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Diccionario-de-Sinonimos-Antonimos-y-Paronimos

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3- CONCLUSIÓN<br />

La conclusión <strong>de</strong>be nacer fluida y espontáneamente <strong>de</strong> todo lo que hemos afirmado, y<br />

<strong>de</strong>be ser el punto más elevado <strong>de</strong> nuestro discurso. El cierre <strong>de</strong> éste es como el acor<strong>de</strong><br />

final <strong>de</strong> una canción. Tiene que ser contun<strong>de</strong>nte, emotivo, potente, sumando la convicción<br />

que transmiten las palabras en sí mismas y el tono con que son dichas.<br />

Cuando exponemos un tema conflictivo, <strong>de</strong>bemos pensar que siempre hay una salida<br />

y, por lo tanto, nuestra conclusión pue<strong>de</strong> ser una apelación a que las cosas cambien,<br />

con aportes <strong>de</strong> posibles soluciones, tratando <strong>de</strong> comprometer y <strong>de</strong> involucrar a los que<br />

nos escuchan.<br />

EMBELLECIMIENTO<br />

ORATORIA<br />

Todo pensamiento pue<strong>de</strong> ser expresado <strong>de</strong> diferentes maneras. Busquemos la forma<br />

más clara y menos rutinaria. Seguramente encontraremos frases <strong>de</strong> autores conocidos<br />

que ya reflexionaron anteriormente sobre el tema y que expresan <strong>de</strong> una manera poética<br />

o precisa lo que nosotros queremos <strong>de</strong>cir. Recurramos a ellos utilizando las citas<br />

que embellezcan nuestro discurso, planteen interrogantes y lleven a la reflexión, pero<br />

siempre teniendo en cuenta que van a ser comprendidas.<br />

Evitemos el excesivo ornamento o las figuras <strong>de</strong>masiado complejas. A veces po<strong>de</strong>mos<br />

transmitir conceptos con ejemplos <strong>de</strong> la vida diaria, o experiencias vividas o conocidas<br />

por nuestros oyentes para lograr un mayor acercamiento <strong>de</strong>l tema a nuestra audiencia<br />

y una mayor predisposición para asimilar esos conceptos.<br />

“El orador ha <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar lo que dice, cómo lo dice<br />

y cuándo, hablando <strong>de</strong> tal manera que pruebe su tesis, <strong>de</strong>leite<br />

y convenza.”<br />

Cicerón<br />

La duración <strong>de</strong> un discurso<br />

Ésta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la época que nos toca vivir. En otros tiempos, la gente escuchaba<br />

largos discursos con atención. Actualmente, los medios <strong>de</strong> comunicación nos han<br />

acostumbrado a la velocidad <strong>de</strong> la información y a un permanente cambio <strong>de</strong> temas.<br />

Diferentes mensajes se suce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un momento a otro, casi sin darnos tiempo a reflexionar.<br />

Por lo tanto ha disminuido el tiempo <strong>de</strong> concentración. Los discursos mo<strong>de</strong>rnos<br />

<strong>de</strong>ben a<strong>de</strong>cuarse a esta realidad.<br />

A veces es preferible <strong>de</strong>cir menos cosas, pero que que<strong>de</strong>n en la memoria, que <strong>de</strong>sarrollar<br />

numerosos temas... que se pierdan en el olvido.<br />

Debemos tener en cuenta, a<strong>de</strong>más, otros factores, como la edad promedio <strong>de</strong> nuestra<br />

audiencia o la circunstancia en que se va a pronunciar. Por ejemplo, un discurso<br />

escolar no <strong>de</strong>be superar los diez minutos ya que luego la audiencia per<strong>de</strong>rá la concentración<br />

en lo que se está expresando. Hay que pensar en diez o quince minutos<br />

cuando se va a hablar antes o <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una cena o <strong>de</strong> un almuerzo.

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