y, más aún, <strong>de</strong> quien entien<strong>de</strong> que<br />

en el or<strong>de</strong>n artístico encuentra la verdad humana su manifestación más plena. «Todo arte preten<strong>de</strong><br />

al ser humano entero, y su grado más alto posible a la humanidad entera» 34 , escribió <strong>Goethe</strong> en<br />

la Introducción a los Propyläen. La crítica correctora <strong>de</strong>l diletantismo se convierte en <strong>de</strong>fi nitiva para<br />

<strong>Goethe</strong> en salvaguardia y protección <strong>de</strong> los benefi cios <strong>de</strong> una afi ción verda<strong>de</strong>ra y en complacencia<br />

por cuanto rin<strong>de</strong> en lo humano la indagación <strong>de</strong> la verdad artística. «Ocuparse <strong>de</strong> lo que sólo se sabe<br />

a medias es una sensación tan placentera, que nadie <strong>de</strong>bería repren<strong>de</strong>r al diletante por aplicarse a<br />

un arte que nunca llegará a apren<strong>de</strong>r, ni tampoco censurar al artista si, más allá <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> su<br />

arte, se complace en discurrir por un camino vecino» 35 , leemos en Las afi nida<strong>de</strong>s electivas.<br />

4. el mundo <strong>de</strong>l ojo<br />

Personajes <strong>de</strong>stacados <strong>de</strong> las novelas <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> practican el dibujo. Des<strong>de</strong> Werther, cuyo protagonista<br />

dibuja o piensa repetidamente en la probidad <strong>de</strong>l dibujo como respuesta a asombrosos espectáculos<br />

que la naturaleza le regala, y que a su vez le arrancan conmovedoras <strong>de</strong>scripciones literarias<br />

<strong>de</strong>l paisaje, hasta Las afi nida<strong>de</strong>s electivas, el drama sentimental don<strong>de</strong> se pone en escena, junto<br />

a los aparejos <strong>de</strong> un amor trágico, la sociabilidad propia <strong>de</strong>l diletantismo <strong>de</strong>l dibujo y otras artes, la<br />

narrativa <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> revela la vida tomando el ejercicio <strong>de</strong>l arte como actividad que glosa su verda<strong>de</strong>ro<br />

sentido. Porque una y otra vez lo artístico brinda al conocimiento la manifestación más plena<br />

<strong>de</strong> lo humano, incluso entre <strong>de</strong>senlaces fatales, como ocurre con Otilia en Las afi nida<strong>de</strong>s electivas<br />

y con el protagonista <strong>de</strong> Las penas <strong>de</strong>l joven Werther. Puestos a aportar ejemplos, <strong>de</strong> entre los personajes<br />

que dibujan quisiera <strong>de</strong>stacar a la dama cuya autobiografía se incluye en el libro sexto <strong>de</strong> Los<br />

años <strong>de</strong> aprendizaje <strong>de</strong> Wilhelm Meister bajo el título <strong>de</strong> «Confesiones <strong>de</strong> un alma bella». En esa ocasión<br />

<strong>Goethe</strong> actualiza las «confesiones» como género <strong>de</strong> fi cción. La práctica <strong>de</strong>l dibujo tiene una<br />

dimensión insospechada en esas páginas autobiográfi cas <strong>de</strong> una mujer piadosa. En correspon<strong>de</strong>ncia<br />

con su rango social, su educación incluía las clases <strong>de</strong> dibujo y pintura, que habían creado una<br />

afi ción en ella a cuyos benefi cios no renunciaría aun cuando <strong>de</strong>cidiera abandonar la vida social en<br />

la que cobraba sentido el ejercicio diletante <strong>de</strong>l arte para el que se había formado. La mujer casta y<br />

GOETHE: EL PAISAJE COMO IMAGEN JAVIER ARNALDO 23<br />

33 Ib., p. 530.<br />

34 Ib., p. 54.<br />

35 <strong>Goethe</strong>s Werke HA, VI, p. 370.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!