13.01.2013 Views

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

Goethe 01-13.indd - Círculo de Bellas Artes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sí mismos son agentes <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> la sensibilidad <strong>de</strong>l <strong>Goethe</strong> paisajista. <strong>Goethe</strong> es aquí el<br />

experto en la observación <strong>de</strong> la naturaleza que se ocupa <strong>de</strong> los exponentes más sobresalientes<br />

<strong>de</strong>l paisajismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista histórico y, por consiguiente, <strong>de</strong> un asunto que había sido<br />

objeto <strong>de</strong> su interés <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la juventud, que se refl ejaba en sus colecciones <strong>de</strong> arte, para el que<br />

había acumulado mucha experiencia 55 y, no en último término, que había sido tema predilecto<br />

<strong>de</strong> sus dibujos a lo largo <strong>de</strong> cinco décadas. <strong>Goethe</strong> barruntaba una historiografía <strong>de</strong>l paisaje, y en<br />

ese ejercicio formalizaba un recorrido que, aunque incompleto y también excesivo, i<strong>de</strong>almente<br />

podría haber realizado como dibujante. Los principios formales dominantes, a diferencia <strong>de</strong><br />

lo que afectaba a la cromatología o a las comparaciones morfológicas en el campo <strong>de</strong> la botánica,<br />

carecían <strong>de</strong> una formulación esencial en la historia <strong>de</strong>l paisaje y se contaban, por el contrario,<br />

como profusión <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s.<br />

Con todo, hay un pintor, Claudio Lorena, que sí colocaba por encima <strong>de</strong> todo relativismo, ya que –dice<br />

<strong>Goethe</strong>– «alcanzó lo supremo <strong>de</strong> una expresión artística libre en ese género» 56 . Refl ejos <strong>de</strong> Lorena<br />

eran muchos <strong>de</strong> los paisajes i<strong>de</strong>ales que componía <strong>Goethe</strong> en su última época, como Costa napolitana,<br />

en el Posilipo <strong>de</strong> 1808, o el también casi <strong>de</strong>sconocido Costa napolitana, un dibujo realizado con lápices<br />

<strong>de</strong> color en 1816 que emula la pintura que años atrás juzgó capaz <strong>de</strong> «ampliar el alma» y <strong>de</strong> «ofrecerle<br />

en último término el más alto concepto contemplativo <strong>de</strong> arte y naturaleza» 57 , como había escrito tras<br />

ver en Roma, en la Galería Colonna, el 27 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1787, un conjunto <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> Lorena, Poussin y<br />

Salvator Rosa. Las primeras composiciones <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> afi nes al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l paisaje i<strong>de</strong>al se produjeron,<br />

<strong>de</strong> hecho, durante su estancia en Italia, como, pongamos por caso, el estupendo apunte Paisaje costero<br />

con edifi cios y Bahía iluminada por la luna llena, ambos <strong>de</strong> 1787.<br />

Pero el lazo <strong>de</strong> unión <strong>de</strong> <strong>Goethe</strong> con Lorena no lo ató tanto el contacto con las pinturas, dibujos y<br />

estampas <strong>de</strong>l maestro que conoció, como el reconocimiento <strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>lo en la propia naturaleza.<br />

Al menos así lo señala en el pasaje <strong>de</strong>l Viaje a Italia que cuenta con entusiasmo su llegada a la<br />

costa <strong>de</strong> Palermo: «Sólo ahora entiendo a Claudio Lorena» 58 , anotó. El reconocimiento <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al<br />

<strong>de</strong>l que hace él mismo experiencia ante la naturaleza efectiva servía nuevamente <strong>de</strong> prueba <strong>de</strong><br />

legitimidad. Por así <strong>de</strong>cir, si lo tomamos literalmente, en abril <strong>de</strong> 1787 un aperçu corrobora para<br />

<strong>Goethe</strong> la verdad que correspon<strong>de</strong> a la fórmula artística <strong>de</strong>l paisaje cuyos efectos se i<strong>de</strong>ntifi can<br />

con la impresión <strong>de</strong> una armonía plena <strong>de</strong> la naturaleza. Des<strong>de</strong> Roma envió a Her<strong>de</strong>r en febrero<br />

<strong>de</strong> 1788 el poema titulado «Amor como pintor <strong>de</strong> paisaje», cuyos versos preguntan por el<br />

maestro <strong>de</strong>l niño que pinta una naturaleza feliz, sin obtener respuesta, porque Amor sólo señala<br />

como discípulo a su interlocutor 59 . Que el <strong>de</strong> Lorena es un mo<strong>de</strong>lo formal <strong>de</strong>l que <strong>Goethe</strong> se serviría<br />

para componer paisajes <strong>de</strong> invención aún en años muy posteriores a su estancia en Italia<br />

confi rma que lo elevaba a fórmula general exonerada <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> experiencia inmediata<br />

en la naturaleza particular, que atribuía a su paisaje la conformidad a ley <strong>de</strong>, si puedo <strong>de</strong>cirlo<br />

así, una «prodigiosa criatura» a la que correspon<strong>de</strong> la formalización sensible <strong>de</strong> un principio<br />

universal <strong>de</strong> verdad.<br />

GOETHE: EL PAISAJE COMO IMAGEN JAVIER ARNALDO 29<br />

[cat. 74 / 75]<br />

[cat. 42 / 48]<br />

55 Véase H. von Einem, «Die bil<strong>de</strong>n<strong>de</strong> Kunst im Leben und Schaffen <strong>Goethe</strong>s»,<br />

Jahrbuch <strong>de</strong>s Wiener <strong>Goethe</strong>-Vereins, 86-88, (1982-84), pp. 29-65; 89-91, (1985-87),<br />

pp. 89-192.<br />

56 <strong>Goethe</strong>s Werke HA, XII, p. 222.<br />

57 <strong>Goethe</strong>s Werke HA, XI, p. 352.<br />

58 Ib., p. 231.<br />

59 H. Eilert, «‘Amor als Landschaftsmaler’. <strong>Goethe</strong> und die Malerei <strong>de</strong>s 17. und 18.<br />

Jahrhun<strong>de</strong>rts», Bruckmanns Pantheon, 53 (1993), pp. 129-137.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!