Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Las señoritas Cáceres<br />
juan carlos giménez<br />
Com<strong>en</strong>cé a recorrer con regu<strong>la</strong>ridad <strong>la</strong>s serranías vallegrandinas a fines de <strong>la</strong> década<br />
del set<strong>en</strong>ta cuando conocí al padre Laudino Cano, sacerdote español, de años<br />
radicado <strong>en</strong> Libertador. En ese tiempo una de sus tareas, era asistir espiritualm<strong>en</strong>te<br />
a <strong>la</strong> diócesis de Valle Grande, cosa que me <strong>en</strong>tusiasmó y charlábamos sobre eso.<br />
Entonces ir a Valle Grande era difícil, <strong>en</strong> verano ni qué hab<strong>la</strong>r, pero estábamos <strong>en</strong><br />
bu<strong>en</strong>a época, era julio, se acercaban <strong>la</strong>s festividades de San Santiago y Santa Ana,<br />
patrones de los pueblos de Pampichue<strong>la</strong> y de Santa Ana. El padre me dijo: –Pues,<br />
hombre, si estáis con tantas ganas no <strong>la</strong>s guardes, v<strong>en</strong>te conmigo, necesito un<br />
acompañante. Algui<strong>en</strong> nos llevará a Huacanque, después veremos cómo llegar a<br />
Pampichue<strong>la</strong>, de seguro que <strong>la</strong> Comisión Municipal nos buscará, yo hab<strong>la</strong>ré por <strong>la</strong><br />
radio de <strong>la</strong> policía. Dios proveerá–. Y así se armó mi primer viaje con el curita, no<br />
puedo negar que estaba admirado y algo desconfiado por su absoluta certeza, <strong>en</strong><br />
aquello de «Dios proveerá», que es su lema <strong>en</strong> <strong>la</strong>s obras que empr<strong>en</strong>de, y se cumpl<strong>en</strong>.<br />
(El padre Laudino cumplió, el 29 de junio de 2006, sus Bodas de Oro sacerdotales<br />
¡50 años de <strong>la</strong>bor pastoral!, <strong>la</strong> mayoría <strong>en</strong> <strong>la</strong> zona de Libertador).<br />
El tránsito vehicu<strong>la</strong>r era ais<strong>la</strong>do, no había un transporte regu<strong>la</strong>r, el rey de <strong>la</strong> ruta<br />
3, ahora 83, era el «coya» Arjona con su ya m<strong>en</strong>cionada y épica Dodge. La celebración<br />
de <strong>la</strong>s fiestas religiosas eran con real devoción, no mitines políticos como<br />
ahora. El acontecimi<strong>en</strong>to era para honrar al santo, no a <strong>la</strong>s autoridades. Hicimos el<br />
viaje con Arjona, nos bajamos <strong>en</strong> Huacanque donde don Rosa Virazate esperaba<br />
con bu<strong>en</strong>as cabalgaduras y empr<strong>en</strong>dimos <strong>la</strong> marcha por un s<strong>en</strong>dero <strong>en</strong> zigzag,<br />
primero desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te hasta el río Valle Grande, lo cruzamos por un pu<strong>en</strong>te mágico<br />
susp<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre murallones de piedra, con el río rugi<strong>en</strong>te por debajo a pesar de<br />
<strong>la</strong> época. Trepamos un fantástico camino, era como subir <strong>la</strong> escalera de inc<strong>en</strong>dios<br />
de un gran edificio, por <strong>la</strong> formidable barranca. Tanta novedad me t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> un<br />
asombro perman<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras el padre, muy tranquilo char<strong>la</strong>ba con don Rosa.<br />
Llegamos a Pampichue<strong>la</strong> al atardecer, Virazate nos alojó <strong>en</strong> su casa, <strong>la</strong> at<strong>en</strong>ción de<br />
su hija Herminia, de primera. En <strong>la</strong> c<strong>en</strong>a participamos de una comida comunitaria,<br />
«<strong>la</strong> tistinchada», donde el p<strong>la</strong>to principal es gallina, que los vecinos se «habían<br />
robado» <strong>en</strong>tre sí, todo un ambi<strong>en</strong>te alegre y festivo, regado con abundante vino.<br />
Temprano me despertaron <strong>la</strong>s bombas de estru<strong>en</strong>do <strong>en</strong> honor al patrono del<br />
pueblo San Santiago. Laudino estaba levantado char<strong>la</strong>ndo con el dueño de casa.<br />
Luego de <strong>la</strong> misa vino <strong>la</strong> procesión con <strong>la</strong> impon<strong>en</strong>te imag<strong>en</strong> de Santiago montado<br />
<strong>en</strong> un b<strong>la</strong>nco corcel matando moros; <strong>la</strong> danza de los cuartos 12 , el almuerzo compartido,<br />
el partido de fútbol, <strong>la</strong> doma de potros. Todo muy auténtico y tranquilo. Yo<br />
era un acompañante social, más que monaguillo.<br />
12 Baile donde los danzarines se muev<strong>en</strong> agarrados a <strong>la</strong>s extremidades de medio cordero; al final, tiran con<br />
fuerza hasta partirlo, cada cual se queda con «un cuarto», que puede ser mayor o m<strong>en</strong>or según su habilidad<br />
de tirar o el azar.<br />
59