Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
Nuestras Yungas, relatos en la selva jujeña - Fundación ProYungas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
juan carlos giménez<br />
levantar <strong>la</strong> vista le preguntó ¿Cómo está el<strong>la</strong> ahora doctor? Ha fallecido señora,<br />
nada pudimos hacer, era un caso desesperante ¡Ay, doctor! gimió <strong>la</strong> mamá sin<br />
levantar <strong>la</strong> cabeza, como si hubiera recibido una puña<strong>la</strong>da, ¿qué hicieron con mi<br />
hijita? Este mediodía cuando <strong>la</strong> llevé por segunda vez al hospital medio muerta,<br />
p<strong>en</strong>sé que algo muy feo iba a suceder y así fue. De meses que deambulo por varios<br />
hospitales, nadie me decía nada concreto, se <strong>la</strong> pasaban de médico <strong>en</strong> médico, de<br />
servicio a servicio: que hacían falta otros estudios, que ya va mejorar, que <strong>la</strong> traiga<br />
<strong>la</strong> semana que vi<strong>en</strong>e, que le haga estos análisis, estas radiografías, que tome<br />
estos remedios. Esta mañana no me <strong>la</strong> quisieron at<strong>en</strong>der cuando llegué un poco<br />
tarde al consultorio, el<strong>la</strong> estaba mal. Sólo cuando estuvo media muerta, <strong>en</strong>traron<br />
a preocuparse y a correr todos por todos <strong>la</strong>dos. ¿Por qué doctor? ¿por qué esto es<br />
así? Nadie se responsabilizó de Victorina, ¿qué hago sin mi hijita?, yo cumplía con<br />
todo lo que me decían. El pobre Jesús trabajó más que nunca, hasta malv<strong>en</strong>dió algunos<br />
animales para t<strong>en</strong>er p<strong>la</strong>tita con que movernos, hacer los estudios, comprar<br />
<strong>la</strong>s medicinas ¿Qué hizo <strong>la</strong> Victorina, qué hice yo, para merecer esto? ¿qué digo<br />
ahora <strong>en</strong> mi casa?<br />
Todo esto lo decía <strong>la</strong> mamá sin levantar <strong>la</strong> cabeza, con un terrible dolor interior y,<br />
para no caerse se s<strong>en</strong>tó exhausta <strong>en</strong> una sil<strong>la</strong>, llorando desconso<strong>la</strong>dam<strong>en</strong>te con <strong>la</strong><br />
cabeza <strong>en</strong>tre sus manos. El médico <strong>la</strong> escuchaba petrificado, no sabía qué decirle,<br />
qué hacer, nunca había visto a Victorina, a su mamá, no conocía el caso, a <strong>la</strong> paci<strong>en</strong>te,<br />
no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día nada de lo que le decía. 14<br />
Junio de 1996.<br />
14 una semana después, se pres<strong>en</strong>tó el caso <strong>en</strong> el at<strong>en</strong>eo del Hospital san roque, hicieron varios diagnósticos<br />
sin llegar a ninguno definitivo. nadie supo, conoció, com<strong>en</strong>tó el complicado deambu<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> jov<strong>en</strong>cita,<br />
salvo que era de san Francisco <strong>en</strong> Valle Grande, una hermosa y exótica región, más allá del Parque nacional<br />
Calilegua, que algunos conocían por com<strong>en</strong>tarios.<br />
67