Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Cornelia Martínez<br />
El efecto 2000<br />
juan carlos giménez<br />
T<strong>en</strong>er electricidad <strong>la</strong>s 24 horas <strong>en</strong> San Francisco del Nuevo Mundo es un mi<strong>la</strong>gro;<br />
desde luego no surgió mágicam<strong>en</strong>te, fue una <strong>la</strong>rga gestión de sus habitantes, <strong>la</strong><br />
Comisión Municipal, <strong>la</strong> positiva respuesta de <strong>la</strong> Dirección de Energía de <strong>la</strong> Provincia.<br />
Primero fue un motor que proveía de luz unas ocho horas diarias. T<strong>en</strong>der<br />
los cables, conectar <strong>la</strong>s casas, conv<strong>en</strong>cer a varios, llevó tiempo; <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te se fue<br />
acostumbrando a los b<strong>en</strong>eficios de <strong>la</strong> electricidad y <strong>la</strong> extrañaba, cuando el motor<br />
fal<strong>la</strong>ba. Luego, con gran visión, aprovecharon <strong>la</strong> verti<strong>en</strong>te de agua que da nacimi<strong>en</strong>to<br />
al arroyo <strong>en</strong> el mismo pueblo, el gran desnivel del terr<strong>en</strong>o; p<strong>la</strong>nificaron un<br />
g<strong>en</strong>erador hidráulico. Se hizo el piletón para asegurar <strong>la</strong> perman<strong>en</strong>te provisión de<br />
agua, <strong>la</strong> tubería que <strong>la</strong> transportara hasta <strong>la</strong> turbina unos 600 metros más abajo.<br />
Así descrito parece cosa s<strong>en</strong>cil<strong>la</strong>, rápida, pero llevó trabajo y tiempo. Incontables<br />
viajes acarreando piedra y ripio desde Agua Negra <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>en</strong>trada del Parque, por el<br />
sinuoso camino del cerro. En San Francisco no hay áridos. Se instaló <strong>la</strong> turbina <strong>en</strong><br />
<strong>la</strong> <strong>la</strong>dera del cerro, un lugar espectacu<strong>la</strong>r, un balcón sobre el río Valle Grande, es<br />
<strong>la</strong> única con pi<strong>la</strong>res (aérea) <strong>en</strong> <strong>la</strong> provincia; se <strong>la</strong> terminó y ¡oh mi<strong>la</strong>gro! el pueblo<br />
tuvo <strong>en</strong>ergía eléctrica <strong>la</strong>s 24 horas con todo el cambio cultural que eso significó.<br />
Salvo algún inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te, sobre todo al principio, cuando el novel operador<br />
empezó a manejar <strong>la</strong> turbina, todo anduvo bi<strong>en</strong>. Luego vino <strong>la</strong> privatización de<br />
<strong>la</strong>s empresas de <strong>en</strong>ergía, <strong>la</strong> creación de ejsedsa que se hizo cargo del servicio, se<br />
amplió <strong>la</strong> red, se colocaron medidores domiciliarios; <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te fue más prud<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
el consumo; se <strong>la</strong> modernizó haciéndo<strong>la</strong> automática; autorregu<strong>la</strong> <strong>la</strong> producción de<br />
electricidad según <strong>la</strong>s necesidades. Los cortes fueron raros y <strong>la</strong> electricidad formó<br />
parte de <strong>la</strong> vida cotidiana de los sanfrancisqueños. Da gusto llegar a San Francisco<br />
del Nuevo Mundo de noche; aparece de rep<strong>en</strong>te iluminado geométricam<strong>en</strong>te luego<br />
de una curva, es un oasis de luz <strong>en</strong> <strong>la</strong> negrura de <strong>la</strong> serranía.<br />
Llegaba el fin del año de 1999, con sus presagios de alegrías e inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes. Cambiar<br />
de año, siglo, mil<strong>en</strong>io, todo junto <strong>en</strong> un solo mom<strong>en</strong>to no era cosa común, San<br />
al preguntarle como apr<strong>en</strong>dió; me dijo que <strong>en</strong> su pago, Tarija, sus hermanos mayores eran carpinteros y constructores<br />
de guitarras, violines, eso fue hace muchos años.<br />
el es mayor, con mas de set<strong>en</strong>ta años, jubi<strong>la</strong>do del ing<strong>en</strong>io y ahora «mata el tiempo», como me dijo, haci<strong>en</strong>do trabajos<br />
de carpintería liviana y violines por <strong>en</strong>cargo. Com<strong>en</strong>tó que ti<strong>en</strong>e varios v<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> <strong>la</strong> zona de Valle Grande; se acordaba<br />
de andrés, de Vallecito. Yo estaba emocionado ante ese artesano, su historia, <strong>la</strong>s maravil<strong>la</strong>s que hacía, su s<strong>en</strong>cillez y<br />
naturalidad. al pedirle que tocara algo, no se hizo de rogar, muy solemnem<strong>en</strong>te acomodó el violín sobre su hombro y<br />
escuché algo muy alegre: una cueca tarijeña. al despedirnos me dijo, mirándome a los ojos mi<strong>en</strong>tras me daba <strong>la</strong> mano:<br />
doctor, veo que está <strong>en</strong>tusiasmado con el instrum<strong>en</strong>to, le hago uno a bu<strong>en</strong> precio y le <strong>en</strong>seño cómo com<strong>en</strong>zar, después<br />
se consigue un método. allí me acordé del <strong>en</strong>cargo de andrés, esa propuesta sigue rondando mi m<strong>en</strong>te.<br />
Han pasado los años, andrés <strong>en</strong>vejeció más, ya no es el ágil paisano de <strong>en</strong>tonces, <strong>la</strong>s <strong>en</strong>fermedades, <strong>la</strong> vejez, <strong>la</strong> falta<br />
de cuidado lo deterioraron bastante, sigue con los Cari. mardonio, Teodosia, los hijos lo cuidan como «un viejo de <strong>la</strong><br />
familia», no quiere s<strong>en</strong>tir hab<strong>la</strong>r de ir al asilo de ancianos <strong>en</strong> Calilegua.<br />
51